Vale la pena
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, marzo - La oposición cubana, la de la Isla, está "organizada"
dentro de una gran cantidad de grupos. La cifra, de acuerdo con una persona que
por iniciativa propia lleva esa estadística, es de más de
cuatrocientos.
Esa dispersión es siempre difícil de entender. Algunos dicen
que es una forma de protección, porque de esa manera al régimen le
cuesta más trabajo tratar de penetrarla y destruirla desde adentro.
Pero lo cierto es que tal disgregación impide vertebrar un movimiento
fuerte que se convierta, ante los ojos de la población, en una opción
política palpable.
En algunos casos estos grupos se denominan partidos, que sin embargo no
tienen base social, en otros, movimientos o asociaciones o comités. Los
nombres, realmente, son múltiples.
Sin embargo, las tendencias políticas son tres o cuatro. Entre la
oposición cubana están los liberales, los social demócratas,
los demócrata cristianos y los conservadores.
¿Qué impide entonces la creación de organizaciones
fuertes y numerosas que agrupen a esas tendencias políticas?
Existen, como dicen los marxistas, problemas objetivos y subjetivos.
Los objetivos los pone el régimen que quiere impedir a toda costa que
la oposición pacífica se una.
Los subjetivos los ha creado la propia oposición que pone obstáculos,
esgrimiendo razones que pueden obviarse, a una estructura fuerte que una en
verdaderos movimientos o partidos a esas inclinaciones políticas.
El objetivo es común, y parece ser, aunque hay algunos que se
conformarían con algunas reformas, lograr que en Cuba haya un Estado de
Derecho.
En una democracia, las propensiones políticas están
organizadas. Existen leyes y reglas establecidas para formar partidos políticos;
entre esas condiciones está la del número, que son organizaciones
con su liderazgo y con objetivos bien definidos.
No veo, dentro de lo que a la oposición corresponde, por qué
esas reglas no pueden ir ya siendo aceptadas. Todos ganaríamos, ganaría
sobre todo el país, porque eso ayudaría a que la democracia para
Cuba llegue con más prontitud.
Unirse dentro de lo diverso es algo propio de los seres humanos. En Cuba,
dada las circunstancias, es una necesidad vital de la oposición pacífica.
Se puede lograr, pero lo fundamental para esto es que exista la voluntad de
hacerlo. Hay que intentarlo, vale la pena.
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