El líder cubano anuncia una nueva campaña ideológica
contra EE UU
Mauricio Vicent | La Habana.
El País. Junio 25, 2001
Fidel Castro no dejó que los rumores sobre su mal estado de salud se
disparasen. Sólo seis horas después del breve desmayo que sufrió
el sábado cuando pronunciaba un discurso, el líder comunista, que
el próximo 13 de agosto cumplirá 75 años, compareció
en televisión y dijo que se sentía bien, que tenía 'la
presión entre 70 y 110, como cuando era un muchacho de 30 años'.
Por si acaso, Castro recomendó a 'aquellos que se alegrarían' si
muriese mañana que no alberguen falsas esperanzas. 'El relevo
revolucionario está asegurado', afirmó.
El presidente cubano participó en un programa en televisión el
mismo sábado por la tarde acompañado de la plana mayor de su
Gobierno, incluido su hermano, el ministro de Defensa Raúl Castro, y los
jóvenes dirigentes que desde hace tiempo trabajan a su lado: el
vicepresidente, Carlos Lage; el ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez
Roque, y su secretario personal, Carlos Valenciaga. También estaba en el
estudio de televisión Juan Miguel González, el padre del famoso niño
balsero Elián González.
Su presencia allí no era casual. A Castro le dio la lipotimia justo
cuando anunciaba el inicio de una nueva campaña político-ideológica
de la magnitud y el talante de la convocada el año pasado por la liberación
de Elián. Pero esta vez para denunciar la 'injusticia' de la reciente
condena por espionaje de cinco agentes de la seguridad cubana que se infiltraron
en los grupos del exilio de Miami, y que calificó de 'patriotas'. Castro
afirmó que sabe desde hace tiempo que la 'mafia terrorista de Miami'
especula con rumores sobre su mal estado de salud y dijo que ya el año
pasado advirtió a George W. Bush cuando aún era candidato a la
presidencia de EE UU que no pensase que con su muerte, 'natural' o por 'un
atentado', se iba a acabar la revolución cubana. Castro dijo que hay
millones de jóvenes que continuarán con la 'obra revolucionaria' y
que tendrían que morir todos para acabar con el sistema socialista
vigente.
'Lo del sábado se quedó en un susto, pero fue un susto que
puso en evidencia qué ocurriría si de pronto faltase Fidel
Castro', opinó ayer un diplomático. Durante los 15 minutos escasos
en que Castro permaneció ausente y nadie sabía lo que había
ocurrido, se vivieron momentos de angustia e incertidumbre. Ayer el diario
Juventud Rebelde se refería en un editorial a esos 15 minutos como
'instantes de conmoción'. 'Nada pudo poner bridas a la angustia de esta
isla cuando nuestro comandante en jefe hizo un alto inesperado en la tribuna',
dijo el periódico.
Llamó la atención también que fuese el joven canciller
cubano quien se dirigiera a la multitud para pedir calma. Durante breves
segundos, tras el desvanecimiento de Castro, se vio a Lage y Pérez Roque
hablar con semblante preocupado en la tribuna antes de que el segundo tomase la
palabra para solicitar firmeza y tranquilidad a los asistentes al acto. Tampoco
escapó a los observadores la consigna con la que Roque terminó su
improvisada intervención: '¡Viva Raúl! ¡Viva Fidel!'. En
los estudios de televisión, el sábado por la noche, Raúl
Castro, Lage y Roque escucharon al mandatario cubano durante las casi tres horas
que habló ya repuesto del sofocón y del susto. |