Los
perfectos
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, julio - No se sabe si es porque se les terminó la "cuerda"
o si es que están en una parada técnica para reabastecerse de "combustible",
pero el caso es que los cinco "patriotas" cubanos que el FBI puso tras
las rejas por espiar en Miami quedaron fuera de las mesas redondas. Ahora el
tema que regresa es el de las salidas "ilegales" del país de
origen y -¡otra vez!- el de la Ley de Ajuste Cubano.
El panel de periodistas "especializados", con el apoyo audiovisual
de reportajes con vistas de repatriados por los guardacostas estadounidenses y
otros datos adicionales, volvió a fustigar ese afán de irse, de
huir, de los cubanos.
La mayoría de los que huyen -según el panel de "especialistas"-
son "delincuentes" o "vagos habituales". A juzgar por las
mesas redondas, en Cuba habrá que hacer una lista de las personas que no
son delincuentes o vagos y así será más sencillo a la hora
de tocar ese tema. No obstante, debe tenerse en cuenta que la mayoría de
la población cubana se formó dentro de los patrones de conducta
impuestos por el comunismo.
Pero, volvamos a los "patriotas" que son ahora la piedra angular
de la batalla de ideas. Se dijo en la mesa redonda que ellos están
confinados en una prisión horrenda, aunque al mismo tiempo se dio a
conocer que escuchan los discursos de Fidel Castro por la radio, leen periódicos,
escriben y mandan a la prensa comunicados firmados por los cinco, llevan un
diario personal (fragmentos de uno de ellos fue leído en el programa), se
comunican con sus familiares en Cuba, y trascendió que al menos uno de
los "patriotas" tiene en su celda fotografías de Nelson Mandela
y de Ernesto "Che" Guevara.
Por otro lado, llama la atención que el mismo día que los
medios de prensa de la isla denunciaron que los "héroes condenados
injustamente por espionaje" fueron llevados de nuevo "al hueco"
(celda de castigo), la madre del que se nombra Antonio "Tony" Guerrero
apareció en la televisión y dijo que esa misma tarde había
hablado por teléfono tres minutos con su Tony.
Sorprendente, pues ningún prisionero cubano, sea común o político,
es tratado de esa manera. Son conocidos el rigor y los abusos que padece la
población penal de la isla.
La propaganda, evidentemente, ha estado mal conducida. No se ha podido
arribar a los sentimientos de la población. Y eso que, por momentos, ha
alcanzado puntos que recuerdan aquel momento cimero cuando la invasión de
Granada, en que se dijo que los últimos siete cubanos habían
muerto abrazados a la bandera. Claro, como se sabe, en Granada todos corrieron,
todos se escondieron. Incluso el jefe, el coronel Tortoló. "Si
quieres correr raudo y veloz ponte popis (zapatillas) Tortoló", decían
entonces los humoristas.
Ahora a los cinco "patriotas" se les presenta en los medios como
hombres intachables, sin errores, altruistas las 24 horas de todos los días
de todos los años, esposos, padres e hijos ejemplares, ciudadanos sin mácula.
En fin, personas para ser exhibidas en un circo o como piezas de museo.
Los hogares de los "héroes" en Cuba son presentados también
como lugares donde sólo reinan el amor, la armonía y la comprensión
totales. En las entrevistas a los familiares no hubo ni siquiera, por parte de
los periodistas "especializados", una pregunta que pudiera dar pie a
respuestas que desentonen con la imagen idílica que se pretende lograr.
No obstante, los cubanos nos conocemos, conocemos nuestra idiosincrasia,
conocemos al régimen de Fidel Castro y a su maquinaria de propaganda, y
esos "patriotas" que nos pretenden presentar con tanto énfasis
vamos a tener que creer que sólo son humanos exteriormente. Respecto a
los otros cinco que se declararon culpables y cooperaron con el FBI y con la
fiscalía, sólo fueron mencionados una vez. Parece como si hubieran
dejado de existir.
La avidez de héroes puede ser comprensible, no importa cuáles
sean las necesidades o los objetivos perseguidos, pero, ¡por Dios!, nadie
es perfecto.
Además, todo parece indicar que ningún ser normal quiere ser
perfecto. Alguien perfecto sería tan aburrido y desagradable como el
discurso político del régimen cubano durante más de
cuarenta y dos años. Imagínense, si eso fuera posible, ¿cómo
sería el asunto con cinco perfectos?
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