A cinco años
de ¿Agoniza Concilio Cubano?
Manuel David Orrio, CPI
LA HABANA, julio - Suele ocurrir que la memoria conduce a días del
pasado en los que la vivencia personal no permitió comprender en su
momento que se era testigo de excepción de acontecimientos históricos,
ocultos o manipulados por el gobierno de Fidel Castro, de acuerdo con sus
necesidades políticas inmediatas. Tal ha ocurrido recientemente con los
hechos acaecidos en 1995 y 1996 alrededor de ese esfuerzo del movimiento cubano
por los derechos humanos que se llamó Concilio Cubano.
Testigo de excepción fui. Dos metros me separaban del lugar donde Héctor
Palacios Ruiz comunicó al mundo la noticia de la suspensión
indefinida del evento, previsto como una reunión de prácticamente
todo el movimiento opositor dentro de la isla. Para entonces, casi toda la
dirigencia de Concilio Cubano se hallaba en los calabozos de la Seguridad del
Estado, y al día siguiente cuatro pilotos de Hermanos al Rescate hallarían
la muerte sobre las aguas del Estrecho de la Florida, para marcar con su caída
de Icaros el devenir isleño de los últimos años.
Por aquellos días mi carrera como periodista independiente iba en
discreto ascenso. Lejos estaba de imaginar que meses y años más
tarde, algunos dentro y fuera de Cuba me considerarían como al principal
cronista de Concilio Cubano, algo que en realidad comparto con otros colegas
como Héctor Peraza y Joaquín Torres. Y estaba lejos de imaginar
que por mi cobertura del acontecimiento opositor sabría no sólo de
la persecución de la Seguridad del Estado, sino además hasta de
amenazas de golpizas por parte de opositores de aquellos momentos, para quienes
un artículo escrito por mí significó demostrarme que una
Cuba en dirección hacia normas democráticas internacionalmente
aceptadas no hará del periodismo la profesión menos peligrosa. Tal
fue el mensaje que me envió el redactar un 21 de julio aquellas líneas
de severa advertencia, reunidas bajo el título de uno de mis ejercicios más
queridos: ¿Agoniza Concilio Cubano?
La periodista Dora Amador, entonces y no sé si ahora de El Nuevo
Herald, se encargó de hacer justicia: fue el único que, desde La
Habana, lanzó un grito de advertencia acerca del giro que estaba tomando
Concilio Cubano después de aquel tremendo 24 de febrero de 1996, apuntó
un 10 de octubre. Un giro que le llevó a su derrota y desaparición,
para demostrar por fuerza del tiempo y de la vida que "Si de inicio tuvo
Concilio una crisis de programa, ahora agrega una de liderazgo. Por un lado, los
que se van siguen con los nombres y los grados, por el otro, los que se quedan
no acaban de agarrar al toro por los cuernos, mientras el tiempo pasa",
escribí en ¿Agoniza Concilio Cubano?
Una sangría migratoria de opositores y periodistas independientes se
ha producido tras aquellos acontecimientos, tras ese artículo que un día
será consultado por historiadores objetivos, y lo anoto con mucho de
vanidad de la cual fui entonces acusado, con el propósito de ocultar una
de las grandes enseñanzas de los hechos de Concilio, quizás no
suficientemente interiorizada, incluso a la altura de esta fecha: la prensa debe
estar ajena a todo interés. La victoria del movimiento de los
periodistas independientes cubanos está en su capacidad para analizar en
función del bienestar general todo acontecimiento de Cuba. Ni periodismo
revolucionario ni contrarrevolucionario, ni prensa oficiosa ni prensa opositora.
Periodismo del pueblo, para el pueblo, y sin ningún tipo de censura y
autocensura.
Vale preguntarse si en los inicios de este milenio el periodismo
independiente cubano aprendió la dura lección de aquellos días.
Vale interrogarse si quienes "nos quedamos" sabremos enfrentar los
nuevos retos, significados por la necesidad de reflejar fidedignamente a una
Cuba cada vez más contradictoria. A cinco años de haber escrito ¿Agoniza
Concilio Cubano?, mi mayor recuerdo es cuánto coraje hube de acopiar para
redactarlo. Hoy quizás se necesite mucho más.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|