Ineficiencia:
sello distintivo de la producción arrocera cubana
Víctor Rolando Arroyo, UPECI
PINAR DEL RIO, julio - Se ha reducido sustancialmente la presencia del arroz
en los mercados, estatales y privados, en los últimos tiempos. Los
precios aumentan e incluso se han originado hechos violentos en diferentes
mercados donde se vende ese producto, calificado como "esencial en la dieta
de los cubanos".
A la agricultura cubana le urge producir no menos de 450 mil toneladas de
arroz para el consumo interno. Para ello, según fuentes oficiales, se
dispone de suficientes terrenos, equipamiento e insumos.
¿Qué sucede entonces?
Lo que pasa es que no funcionan las propuestas estatales según las
cuales se estabilizarán las áreas de cultivo de arroz, aumentarán
los rendimientos agrícolas y mejorará el procesamiento industrial
del producto.
¿Sobre qué elementos se sustentan tales pronósticos?
El gobierno dispone de no menos de 145 mil hectáreas para la siembra
de arroz y cosechando anualmente sólo en 130 mil de ellas, con
rendimientos de 3,5 toneladas por hectárea, se aportaría un
volumen de 455 mil toneladas. Cifra conservadora si se tiene en cuenta que con
las inversiones realizadas los rendimientos mínimos deberían
duplicar los existentes en la actualidad.
Fuentes oficiales relacionadas con el tema en el año 1996, cuando el
semanario de la oficialista Central de Trabajadores de Cuba se refería a
la "estrategia veloz" en el cultivo del arroz, y los funcionarios
rebosaban de optimismo al asegurar una cosecha sin precedentes en 1997, lo que
unido al incremento de las áreas de cultivo masivo por parte de la
población los hizo asegurar que la capacidad industrial instalada era más
que suficiente para procesar tal cosecha.
No obstante, la gran cosecha no llegó a las 85 mil toneladas de
arroz, 33 por ciento del récord histórico del país.
Cinco años después del fracaso no han sido suficientes para
concretar esos proyectos de interés nacional.
¿Qué ha fallado, si hasta los más importantes complejos
hidráulicos del país están en función de las
siembras arroceras?
No se pueden obviar las afectaciones por irregularidades en las lluvias,
pero ¿por qué son tan dispares los rendimientos obtenidos por
entidades estatales al compararlos con los de los agricultores privados? Máxime
cuando estos últimos aportan las mayores cantidades del producto y tienen
recursos mínimos.
Cuándo el régimen rendirá cuenta de las cuantiosas
inversiones realizadas para mejorar este cultivo, entre las cuales vale destacar
la nivelación del perfil de miles de hectáreas de terreno, la
construcción de presas y canales, así como el empleo de tecnologías
de altos costos, usadas exclusivamente en las plantaciones estatales, las que no
han dado ningún resultado positivo.
Ahora justifican del tremendo fracaso con que "aún no se ha
determinado la tecnología adecuada para este tipo de cultivo", según
expresó un especialista chino que forma parte del equipo de expertos que
estudian mil 200 hectáreas dedicadas a la siembra de arroz en la
provincia de Pinar del Río.
El experto chino pronosticó que en un plazo entre 3 y 5 años
se concluirán los estudios en 5 mil hectáreas, pero omitió
qué pasará con las otras 25 mil destinadas al cultivo de arroz en
esta provincia, en su mayoría en estado de improductividad.
¿Qué tiempo transcurrirá hasta que se determine la
tecnología apropiada para las 145 mil hectáreas destinadas a la
siembra de arroz en Cuba?
¿Cómo se paliará el hambre de más de 11 millones
de cubanos mientras llega ese día?
Interrogantes que sólo puede contestar el gobierno de Fidel Castro,
cuyos funcionarios se limitan a justificar sus procedimientos ineficientes.
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