CUBANET .INDEPENDIENTE

21 de junio, 2001


Empresa Car-Onte

Manuel Vázquez Portal, Grupo Decoro

LA HABANA, junio - La carencia de transporte público en Cuba ha traído como resultado no sólo la aparición, de origen estatal, de camellos y guarandingas, sino un significativo número de taxistas privados que han mantenido a lo largo de la historia socialista cubana un lucrativo negocio.

A estos taxistas privados el pueblo les llama boteros. Ya se sabe por aquello del botero del infierno y al que los griegos bautizaran con el nombre de Caronte. Y de donde los jodedores cubanos, nada analógicos que son, han extraído lo de la Empresa Car-Onte.

Cobran diez pesos por cada pasajero y siguen una ruta prefijada no importa si el recorrido es de cinco kilómetros o de tres cuadras. No parten de sus piqueras hasta tanto el carro no esté lleno ni conducen a los usuarios hasta su destino final.

Montan dos personas en el asiento delantero y cuatro en el trasero, ya sea en un ancho Cadillac o un estrecho Dodgecito, ambos de cuando aún no se había inventado el agua tibia.

Los boteros son gente amable. Sintonizan sus reproductoras a todo volumen, manejan a tan altas velocidades como el cacharrón se los permita, cuando se les paga en dólares lo cambian a veinte pesos aunque en las casas de cambio esté a veintitrés y devuelven la diferencia en moneda nacional. Si uno protesta porque viaja muy apretado le recomiendan cariñosamente que tome un turistaxi. Cuando uno de los viajeros se desmonta y uno piensa que se aliviará de la apretazón aparece otro pasajero y sigue la gozadera.

Claro que hasta aquí he escrito de los automóviles normales, aunque lo de normales sea un eufemismo. Hay otros inventos dignos de la museología internacional. Suponga una vieja furgoneta convertida vehículo de pasajeros. Dos estrechos bancos de acero tapizados con vinil pegado a las paredes laterales y en los cuales acomodan (Aquí el verbo acomodar también es eufemístico) a cuatro pasajeros de cada lado. Aquel trasto sale disparado dando saltos y respingos y, como no tiene más amortiguadores que lo que usted pone sobre el asiento, llega a su destino con esa parte del cuerpo entumecida, adolorida, magullada. El techo es tan bajo que se hace preciso viajar con la cabeza doblada y cuando se baja no sabe si tiene la cervical enferma o los sesos le pesan demasiado, el caso es que por un buen rato camina mirando el piso. Y todo está más o menos bien si los que viajan son delgados, en cuanto se monta un gordito el ambiente se torna más estrecho.

Pero así y todo, se hace más humano viajar con la Empresa Car-Onte que intentar cruzar la Estigia sobre un camello de la Empresa de Transportes Urbanos de la Habana.


Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a Internet.
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente.


[ TITULARES ] [ CENTRO ]

Salud pública cubana: otro perfil - Una publicación de CubaNet
Salud pública cubana:
otro perfil


Adquiera el libro

In Association with Amazon.com

Busque:


BUSQUEDA

Busque en Noticias de junio

Búsqueda avanzada


SECCIONES

NOTICIAS
Prensa Independiente
Prensa Internacional
Prensa Gubernamental

OTROS IDIOMAS
Inglés
Aemán
Francés

SOCIEDAD CIVIL
Introducción
Cooperativas Agrícolas
Movimiento Sindical
Bibliotecas
MCL
Fraternidad de Ciegos
Seguidores de Cristo
Estudios Sociales
Ayuno

DEL LECTOR
Cartas
Debate
Opinión

BUSQUEDAS
Archivos
Búsquedas
Documentos
Enlaces

CULTURA
Artes Plásticas
Fotos de Cuba
Anillas de Tabaco

CUBANET
Semanario
Quiénes Somos
Informe 1998
Correo Electrónico


CubaNet News, Inc.
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887