Los niñones
de la televisión
Lucas Garve, CPI
LA HABANA, junio - Mientras la emisión de una tribuna abierta ocupa
el canal Cubavisión (antiguo CMQ), en TeleRebelde (el canal 12) a falta
de juegos de pelota reponen emisiones de eventos deportivos escasos de interés
o documentales sobre la vida de los pingüinos, al parecer, para refrescar.
Ante tamaña falta de atractivo, es preferible ver una película de
vídeo.
El asunto de la programación no es que las emisiones carezcan de real
atractivo o que el contenido político rompa con su peso el equilibrio
entre información y entretenimiento; ahora mismo, la repetición de
materiales ajenos, incluso al gusto tradicional de los cubanos, agota al
telespectador isleño.
Dos canales nacionales de televisión representan la opción de
la teleaudiencia cubana. Cubavisión emite programas informativos de
marcado corte político y algunos informativos culturales. TeleRebelde,
una programación mayoritariamente deportiva.
Un material sobre un evento de artes marciales japonesas se retransmite con
tanta frecuencia que las rotundas posaderas de los luchadores de sumo (lucha
libre tradicional japonesa) hartan el gusto marcadamente heterosexual del
televidente.
Los gorditos luchadores nipones, cubiertos sólo con el taparrabos
característico para realizar prácticas de sumo, primero provocaron
la risa, pero luego de varias reprogramaciones del material irritan a la
teleaudiencia saturada de la obra y desgracia de una programación
distante del entretenimiento.
Después de una jornada de trabajo, varias horas de dura brega debido
a las dificultades del transporte y la profunda reflexión impuesta por la
necesidad de componer el menú vespertino familiar, las neuronas exhaustas
exigen descanso.
En consecuencia, para televidentes cubanos, un vídeo de emisiones del
programa de Cristina Zalaregui es mucho más atractivo que los robustos niñones
japoneses en pañales.
Una copia de la Momia II ayuda a soportar mejor el calor que anuncia un
verano de altas temperaturas, espanta el aburrimiento sin salir de casa y evita
cambiar el short y las chancletas por una vestimenta apropiada para asistir a
una sala de teatro.
Quizás usted obraría de igual modo ante la carencia de
opciones televisivas. Por tanto, la adquisición de un aparato de vídeo
es una salida anhelada actualmente por la mayoría de los cubanos.
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