P. E. | Madrid. El País.
Miércoles, 13 de junio de 2001
El presidente de Estados Unidos, George Bush, no quiso comprometerse ayer en
Madrid a prorrogar la moratoria sobre la aplicación de la ley
Helms-Burton, que impone sanciones e indemnizaciones a las empresas de cualquier
país que operen en Cuba. La suspensión de la ley, acordada en dos
ocasiones por el ex presidente Bill Clinton, vence el próximo 17 de
julio, con lo que se reabre la amenaza sobre empresas españolas, como Sol
Meliá, demandadas al amparo de esta ley por ex propietarios
norteamericanos de las actividades o instalaciones en Cuba sonde se basan esos
negocios.
'Me doy cuenta de que hay un problema que afecta a una empresa española
y trabajaremos para resolverlo', fue lo único que concedió Bush al
respecto, tras afirmar: 'Tenemos previsto mantener el embargo sobre Cuba hasta
que Fidel Castro libere a los presos, organice elecciones y abrace la libertad'.
La Unión Europea y Canadá han protestado e incluso planteado
acciones internacionales contra la 'extraterritorialidad' jurídica que
implican las sanciones internacionales impuestas por una ley estadounidense como
la Helms-Burton.
El presidente del Gobierno español, José María Aznar,
destacó ayer, sin embargo, que lo importante es que España y EE UU
son 'capaces de trabajar juntos en situaciones delicadas, como es éste de
la Helms-Burton, o las que plantea el Plan Colombia, y de evitar problemas,
aunque no estemos de acuerdo'.
Aznar destacó que 'en Iberoamérica se dan las circunstancias
suficientes para atraer grandes oportunidades de prosperidad a esa zona, lo
que', añadió, 'será muy importante para nosotros y para el
mundo'.
El comunicado conjunto emitido ayer recoge que España y EE UU se
comprometen 'a promover la democracia y los derechos humanos' en el
subcontinente y a continuar con sus esfuerzos 'en apoyo al proceso de paz en
Colombia'.
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