Transporte
en Cuba: hablar de la soga en casa del ahorcado
Lázaro Raúl González, CPI
PINAR DEL RIO, junio - A no ser por un potente dispositivo inmunológico
desarrollado por los cubanos para rechazar lo absurdo, miles de nacionales
hubieran muerto infartados por una información de primera plana publicada
en el Granma del 4 de junio con el título "Alentadora respuesta para
el transporte urbano y del turismo".
Según se dice en esa información "resulta estimulante la
posibilidad real de iniciar la exportación de ómnibus fabricados
en Cuba hacia el área de Centroamérica y el Caribe".
Sin embargo, el que intente moverse por esta isla sin dólares o con
pesos suficientes en el bolsillo se preguntará para quién es
alentadora la noticia pues, según un añejo convencionalismo económico,
las naciones de este planeta exportan preferentemente artículos de los
cuales sus ciudadanos están bien abastecidos. Y, en Cuba, no hay guaguas.
Fuera de la capital, donde también es insuficiente el número
de vehículos, casi no hay medios de transporte. En las escasas rutas
existentes sus carros podrían tardar horas en repetir el recorrido.
La necesidad decretó la resurrección del mismo modo de
transporte usado por César, Marco Antonio y Cleopatra: el coche tirado
por caballos.
Un aporte moderno al movimiento de personas dentro de los pueblos y ciudades
de la isla es el bicitaxi, versión criolla de la pobreza china.
Pero el transporte municipal y el interprovincial son los más
precarios. Apenas tres salidas diarias comunican al municipio Consolación
del Sur con la ciudad de Pinar del Río.
El transporte público por ómnibus dentro de los municipios prácticamente
no existe. Sin embargo, sólo a regañadientes las autoridades
conceden licencias para que propietarios de camiones den un servicio mínimo
entre Consolación (cabecera municipal) y Herradura, Piloto o Alonso
Rojas.
El servicio interprovincial es apenas un sorbo de agua para un deshidratado.
Como la compra de los boletos es por reservación, el viajero necesitado
se enreda en la enmarañada madeja que significa hacer filas en Cuba:
sociolismo, trampas, compra y venta ilegal, reventa. Finalmente, el viajero
revienta y se va, a ver en qué se va.
Se estima que -excluyendo a los capitalinos- más de la mitad de las
personas, que tienen que moverse de un sitio a otro de la isla por diferentes
razones se ven obligadas a usar medios alternativos de transporte. El principal
de ellos es "coger botella" (auto stop).
Lo malo de coger botella es que antes era gratuito y ahora, además
del agradecimiento, hay que darle 5 ó 10 pesos al conductor del carro.
Estos choferes que "ayudan" al pueblo conducen vehículos
estatales que, en el sistema socialista, son propiedad del pueblo.
Estos puntos y otros más son analizados por la gente durante las
horas que tienen que esperar en las orillas de las carreteras para poder llegar
a las escuelas, los hospitales, los puestos de trabajo, las prisiones...
La noticia publicada en el Granma de que hay probabilidades de que el
gobierno exporte ómnibus hacia el área de Centroamérica y
el Caribe, indudablemente, resultará muy estimulante para nuestros pobres
hermanos extranjeros. Pero, para los cubanos, tiene la misma gracia que hablar
de la soga en casa del ahorcado.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
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