Convertida
en centro de drogas la discoteca Scherezada
LA HABANA, 16 de marzo (María Elena Rodríguez) - "Se
consume mucho, no se escuchan propuestas, sino que se pregunta con ansiedad quién
tiene drogas. Las muchachas compran más. En la discoteca no la pueden
consumir porque la vigilancia es constante. Salen y debajo de una escalera, en
la calle, la consumen, y luego vuelven", dijo Rosi, de 22 años.
El cigarrillo de marihuana, conocido popularmente por "fori",
tiene un precio de un dólar; "el polvo" (cocaína), 25 dólares
una dosis, y "la piedra" (compuesto químico a base cocaína),
dos dólares.
"Bueno, sí, prostitución hay, y bastante. Muchas tienen
sus 'chulos', pero eso es normal ahora. Lo que sí te puedo decir es que
esa discoteca es agradable y tranquila, no hay broncas, ¿comprendes? Además,
al menos adentro, no te llevan presa, porque la gerencia no lo permite",
dijo Yenis, de 20 años.
La presencia de la policía regular es constante en el Sherezada, lo
mismo cuando están de servicio que como clientes. Los agentes vigilan a
las jóvenes que conversan o bailan con un extranjero, y a la salida de la
discoteca son detenidas y trasladadas a la unidad policial de L y Malecón.
"¿Te horrorizaste? La canción que escuchaste es nueva,
lleva aproximadamente un mes, y a la gente le gusta porque se ven en ella",
expresó Yilian, de 18 años.
La canción, interpretada por un dúo desconocido, utiliza
constantemente vocablos obscenos y personifica la relación humillante,
grosera y violenta entre un proxeneta y su prostituta.
La edad promedio de los jóvenes de ambos sexos que asisten a esta
discoteca es de 16 a 25 años.
El consumo se paga en dólares. La entrada de las mujeres es gratuita
hasta las once de la noche, cuando comienza a cobrarse 2.50 dólares por
persona. En el caso de un extranjero, la entrada cuesta 5 dólares por
persona aunque su pareja sea cubana.
La discoteca Sherezada abre sus puertas diariamente de diez de la noche a
cuatro de la madrugada.
En otras discotecas, como El Picoa, también en el barrio del Vedado,
la violencia impera, el confort es menor, y el consumo de drogas se efectúa
en el lugar, por lo que algunos sectores de la población opinan que el
Sherezada es una discoteca de alta respetabilidad.
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