NUEVA YORK. Alfonso Armada, corresponsal.
ABC, julio 25, 2001.
A pesar de su nombre de resonancias rusas, a Ninoska Pérez Castellón
se le puede acusar de cualquier cosa menos de complacencia hacia el régimen
de Castro. La ex portavoz de la Fundación Nacional Cubano Americana
(FNCA) se acaba de ir dando un portazo del principal grupo que aglutina a la
oposición anticastrista en Florida tras acusar a su máximo
dirigente de haber olvidado los principios y de haberse ablandado. La salida de
Ninoska se suma a la de otros dirigentes de la FNCA nada conformes con la línea
que ha marcado Jorge Mas Santos, hijo del creador de la Fundación, Jorge
Mas Canosa, cuya inesperada muerte en 1997 sembró las semillas de la
discordia en una organización que el fundador controlaba con mano férrea.
FRACASO DE IMAGEN
Tras el fracaso de imagen que para el antiscastrismo supuso el caso del niño
Elián González, nuevos motivos de fricción entre los
dirigentes de la FNCA surgieron a raíz de la decisión de Mas
Santos de propiciar la celebración en Miami de la entrega de los Grammy
de la música latina, que se celebrará en septiembre, por entender
los más intransigentes que supone una concesión a Castro, ya que
propiciará la participación de intérpretes llegados de la
isla. La reciente decisión del presidente Bush de seguir dejando en
suspenso el capítulo III de la ley Helms-Burton, que permitiría
perseguir en los tribunales a aquellas empresas que hagan negocio con
propiedades que fueron incautadas por el régimen de La Habana a
estadounidenses, no contribuyó a calmar las aguas. Ninoska Pérez
Castellón, que desde su programa «La Cubanísima», en la
emisora de la fundación, mantenía una beligerancia constante
contra el régimen castristra, criticó a Mas Santos por ejercer un
control dictatorial sobre la FNCA y sabotear los fundamentos del movimiento.
El conflicto abierto en la Fundación Nacional Cubano Americana
escenifica un cisma creciente en el exilio cubano instalado en Florida entre los
que conocieron la Cuba anterior a Castro y buscaron refugio en EE.UU., tras el
triunfo de la revolución, y aquellos nacidos en EE.UU., como Mas Santos,
que nunca han vivido en la isla y cuyo grado de resentimiento y actitudes políticas
se han templado con el tiempo. Mientras que para los primeros no hay cambio de
estrategia que valga y todo lo cifran en derribar a Castro, para los segundos se
trata de buscar nuevas vías, entre las que se incluye el proyecto «Varela»,
que pretende servirse de la disidencia interna y abrir espacios políticos
y económicos en la isla con la legislación vigente.
Ninoska, en su furibundo ataque contra Mas Santos, recordó que «ese
proyecto está basado en la Constitución socialista de Cuba» y
que el objetivo máximo de la FNCA es la «abolición» de
esa Constitución.
Mientras Mas Santos trató de quitar hierro a la salida de Pérez
Castellón al considerarla sobrevalorada, dijo que su partido no refleja
el sentir de la mayor parte de los dirigentes de la Fundación. «Creemos
en la democracia y esta institución es más grande que una sola
persona». Antes de Pérez Castellón, su marido, Roberto Martín
Pérez, también abandonó la FNCA, y un ex guardaespaldas de
Mas Santos durante 15 años, se aprovechó de un descuido legal para
registrar la fundación a su nombre tras acusar a su antiguo patrón
de «falta de liderazgo. |