Por Adela Soto (Nueva Prensa Cubana).
Diario Las Américas
LA HABANA (NPC).- Según datos preliminares, mantenidos casi en
secreto por el departamento de censo poblacional del Comité Nacional de
Estadísticas, se pudo conocer que en Cuba más de 4 millones de
personas carecen de vivienda.
Esa cifra resulta alarmante si se relaciona con los 11 millones de cubanos
que viven en la isla, y mucho más cuando se conoce que un considerable número
de esos cubanos sin techo se concentran en los barrios marginales capitalinos y
La Habana Vieja.
Así, si nos acercamos al barrio de Colón, en el mismo centro
de la capital, se puede observar el pésimo estado en que sobreviven
cientos de familias, a las que no les ha llegado, nunca, las supuestas "conquistas
sociales de la revolución".
En esa barriada, en viviendas apuntaladas y edificios que claman por ser
demolidos, se hacinan miles de personas con padecimientos crónicos,
ancianos y niños de todas las edades.
Otra parte de esa desolación se encuentra en La Habana vieja (con
exclusión del casco viejo, restaurado para fines turísticos por el
historiador de la ciudad, Eusebio Leal) donde sólo se encuentran ruinas,
promiscuidad y violencia familiar, como consecuencia de la obligatoria
convivencia.
La situación de la vivienda en Cuba es un hecho real y palpable en
cualquier zona y que se agudiza en los barrios de las afueras de la ciudad.
Las promesas de los últimos 42 años han sumido a los
necesitados en el desánimo y la inseguridad. Y el panorama se hace más
sombríos cuando la mayor parte de los recursos del país se dedican
a la construcción de hoteles y comercios, y viviendas para el confort de
los extranjeros, que pagan en dólares. Y mientras tanto, el pueblo
sobrevive en las peores condiciones de existencia. |