Seguimos en
combate
Manuel Vázquez Portal, Grupo Decoro
LA HABANA, julio - En Cuba se combate de la mañana a la noche, de
lunes a domingo, de enero a diciembre. No hay tregua, compay, no hay tregua.
Somos el pueblo más resistente del mundo.
Las primeras escaramuzas se efectúan apenas amanece. Un turbión
de aguerridos combatientes asalta enfurecidamente los camellos. Es una batalla rápida
y sin misericordia. El fragor de la lucha estremece la ciudad. Se escuchan
gritos, quejidos, palabrotas. La guerra se hace interminable. Los alaridos no se
apagan hasta bien entrada la noche.
La contienda más fiera se entabla contra un enemigo invisible. Hay
que perseguirlo a ciegas, sin orientación. Se esconde en los recovecos más
inusitados. Se parapeta en lugares inaccesibles, se atrinchera en recónditos
parajes. Cuando lo suponemos en la bodega se ha escurrido hasta los
agromercados, cuando lo creemos en los agromercados se ha escabullido hasta la
shopping, cuando lo presumimos en la shopping ha sido barrido por otros
combatientes que asaltaron primero. Es un enemigo escurridizo, sagaz, mutante y
vende muy cara su existencia. Decir víveres es como decir guerra de las
galaxias. Exterminio y desierto, contaminación y angustia, soledad y
tristeza.
La lucha continúa. Seguimos en combate. Se precisa de camuflaje. Hay
que vestir la tropa. Al niño le faltan camisas, a la esposa se le
rompieron los zapatos, la cama se quedó sin sábanas, el baño
está desprovisto de toallas. Parece el fin. Estamos asediados por
enemigos que parecen dispuestos a vernos en harapos. Hay que pedir auxilio. Las
comunicaciones son pésimas. Insistimos. La retaguardia no responde.
Llegarán refuerzos. La Wester Union se encargará de hacérnoslos
llegar. Con la próxima remesa ganaremos la guerra.
No hay tregua. La noche ha llegado sin que hayamos podido tomar un pequeño
descanso, un mínimo respiro. La infantería abordó todos los
medios de transporte y regresamos al centro de operaciones extenuados,
desfallecidos. Es hora de informarse. Randu Alonso anuncia que seguimos en
combate y en ese instante sobreviene un silencio denso, oscuro. El enemigo nos
ha cortado el fluido eléctrico y comienza la guerra biológica. Un
ejército de mosquitos nos invade y tenemos que refugiarnos en los
balcones y terrazas. En las tinieblas trazamos las tácticas de mañana.
Será otra dura jornada. Así se nos irá el año (menos
mal que le puse tilde a la ñ).
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