El Imparcial. 15
de Marzo de 2001. Hermosillo, Sonora, México
Critica Fidel Castro a "Marcos"
Señala Presidente de Cuba que el líder del EZLN más
que guerrillero, es un mercadólogo
MEXICO, D.F. (SUN)Fidel Castro, presidente de Cuba, afirmó que el "Subcomandante
Marcos" no es en sentido estricto un guerrillero, más bien "es
un mercadólogo".
"Cuando vi las fotografías de ese joven encapuchado con sus
cananas zapatistas y su pipa lo primero que pensé fue: 'Este sí
que está muy atrasado', pero cuando empecé a leer sus discursos
confirmé que no era un guerrillero, podía ser cualquier cosa por
la pinta, menos un combatiente por sus mensajes".
"Para mí -y se los digo aquí en off the record- Marcos es
un rebelde del marketing".
Así habló sin tapujos el mítico comandante que junto
con el Che Guevara encabezó a un puñado de combatientes en la
insurrección de los cubanos para derrocar al dictador Fulgencio Batista.
Este es un adelanto del reportaje titulado "El reportaje" firmado
por el periodista Héctor A. González, director de "Bajo
Palabra".
- ¿Comandante cuál es su impresión del "Subcomandante
Marcos"?
- Cuando lo vi en la televisión con sus carrilleras, muy al estilo de
Emiliano Zapata en los tiempos de la Revolución Mexicana, pensé
que "Marcos" no estaba muy actualizado en armamento, dice en franco
tono de sarcasmo.
"Marcos es un hombre sin experiencia en la guerrilla, pero muy hábil
para la comunicación y la mercadotecnia. Su lucha por los indígenas
de México hay que reconocerla. Imagínense ustedes si no vamos a
saber de los movimientos subversivos, si nosotros hemos entrenado a miles de
guerrilleros".
Estas palabras de Castro, jefe máximo de la Revolución Cubana,
fueron expresadas en petit comité ante un grupo de periodistas mexicanos
que sostuvieron un encuentro de más de siete horas en La Habana.
Si Fidel fuera vietnamita...
Jorge Ramos Avalos.
MIAMI.Si Fidel Castro fuera vietnamita o chino, seguiría siendo un
dictador. Pero los cubanos no estarían sufriendo los estragos del embargo
norteamericano y, quizás, su poder se estaría erosionando. Quizás.
Hay aspectos de la política exterior de los Estados Unidos que son
contradictorios, difíciles de entender. Cuba, Vietnam y China son países
comunistas, represivos, con líderes dictatoriales y múltiples
restricciones a la libertad de expresión. Sin embargo, Estados Unidos no
aplica las mismas reglas para estas tres naciones.
China está en la categoría de "países más
favorecidos" por el comercio norteamericano. En China no se permiten los
partidos políticos de oposición, se violan constantemente los
derechos humanos y hoy, todavía, hay personas encarceladas por haber
participado en las protestas a favor de la democracia en la plaza de Tiananmen
en 1989. Y a pesar de todos estos abusos, Estados Unidos considera que el
comercio -no el embargo- es la mejor forma de promover la democracia y la
apertura económica dentro del gigante chino, con un mercado potencial de
1,200 millones de consumidores.
Vietnam vive una situación similar. Sus 78 millones de habitantes
casi no tienen libertades políticas o religiosas. Los católicos
vietnamitas son frecuentemente perseguidos o vistos con sospecha. El líder
del Partido Comunista, Le Kha Phieu, no tiene competencia política -está
prohibida- y suele lanzar fuertes críticas al "imperialismo
colonizador". Es un Fidel asiático. Además, gracias a su
sistema de gobierno, los vietnamitas se encuentran entre los habitantes más
pobres del mundo; ganan, en promedio, 31 dólares al mes.
Independientemente de todo lo anterior, Estados Unidos levantó el 3
de febrero de 1994 el embargo económico que sostenía contra
Vietnam; un embargo que fue establecido después que las fuerzas
norvietnamitas capturaran la ciudad de Saigón en abril de 1975. Pero lo más
interesante de todo es que ni los resentimientos por una guerra perdida ni los
recuerdos de los 58 mil soldados norteamericanos que perecieron en Vietnam
evitaron que el embargo fuera levantado.
