Bush ha dado el toque de gracia a la ley Helms-Burton al invalidar
durante seis meses más su título más polémico. Los
cubanos exiliados van a seguir sin poder buscar compensaciones por las
propiedades que la revolución castrista les confiscó.
Xavier Mas De Xaxàs.
La Vanguardia Digital - - 03.30 horas
- 18/07/2001
WASHINGTON.- El presidente norteamericano George W. Bush no ha podido
escapar al pragmatismo de las relaciones de Estados Unidos con Cuba. Aunque lo
prometió durante la campaña electoral, el presidente no activará
la parte más dura de la ley Helms-Burton. Esto supone un duro revés
para el exilio cubano pero ofrece a Bush aire suficiente de cara al viaje a
Europa que iniciará esta tarde.
La Administración republicana, por tanto, mantiene la política
cubana dentro de los parámetros marcados por Bill Clinton. Por un lado,
se mantiene el embargo, pero por el otro, se dejan en suspenso las medidas más
polémicas y se prosigue con la estrategia de acercar a los dos pueblos. "Vamos
a fortalecer el creciente movimiento multilateral y multifacético para
promover la democracia y los derechos humanos en Cuba", dijo el presidente
en un comunicado que envió el lunes por la tarde al Congreso.
El título tercero de la ley Hemls-Burton permite a los
cubano-norteamericanos buscar compensaciones en la justicia estadounidense por
las propiedades que les confiscó la revolución castrista de 1959.
Muchas de estas propiedades están hoy en manos de multinacionales
europeas. De ahí que la UE amenazara a Washington con una dura batalla en
la Organización Mundial de Comercio si abría la puerta a las
demandas judiciales.
La ley Hemls-Burton se aprobó en 1996 y el presidente Clinton nunca
activó el título tercero. Los republicanos le criticaron por no
hacerlo. George W. Bush, especialmente, porque necesitaba el voto
cubano-americano para ganar Florida.
Ahora que está en el despacho Oval, sin embargo, Bush ha comprendido
que el título tercero puede crearle muchos problemas con sus aliados,
molestos ya por sus políticas de defensa y medioambiente. La ley, además,
tiene la dificultad añadida de la extraterritorialidad. Los jueces
estadounidenses tendrían muchos problemas para sacar adelante las
demandas. Entendiendo estas dificultades, el propio senador Jesse Helms,
promotor de la ley, manifestó ayer que no hay que criticar a Bush porque "está
adoptando una línea muy dura que, sin duda, molestará a Castro".
El lunes por la tarde, Bush notificó al Congreso que el título
tercero quedará en suspenso hasta el 31 de enero del 2002. La suspensión
debe renovarse cada 6 meses. Anticipando esta decisión, el pasado viernes
informó al exilio cubano de que aplicará con rigor el embargo,
limitando la cantidad de dinero que los cubano-norteamericanos pueden enviar a
la isla y no permitiendo a los estadounidenses ir de turismo.
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