Cuba:
mezclas en la descomposición de un sistema
Amarilis Cortina Rey, Cuba-Verdad
LA HABANA, junio - Constantemente, el gobierno cubano se refiere a la salud
pública como uno de sus logros. Sin embargo, residentes de la isla opinan
lo contrario.
- ¡Estamos vivos de milagro!
- Dios nos protege.
Son algunas de las expresiones escuchadas en cualquier región del país,
principalmente cuando se transita por una de esas calles donde las aguas albañales
que brotan de la fosa desbordada contaminan el entorno.
Así están los vecinos de la calle 1ra entre Santa Celia y
Concepción, en El Moro, un barrio marginal enclavado en el municipio de
Arroyo Naranjo. La situación de esta gente se agrava sobremanera porque
en su recorrido el líquido pestilente se une y contamina el agua potable
que brota como manantial por una rotura de la red de tuberías que
abastece a las viviendas de esa localidad habanera.
Como el servicio de agua potable no es constante, cuando éste se
suspende el líquido contaminante penetra en las tuberías que
conducen a las casas por el punto donde se halla la rotura.
Esto ocurre hace tres meses, según informaron los vecinos de El Moro,
y aunque el gobierno local está debidamente informado del problema, agua
albañal y potable siguen mezclándose peligrosamente.
- Hace un mes -explica una residente del lugar- tres inspectores se
presentaron aquí, se sentaron, observaron el escenario durante un rato y
se marcharon. Todo sigue igual.
La mujer revela que se quejó a uno de los inspectores que multan a
quienes posean en su vivienda agua almacenada en recipientes sin tapa.
- El funcionario me respondió que nadie nos había mandado a
construir un inmueble en un barrio insalubre. Pero lo peor de todo es que ni
siquiera podemos hervir el agua que consumimos, por falta de combustible. Las
enfermedades aumentan -precisó la fuente.
La realidad es que a pesar de la propaganda del gobierno a ningún
funcionario de Salud Pública o del Poder Popular le interesa el asunto.
Hasta los vecinos de El Moro parecen ignorar el problema y se limitan a
sobrevivir. Nadie parece percatarse de que niños, ancianos y población
en general están expuestos a enfermarse a consecuencia de la contaminación
del agua.
El fenómeno no se limita a El Moro, miles de salideros erosionan las
calles de la capital cubana, rumores de epidemias circulan diariamente de boca
en boca y los basureros proliferan para beneficio de los vectores dañinos
a la salud humana. La prensa oficialista guarda silencio sobre el tema o lo toca
superficialmente.
Por otra parte, la alimentación de los cubanos es deficiente y los
medicamentos escasean.
Sin embargo, no todo es negativo. Hay sitios de Ciudad de La Habana que
escapan de la podredumbre y están limpios, incluso hermosos, como ciertos
barrios residenciales, centros turísticos, la zona de la Plaza de la
Revolución y el Palacio de las Convenciones, entre otros. Allí no
hay salideros ni la basura se amontona en las esquinas. Por las conservadas
calles de esos lugares ruedan los carros de las corporaciones S.A. y radican las
sedes de las firmas comerciales que negocian con el gobierno.
Este es el resultado de décadas de sacrificio. Así como se
mezcla agua potable y albañal en El Moro, también se mezclan en la
sociedad cubana la mayoría que vive sin más opción que lo
peor del comunismo y los poquísimos que gozan del capitalismo.
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