Prohibición
de importar videocaseteras es inconstitucional
LA HABANA, 13 de marzo (Manuel David Orrio, CPI) - Juristas del bufete
capitalino de Centro Habana calificaron de inconstitucional la prohibición
del gobierno de Fidel Castro de realizar importaciones no comerciales de
videocaseteras procedentes de Estados Unidos.
El fundamento de la inconstitucionalidad radica en que no existe prohibición
alguna para realizar dichas importaciones desde cualquier otro país,
siempre que se paguen los aranceles estipulados, expresó uno de los
abogados.
"La Constitución vigente declara igualdad de deberes y de
derechos para todos, lo cual incluye la posibilidad de que una persona residente
en los Estados Unidos regale una videocasetera procedente de ese país a
un familiar o amigo que viva en Cuba, tanto como puede hacerlo otro residente en
Europa" -precisó la fuente.
Reynaldo Robaina, especialista de la Aduana General de la República,
afirmó a la radio habanera que la prohibición de realizar
importaciones no comerciales de videocaseteras procedentes de Estados Unidos es
una "determinación estatal y que Aduana se limita a cumplirla".
Fuentes de la disidencia opinaron que la prohibición forma parte del
temor del gobierno de Fidel Castro a la tenencia masiva de videocaseteras, por
cuanto ello significaría la oportunidad general de liberarse de la
programación televisiva oficial, caracterizada por el adoctrinamiento político.
Una saturación de equipos procedentes de Estados Unidos sería
mucho más fácil y rápida que desde otros países,
dado los lazos familiares que existen entre la Isla y esa nación.
Las videocaseteras, pese a no venderse en las tiendas dolarizadas, gozan de
gran demanda entre la población. Recientemente, oficiales de la Aduana
descubrieron un contrabando de más de 400 de ellas, ocultas en un
carguero procedente de Panamá que atracó en el puerto de La
Habana, y valoraron la mercadería en 125 mil dólares a los precios
de mercado subterráneo.
La "hora de ver videos", en la capital cubana, coincide
sospechosamente con la de las mesas redondas televisadas que nacieron con el
caso de Elián González, y continuaron en el oficio de reflexionar
sobre todo lo humano y lo divino, pero bajo los presupuestos de gobierno de
Fidel Castro.
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