El pícaro,
el gerente y la corrupción
Lucas Garve, CPI
LA HABANA, junio - La "batalla de ideas" que tiene lugar en Cuba
va más allá del mero hecho político. Aparte de las
multitudinarias marchas, los discursos larguísimos y las consignas
altisonantes, hoy mismo en la isla se desarrolla una campaña bastante
fuerte contra el crimen económico y las indisciplinas sociales. Factores
negativos que no han sido ajenos a otros regímenes socialistas ya
desaparecidos.
No constituyó entonces un acto gratuito la creación de un
Ministerio de Auditoría y Control a mediados del pasado mes de mayo, acto
que refleja la importancia concedida al asunto en el más alto nivel de
gobierno, en correspondencia con la gravedad del mismo.
Si durante el período crítico de 1991-95 no quedó más
remedio que sobrevivir ajustados al cilicio de la tarjeta de racionamiento,
ahora, en el 2001, con un nivel ciertamente más desahogado, la figura del
crimen económico: hurto de mercancías, desvío de recursos,
mal uso de fondos... alcanza cotas verdaderamente alarmantes. "Cuando el río
suena, es porque agua corre".
"Aquí hay que robar para vivir, el propio sistema te empuja a
eso. Mira cómo no paran de abrir tiendas en dólares. Venden de
todo en dólares, y después dicen que hay bloqueo", me dijo
sentencioso un joven vecino, un trabajador de los más simples.
(II)
El pícaro es un rol emergido en el escenario social de una sociedad
en crisis. Este actor emergente realiza sus actividades desde el ángulo
individual de sus criterios. Es el reflejo de la decisión de llevar a
cabo un proyecto social mediante la gestión individual gracias a vías
y medios informales. Al pícaro le es ajeno cualquier proyecto de empeño
colectivo. Para ello cuenta con un factor de adaptación, una flexibilidad
y un criterio de indiferencia que sólo limita con la afectación de
sus propios beneficios. Piensa sólo en sí mismo. Aunque tenga una
larga vista, posee una estrechez pasmosa de campo visual.
Tome un ejemplo. Al llegar a casa de una amiga le pregunté cuál
estación de radio escuchaba, admirado por la buena calidad del audio y la
excelente variedad de piezas musicales.
"Es el canal 4", me respondió.
Al interrogarla sobre ese canal, del que ignoraba todo, me aclaró.
"El aparatico que ves sobre la bocina de la radiograbadora vale entre
50 y 60 pesos, el cable lo amarras a la antena del equipo y ¡ya!"
El simple aparato está compuesto por varios transistores,
resistencias, una pila y una antenita para garantizar la ganancia de la señal
de la estación CMZA, que radiodifunde música variada a los
establecimientos gastronómicos de ciudad de La Habana y transmite en
frecuencia modulada.
Lo mejor del caso es que la cajita que guarda los componentes y sobre la que
se sostiene la varilla de metal a guisa de antena, tiene el sello de ETECSA (la
empresa mixta de teléfonos cubanos) y es la misma que sirve para
instalarlos.
Usted seguramente estará de acuerdo conmigo que en este caso no hay
misterio. Algunos etecseros son quienes venden los aparaticos para escuchar el
canal 4. ¿Por qué desvían materiales, se arriesgan a perder
el empleo, a ser penalizados y todo lo demás? Porque su sueldo no les
alcanza para vivir, a pesar que les den como prima una jabita plástica
con algunos artículos de aseo personal cada mes... si son buenos
trabajadores, van a la asamblea del sindicato, a las marchas...
Un padre asustado por su hijo me comentó acerca de la nueva ubicación
laboral de su prole, por entonces una corporación. El puesto de trabajo
lo obtuvo gracias a un amigo suyo que a la vez es amigo del jefe de almacén.
A la semana de trabajo, se apareció en la casa con una radiograbadora y
la respuesta que le dio al viejo fue que ese equipo estaba rebajado por defectos
y que el jefe se lo dio porque él era nuevo. ¡Espantoso!
El jefe de almacén pagó la ceguera del muchacho ante cualquier
desvío mucho mayor que el de un equipo de música con algún
que otro defecto y dado de baja. Sépase que en los almacenes siempre hay
un por ciento de artículos rebajados de inventario para cubrir pérdidas
y... pícaros. Una situación de no fácil solución.
Tan es así que el 12 de junio el presidente de la Asamblea Nacional del
Poder Popular, Alarcón, en reunión de preparación del próximo
período de sesiones de la institución citada, trató el tema
de la lucha contra las indisciplinas sociales. Podemos inferir que éste
será el tema candente a tratar en la sesión venidera del
parlamento cubano.
Ya en marzo pasado una investigación en la empresa Antares terminó
en la salida del director Raúl Rodríguez Romay y provocó,
al parecer, la liberación del cargo de ministro de la Pesca a Orlando
Rodríguez Romay, hermano del anterior.
En las medianas y pequeñas empresas es donde ocurren frecuentemente
casos de corrupción y crímenes económicos. Una emisión
radial anunció que en el curso de una auditoría realizada en el
mes de abril en la provincia de Villa Clara, en 63 empresas se detectaron
violaciones de precios, pagos de cheques a sujetos ajenos a las unidades o a
particulares e importantes desvíos de recursos. Los culpables fueron
pasados a los tribunales.
Desde un enfoque estrictamente laboral, la situación creada tiene
mucho que ver con los niveles de incremento de insatisfacción revelados
por una encuesta del Instituto Nacional para la Salud de los Trabajadores en
noviembre de 2000, la cual arrojó un 41 por ciento en 1999.
Insatisfacciones y quejas en correspondencia con presiones de trabajo, formas de
administración, la relación trabajador-administrador afectada, el
deterioro material de las condiciones laborales y las dificultades del
transporte.
En resumen, todo este panorama conduce a la conclusión de que entre
el pícaro, el gerente y la corrupción se juega el resultado de la
salida del período más crítico de la economía del país
en los últimos 42 años. Tan serio es el reto que este tema podría
ocupar buena parte del congreso del Partido Comunista de Cuba a celebrarse en el
2002, evento que bien merece ser tratado aparte.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|