MADRID. José Eduardo Arenas.
ABC, marzo 1, 2001.
«Antes que anochezca», la película que ha llevado a Javier
Bardem hasta las puertas del Oscar, está en boca de medio Hollywood. Al
Pacino, entre otros grandes, apuestan por el filme de Julian Schnabel. De hecho,
ayer mismo propició un nuevo pase del filme en Los Ángeles para
que lo vieran otros cineastas. Schnabel, por su parte, estaba en Madrid, donde
hoy presenta el filme.
Estuvo la mitad de la tarde viendo los nuevos cuadros de un amigo pintor.
Schnabel vive entre Madrid y Nueva York. Siempre ha sido más conocido
como pintor. Su primera exposición individual la hizo en 1979 en la galería
Mary Boone de Nueva York, ciudad que acoge algunas de sus obras en el Museo de
Arte Moderno y en el Metropolitano. También las hay en el Guggenheim de
Bilbao.
Hace cinco años se lanzó a la dirección cinematográfica
con el largometraje «Basquiat». La película, que gira en torno
al artista neoyorquino Jean Michael Basquiat, tiene como protagonistas a Jeffrey
Wright, David Bowie, Gary Oldman y Dennis Hopper, y fue el título que ese
año abrió el Festival de Venecia. La distribución mundial
de la cinta fue el detonante que abrió las puertas a otro tipo de expresión
artística que cinco años después se consolida con la
multipremiada «Antes que anochezca».
El cineasta no muestra el cansancio que viene acumulando desde hace meses
con la promoción de la película, aunque su garganta le avisa de
que está al borde de la ronquera.
¿Tenía claro desde el principioque Javier Bardem era el
actor más adecuado para dar vida al poeta cubano Reinaldo Arenas?
Por supuesto. No creo ni veo la película con otro actor, aparte
de creer que entre los candidatos al Oscar él es el mejor. Por mi parte,
me siento ya premiado. Pero no ahora, sino desde que tuve la oportunidad de
rodar con la libertad que he tenido y desde que se han disparado las ventas de
los libros de Reinaldo Arenas, un defensor de la tolerancia que tiene muchas
cosas que decir a los lectores de hoy en día.
¿Qué le motivó de Reinaldo Arenas para llevar su
autobiografía a la pantalla?
En principio no hay nada predeterminado en mi vida ni en mi carrera.
La cosas que hago vienen a mÍ de una manera normal, yo nos las busco.
Ahora no podría decirle nada sobre mi próximo proyecto cinematográfico,
ni cómo va a ser mi próximo cuadro. Descubrí a Reinaldo
hace años, en el documental «Habana». Saltó la chispa.
En una de las escenas decía: «Por el momento, mi nombre es Reinaldo
Arenas y soy ciudadano de ninguna parte. El Departamento de Estado me ha
declarado apátrida, así que, legalmente, no existo». Desde
ese momento supe que tenía que ser mi siguiente filme.
Unos dicen que la película no es anticastrista, otros
argumentan lo contrario...
Me parece demasiado fácil, un tópico. He descrito a
Reinaldo por su significado actual. Lo de ser de izquierda o de derecha es una
estrategia, porque el tiempo cambia las cosas. Al final ¿es lo mismo ser
castrista o anticastrista en el año 59 que en en el 90? Yo no estoy
intelectualizando un tema, cuento la vida del poeta y como parte de su historia
vienen las referencias a Fidel Castro. Lo que intenté es ser fiel a la
voz de Reinaldo. Yo no tenía ideas preconcebidas de Castro. Como dice
Reinaldo: «No pertenezco a la derecha. No pertenezco a la izquierda».
Yo no soy homosexual. No soy cubano. Sólo he intentado contar su
historia. |