Azúcar
de Cuba: ¿y qué pasó con el PIB?
Manuel David Orrio, CPI
LA HABANA, junio - Economistas y reporteros independientes están al
acecho. El gobierno de Fidel Castro nada ha dicho sobre los resultados globales
de la cosecha azucarera del 2001, ¡aún sin concluir! a la altura del
8 de junio. De acuerdo a reportes oficiales, nueve ingenios se mantenían
moliendo, a esa fecha, al parecer en intento desesperado por cumplir los planes
de producción de sus respectivas provincias. Holguín, con siete;
Las Tunas, con dos. La primera de éstas lo hacía bajo condiciones
inaceptables de eficiencia, al estar logrando un rendimiento industrial
azucarero por debajo de 8 por ciento.
Cálculos no oficiales estimaron en algún momento de la actual
zafra un atraso en el cumplimiento del plan de unas 500 mil toneladas, en el
intento de alcanzar unos 3,7 millones, que al presente se inclinan a dar dicho
atraso como valor definitivo; es decir, que la producción azucarera de
este año no habría rebasado los 3,2 millones de toneladas. Hipótesis
plausible, de tomar en cuenta que hacia el 12 de marzo no se había
llegado a los 2 millones y medio, y que los posteriores reportes de la prensa
oficiosa no se distinguieron por el optimismo. Por ello, la pregunta de si Cuba
llegó al tercer millón permanece en pie.
Aunque la oficialidad ha culpado a las lluvias como la causa principal del
virtual incumplimiento azucarero, varios observadores independientes apuntan que
éstas fueron la máscara tras la que se ocultó una
recurrente crisis estructural de la agroindustria, signada por una pérdida
casi total de la cultura productiva de la caña de azúcar.
Tiempo habrá para un análisis más detallado. Por el
momento, vale anotar una de las contradicciones económicas sobre las que
se debe estar en guardia. En las condiciones cubanas, el primer semestre es
decisivo en la formación del Producto Interno Bruto (PIB) del año.
De acuerdo con Carlos Lage, en ese período se logra el 60 por ciento del
mismo, calculado a precios de 1981. Tanto el gobierno de Cuba como organismos
cual la Comisión Económica para América Latina (CEPAL)
atribuyeron a los llamados éxitos azucareros del 2000 el crecimiento del
PIB alcanzado ese año, entre otros factores. Ahora, con una zafra de
resultados poco halagüeños, para ser optimistas, y cuando ya a
mediados de junio poco se ha dicho sobre el estado macroeconómico isleño,
¿qué pensar?
Justamente porque el crecimiento cubano se mide en precios de 1981, en los
cuales las producciones azucareras influyen de manera fundamental, vale acotar
esa particularidad. Si existen motivos para estimar un severo incumplimiento en
el plan de producción de azúcar , ¿qué impacto tendrá
sobre el PIB del primer semestre y del 2001 en general? ¿Cómo el
gobierno de Fidel Castro fundamentará un incremento del PIB de alrededor
de 5 por ciento, más o menos lo que se espera declare, de salir bien el
tejemaneje estadístico?
Por ello, economistas y reporteros independientes están al acecho, a
los labios la pregunta: ¿y qué pasó con el PIB?
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