Reunionitis
en acción
Tania Díaz Castro
LA HABANA, marzo - Si de reuniones se trata, Cuba es la pionera, la campeona
a nivel mundial. Aquí las reuniones se dan como la verdolaga: donde
quiera. Lo mismo se celebran en el lujosísimo Palacio de las
Conveniencias de forma permanente, que en el quicio de una acera y aunque en
estas últimas sólo concurran cuatro gatos se reportan en la prensa
oficialista con bombo y platillo.
Porque en esto de celebrar reuniones hemos estado a la vanguardia. Y si me
refiero a eventos internacionales, congresos, asambleas a nivel nacional, foros
o actividades al margen, tampoco hay quien nos ponga un pie delante.
Pero entre la reunión y el cumplimiento de los acuerdos que se tomen,
va un buen trecho. La economía ha estado en bancarrota mucho antes de que
se procurara desecar la Ciénaga de Zapata o sembrar café a través
de un cordón alrededor de la capital.
Aún así, hoy la prensa oficialista destaca que "no existe
una sola organización sindical en este mundo globalizado y neoliberal que
se pueda reunir con catorce ministros durante más de tres horas para
atender los problemas de sus trabajadores".
Pero, que yo recuerde, ésta no es la primera vez que este tipo de
reunión se celebra en Cuba, puesto que la CTC, organización de los
trabajadores, está dirigida por el Estado. Por eso, no se explica que su
secretario general, Pedro Ross Leal, quiera destacar la receptividad y acertada
atención por parte del gobierno cubano a los planteamientos del organismo
que él dirige como miembro del mismo gobierno.
Nadie en Cuba desconoce que uno de los padecimientos del régimen
castrista es precisamente la reunionitis, enfermedad crónica que jamás
ha tenido vacuna ni medicamento alguno.
Las deficiencias, las dificultades jamás han sido vencidas por muchas
reuniones que se hayan dado. Todo lo contrario. Cada día que transcurre
se empeora más el nivel de vida del trabajador y jamás en la
historia del país la clase trabajadora fue tan vigilada, perseguida y
encarcelada como ocurre en la actualidad.
Jamás en la historia del cubano, éste se vio impedido de
utilizar su talento para emprender un negocio, el que le plazca. Se continuarán
examinando acuerdos de anteriores reuniones y asistirán todos los
ministros en busca de una solución a la que aún no quieren ponerle
nombre y apellido: otorgar libertad al pueblo.
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