La pregunta es: ¿Por qué Estados Unidos -que considera a China
como socio comercial privilegiado e intensifica sus relaciones con Vietnam-
mantiene el bloqueo económico contra Cuba?
Antes de seguir, debo hacer una aclaración. Estoy totalmente en
contra de la dictadura castrista, de la misma manera en que lo estuve en contra
de la dictadura de Augusto Pinochet en Chile. Lo que en Cuba comenzó como
una legítima revolución contra la dictadura de Batista, rápidamente
se transformó en uno de los regímenes más represivos,
violentos y sanguinarios de América Latina.
Nadie me lo ha contado. Yo lo vi. Los ojos cargados de miedo de los cubanos
a quienes les preguntaba sobre Castro me dejaron su huella indeleble durante un
viaje a Cuba en 1998. Y no he podido regresar a la isla porque no me dan visa.
Es decir, estoy convencido de la urgente necesidad de promover cambios
democráticos en Cuba y de buscar su "reincorporación" al
mundo, como eufemísticamente se le llama en círculos diplomáticos
al fin de la dictadura. Y no sólo por cuestiones políticas, sino
también por motivos personales: Tengo dos hijos con sangre cubana. Por
esto, vuelvo a preguntar: Si Estados Unidos considera que el comercio es la
mejor forma de promover el fin de las dictaduras comunistas en China y Vietnam ¿por
qué no hace lo mismo en Cuba?
En una entrevista reciente, el presidente George W. Bush me dijo que "levantar
el embargo sería un error porque le daría más poder a Fidel
Castro. Y hasta que Fidel Castro esté dispuesto a realizar elecciones
libres y le dé la bienvenida a la libertad, creo que es en el mejor interés
de Estados Unidos el mantener esta política". El embargo
norteamericano, establecido formalmente en 1962 y fortificado en 1996, ha
aislado económica y políticamente a Cuba -por ejemplo, no tiene
turismo masivo de Estados Unidos ni puede participar en la OEA- pero no ha
logrado uno de sus objetivos principales: Acabar con la dictadura.
Fidel Castro sigue atornillado en el poder y Bush es el décimo
presidente norteamericano que se le enfrenta. Los aliados de Estados Unidos en
América Latina y en Europa -convencidos que el embargo es la estrategia
equivocada y que la democratización de Cuba se logrará con más
comercio, más turismo y más relaciones diplomáticas- no han
tenido éxito en modificar la política norteamericana hacia la
isla.
El escritor mexicano Carlos Fuentes retó una vez a un mandatario
estadounidense diciéndole: "Pierda la Florida y gane al mundo".
Fuentes creía, como muchos intelectuales latinoamericanos y europeos, que
los sectores más conservadores del exilio cubano en Miami -un importante
bloque electoral de la Florida- estaban evitando un posible acercamiento de
Estados Unidos hacia Cuba.
Fuentes sugería que el líder norteamericano hiciera con Cuba
lo mismo que el ex presidente Richard Nixon hizo con China. Es decir, Nixon llegó
a Pekín para abrir a China y conocer al gigante comunista desde dentro. ¿Se
imaginan el impacto que hubiera tenido un viaje de Clinton o de Bush, padre, a
La Habana? El reto planteado por Carlos Fuentes sigue pendiente para quien lo
quiera agarrar.
Ahora, bien, después de vivir en Miami casi una década creo
entender por qué muchos cubanos se oponen a la idea de levantar el
embargo, a pesar de que no ha logrado tumbar a Castro. Para ellos, levantar el
embargo sería una traición a sus convicciones, a su historia
personal, a su familia, a sus compatriotas y a los disidentes que han muerto por
terminar con la dictadura cubana. Por esto veo muy complicado que algún día
el exilio en masa apoye el levantamiento del bloqueo comercial.
Y en ésas estamos: Con un dictador caduco, senil, represivo e
intransigente en Cuba; con un exilio cubano en Miami que se siente reivindicado
tras las pasadas elecciones presidenciales y que no va a dar su brazo a torcer;
con un vecino -Estados Unidos- que no sabe cómo hacer tambalear a Castro;
con los habitantes de una isla -Cuba- cada vez más pobres, frustrados y
reprimidos; y con un mundo que se jala de los pelos, impotente, ante el trágico
espectáculo.
Si Fidel fuera vietnamita... |