Raúl Rivero. Publicado el martes, 3 de julio de 2001
en El Nuevo Herald
La algarabía de los medios de prensa ante los éxitos del
gobierno en todos los dominios de la vida y de la muerte deja en un olvido
grosero, en un último plano, el rigor de la existencia del cubano del
peso y la libreta.
Ahora, la crónica social de la alta política desborda las
visitas y protocolos de dignatarios extranjeros, ministros, consejeros, enviados
y empresarios. Se ocupa de la nobleza obrera criolla y de la otra, porque nos
vienen a ver baronesas y príncipes.
Eso junto a las piezas propagandísticas sobre los triunfos
deportivos, los hallazgos científicos, las conquistas económicas,
la reanimación ideológica y las resonancias de la solidaridad
mundial no dejan espacio para la reseña del devenir diario de la gente
común.
Es en esos grandes grupos poblacionales que no tienen acceso a los dólares
ni a la jaba mensual de las corporaciones donde, cuando alguien se queja del menú
servido por la dueña de casa, se le suele responder con una frase como ésta:
Acuérdate de las medallas olímpicas.
Y es que ha entrado el nuevo milenio y en ese terreno el gobierno sigue
empantanado y dictando cada día nuevos decretos, resoluciones y leyes "contra
las ilegalidades'', que no son más que la coreografía popular para
salirse de la faja del estado.
Este verano las autoridades anunciaron que lucharán por aumentar la
calidad de los productos normados por la libreta de racionamiento, en vigor en
la isla desde 1964. Se proponen que la gente se sienta complacida con el
pescado, admire la mortadela, se deslumbre con el picadillo de soya y brinde por
los éxitos con un delicioso yogur.
En una palabra, que las celebraciones sean por todo lo bajo, con manjares
ajenos al paladar criollo, impuestos en la mesa porque los ensayos económicos
de los últimos 40 años han fracasado. Desde luego que siempre la
conciencia inquisitiva de los funcionarios encuentra una esperanza y la
industria pesquera trabaja ya en el desarrollo de una especie asiática,
la claria, de alto valor proteico, que, junto a la tenca desaborida, traerá
un menú de primera a los hogares del país.
Como quiera que se ha observado también un aumento en el delito de
hurto y sacrificio del ganado mayor, sobre todo en las provincias de Villa
Clara, Holguín, Granma y Camagüey, de inmediato se tomarán
medidas para encarar el asunto.
Este verano las autoridades anunciaron que lucharán por aumentar la
calidad de los productos normados por la libreta de racionamiento, en vigor en
la isla desde 1964
Es decir, ¿se trabajará intensamente para el desarrollo de la
masa ganadera y poder garantizar cantidades razonables de carne en la familia?
No. El llamado es a extender "con rigor y eficacia'' acciones "hacia
las redes de comercializadores'' y a que "se libre un combate político-moral
contra los receptadores'', es decir, contra los que tienen la pretensión
de poner un bistec sobre su mantel.
Para rematar, puedes estar ante un festín de mortadela o de pescado
enlatado en Chile, servido con abundantes chícharos y acompañados
por el pan que se te entrega diariamente, cuando toquen a tu puerta el dúo
de integrantes de los comités de defensa de la revolución que
investiga y detecta ilegalidades en la vivienda.
De modo que, tranquilo, si no has ampliado tu casa con materiales de origen
desconocido, si no tienes a nadie alquilado en una de las habitaciones para
ganar unos pesos más, si no has hecho un bañito que transformó
la arquitectura original del inmueble. Tranquilo, acuérdate de las
medallas olímpicas.
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