NUEVA YORK. Alfonso Armada, corresponsal.
ABC. Julio 9, 2001.
Para desazón de buena parte de los exiliados cubanos en Florida,
satisfacción del régimen de Castro y alivio de los inversores
europeos, Clinton aplazó una vez cada seis meses desde 1996 la entrada en
vigor del título tercero de la ley Helms-Burton, que permite demandar a
quienes hagan negocios en la isla en propiedades confiscadas por la revolución
a estadounidenses. En julio vence el último veto. Bush tiene la palabra.
Ahora es la ocasión de George W. Bush de devolver a los
cubanoamericanos su decisivo respaldo electoral y reforzar el embargo contra La
Habana o evitar un nuevo frente con la UE, molesta con la Casa Blanca por haber
hecho descarrilar el protocolo de Kyoto sobre el recalentamiento de la Tierra e
insistir en abrir un paraguas antimisiles.
Las quejas de Canadá y los países europeos lograron que
Clinton no accediera nunca a las presiones de buena parte de la comunidad cubana
en EE.UU. para que se pusiera a funcionar el título clave de la
Helms-Burton. Bush tiene que tomar una decisión al respecto antes del 17
de julio, pero, como adelantó hace unos días la agencia Efe,
seguramente será la próxima semana cuando el presidente desvele su
primera aproximación política hacia Cuba. Desde que el castrismo
triunfó en 1959, Fidel Castro ha visto desfilar por la Casa Blanca a diez
presidentes que han mantenido en vigor un embargo que ha castigado al pueblo
cubano pero no ha logrado su máxima pretensión, acabar con el régimen.
CRÍTICAS INTERNACIONALES
Bush se arriesga a enemistarse con el poderoso grupo de presión
cubano-americano si opta por seguir la senda trazada por Clinton. El presidente
demócrata hizo sus cálculos y estimó siempre que resultaba
menos gravoso enfrentarse a los cubanos de Miami que a sus aliados canadienses y
europeos.
El congresista hispano José Serrano, partidario de levantar un
embargo que, según su opinión, ha demostrado de sobra que no sirve
para acabar con el castrismo, recordó a Efe que «después del
embargo económico, este es el asunto que más críticas
levanta a nivel internacional», y añadió que la prórroga
de la suspensión o su entrada en vigor presenta un grave dilema para el
nuevo inquilino de la Casa Blanca, ya que «coloca a Bush en aprietos, como
nunca lo estuvo Clinton».
El asunto, como todo lo relacionado con Cuba, y como el enardecido caso Elián
vino a demostrar hasta el delirio, levanta pasiones furibundas en la Pequeña
Habana de Miami, y salva sin problemas las diferencias entre demócratas y
republicanos, ya que los tres congresistas de origen cubano, tanto los
republicanos Lincoln Díaz Balart e Ileana Ros Lehtinen, como el demócrata
Robert Menéndez, han pedido claramente a Bush que haga lo que Clinton no
se atrevió a hacer. Sin embargo, Díaz Balart reconoció que
aunque la inclinación natural de Bush puede ir a favor de implantar la
ley, es consciente de que la UE podría llevar a los Estados Unidos ante
la Organización Mundial del Comercio, y una derrota de Washington ante el
tribunal que regula los contenciosos comerciales redoblaría la presión
internacional contra el embargo.
Al otro lado del Estrecho de Florida, el ministro que ha de lidiar con las
cifras de la zafra, Ulises Rosales, acaba de reconocer que la cosecha de este año
será inferior a los 3,6 millones de toneladas, frente a los 3,7 millones
de toneladas previstas, un 10 por ciento inferior a la del pasado año.
Aunque el turismo y la explotación del níquel han superado al azúcar
en cuanto a la entrada de divisas en la isla, la caña sigue en gran
medida dominando el paisaje cubano.
No está claro hasta qué punto la aplicación del capítulo
tercero de la Helms-Burton dañaría a la industria azucarera, pero
el sector turístico, en el que España ha invertido grandes sumas,
sí resultaría afectado.
Al anunciar hace unos días que se había superado el millón
de turistas en lo que va de año, el ministro del ramo, Ibrahim Ferradaz,
manifestó su confianza en que los grupos de inversores extranjeros que
han apostado por el sector turístico se mantengan en el país, al
margen de lo que pase con la ley Helms-Burton. |