Vidrieras
que torturan
Marilyn Lahera, APLO
SANTIAGO DE CUBA, marzo - Una frase de Martí reza: "Los niños
nacen para ser felices". Pero, hoy en día los pequeños viven
momentos de infelicidad en Cuba. ¿La causa de ello? Las vidrieras de las
tiendas dolarizadas.
Allí, frente a las vidrieras de las shopings (como también se
llama a esos comercios), a los niños cubanos se les desvanecen los sueños
cuando sus padres les dicen que no pueden comprarle los juguetes multicolores.
Los pequeños reclaman, pero no alcanzan a comprender la explicación
de sueldos en pesos y ventas en dólares. El llanto afecta más a
los padres que a los pequeños, porque aquellos saben que la situación
es irremediable, al menos a corto y mediano plazo.
¿Cómo convencer a una niña de cuatro años o a un
pequeño de dos que no pueden tener la muñeca o el carrito? ¿Culparemos
al embargo o a los Reyes Magos?
Hay quienes ven las vidrieras de las tiendas dolarizadas como aquellos
instrumentos de suplicio usados en el medioevo.
Dónde está la justicia del sistema más democrático
del mundo, al decir de su gobernante. O es que se le llama justo al hecho de
arrancarle lágrimas a los pequeños.
El Apóstol de los cubanos, José Martí, espera que un día
se cumpla su sueño, aquel donde los hombres viven decorosamente, en
libertad. Entretanto: las vidrieras siguen torturando a nuestros niños.
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