Las leyes
que "ajustan" a los cubanos
Amarilis Cortina Rey, Cuba-Verdad
LA HABANA, julio - Cuando se analiza fríamente la cantidad de leyes
prohibitivas a que están sujetos los cubanos, recuerdo una frase del
argot popular muy de uso por estos tiempos: "¡Aquí ya no se
puede ni vivir!"
Leyes, decretos-leyes, regulaciones, resoluciones, controles de todo tipo en
el país más descontrolado del mundo hacen de la vida de los
cubanos una verdadera tragedia. Aquí todo es ilegal.
Sin embargo, por los bajos salarios que paga el estado socialista y el alto
costo de la vida que impone el estado socialista, los cubanos se ven obligados a
"inventar", como se le llama por acá a la acción de
conseguir a cualquier precio entradas económicas extras. Y, sin lugar a
dudas, los "inventos" son constantes y de todo género porque la
gente resiste.
Un buen ejemplo de control estatal son los permisos de trabajo por cuenta
propia que hace algún tiempo concedió el estado. Estas actividades
implican una serie de controles, inspecciones, multas y tantos desasosiegos que
muchos de estos trabajadores o cuentapropistas optaron por entregar el permiso o
licencia y seguir el "invento" por otras vías más
peligrosas, pero menos complicadas.
El extremismo de los funcionarios estatales por controlar la iniciativa
privada ha llegado al punto de multar a un anciano por vender frutas cosechadas
en el patio de su casa.
Cada año que transcurre aumentan las "leyes que ajustan" la
vida de los cubanos, y crece el número de éstos que resultan
multados o terminan en alguna de las centenares de cárceles existentes en
la isla.
Muchos consultados al respecto opinan que el estado debe liberar la
iniciativa privada pues, según ellos, sería la solución de
la mayoría de los problemas que nos afectan hoy por hoy.
Por su parte, los medios de prensa nacionales (todos en manos del estado) se
limitan a repetir que los cubanos emigran por motivos económicos y
alentados por las vitrinas del capitalismo.
Sin embargo, mucha gente opina que la falta de libertades -entre otras la
libertad para poder trabajar libremente y desarrollar una iniciativa cualquiera-
es la causa de que los cubanos se vayan de Cuba. "Estamos aprisionados por
las rejas del comunismo", dijo alguien.
Es posible que la Ley de Ajuste Cubano haya influido e influya más
que el estado cubano en algunas personas y éstas arriesguen sus vidas y
enfrenten el mar. Pero lo que determina que haya miles y miles de emigrantes
potenciales en la isla (que aumentan por día) son las leyes que los "ajustan"
a una vida de incertidumbre y desesperanza ilimitadas.
Las leyes y regulaciones se suceden a diario. Por ejemplo, un médico
que vino a visitar a sus familiares fue regresado a Estados Unidos sin poder
sacar un pie del aeropuerto José Martí de La Habana. Las
autoridades le informaron al galeno que había una nueva ley por la cual
los médicos-desertores no podían visitar su país de origen.
"Esta ley entró en vigencia hace dos semanas", fue la
explicación que le dieron al especialista.
Por las leyes cubanas hay personas que tienen visa para emigrar, pero el
Ministerio del Interior les niega el permiso de salida por "decisión"
de dicho órgano.
También existen leyes que obligan a todo cubano visado a pagarle
alrededor de 900 dólares al estado socialista que paga los salarios en
pesos. Lógicamente, la mayoría de las veces los poseedores de
visas no tienen ese dinero ni quien se lo envíe desde el extranjero.
¿Qué camino le queda a esta pobre gente?
Pues bien, hay una ley física que dice que a toda fuerza se opone
otra. Acción y reacción. Y la reacción de los cubanos a
tanta opresión ha sido y es escapar del estado que los aplasta, aunque
haya quien diga lo contrario.
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