País
de permanentes extrañezas
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, julio - Cuba es un país de permanentes extrañezas.
Se escucha decir en el discurso oficial que existe una vejez digna y que los
ancianos son tratados con ternura. Y, aunque el que manda es un anciano, muchos
viejecitos se ven en las esquinas como tratan de vender cualquier basura: desde
una manilla de reloj usada, hasta una bisagra oxidada para puerta. Un buen número
de ellos duermen en la calle.
Se condena a la cárcel a un médico que pone la enseña
nacional al revés dentro de una casa, aunque ya el Apóstol de la
independencia, José Martí, lo había hecho hace más
de un siglo, mientras se exhibe por la televisión cómo se pasea la
bandera cubana por las calles de la capital con la esfinge de un extranjero,
Ernesto "Che" Guevara, impresa en ella.
Se afirma que éste es el país más democrático
del mundo (también en la propaganda del gobierno), pero sólo puede
existir el Partido Comunista, amparado por la constitución que hizo ese
mismo grupo político, mientras se encarcela y se acusa de servidores del
imperialismo yanqui (así sucede desde que Fidel Castro tomó el
poder) a los que desean oportunidades e igualdad política para todos.
Se habla de una batalla de ideas que salvará a la humanidad, pero no
se permite que un grupo de personas vaya a cualquier iglesia a escuchar la misa
y a orar por los muertos cuando dos aviones civiles fueron derribados por la
fuerza aérea de los que dicen ser salvadores de la humanidad.
Se asegura también que los niños son lo más importante,
sin embargo el gobierno utiliza a los menores para cuanto acto político
se le ocurre o para realizar propaganda que sea del interés del Partido
Comunista.
Se garantiza a viva voz que existe verdadera libertad de prensa, pero cada día
la prensa está más al servicio de la casta que detenta el poder y
se usa a los periodistas hasta para amenazar a través de los medios a los
que disienten del régimen, al mismo tiempo que se hostiga por todo medio
posible a los periodistas independientes, a quienes se les acusa públicamente
-sin concederles derecho de réplica- de mercenarios, de terroristas, y más.
Se grita, gritan voces gubernamentales elevadas a muchos decibeles, que
Cuba es el país más libre del mundo, pero la gente huye a
cualquier lugar cada vez que tiene la oportunidad. Se culpa a una señora
llamada "Ley de Ajuste Cubano", pero el caso es que los cubanos se van
lo mismo para Australia que para Angola, se van como les sea posible, para donde
tEngan la oportunidad de huir.
Durante años y años se ha dicho, y se dice, que los
trabajadores están en el poder, pero los dos señores que desde
1959 ocuparon y ocupan los cargos más importantes dentro de la
nomenclatura del poder (al parecer de manera vitalicia) nunca han sido
trabajadores. Además, los trabajadores son más pobres cada día.
Se informa que la economía crece, sin embargo la población no
percibe ese crecimiento que, lógicamente debería ser la
beneficiada inmediata porque le urge cubrir necesidades primarias de todo tipo y
porque en realidad, aunque en la práctica no sea así, es dueña
de todos los bienes del país. O sea, no llega el fruto del crecimiento
económico.
Las rarezas son muchas, tantas que se podría confeccionar un catálogo
extenso, pero aquí hay que parar. No obstante, no se puede omitir lo
extraño que resulta que la moneda del enemigo, el dólar
estadounidense, sea la que tiene verdadero valor de intercambio, tanto que si en
alguna medida no la posees eres un paria en todas sus gamas.
Y muy relacionado con esto es que cuando aumentan un peso más en la
tasa de cambio que el gobierno establece para el dólar, en dependencia de
su tamaño, sube un peso o dos el precio del pomo de aceite comestible sin
que nadie sepa explicar qué relación tan mancomunada existe entre
una casa de cambio de moneda extranjera y el aceite para cocinar.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|