En Cuba no
hay Esenios
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, enero - Hace dos mil años unos reyes, que también
eran magos, guiándose por una estrella llegaron a Belén a adorar
al Niño Jesús. Ellos se postraron, abrieron sus cofres, y le
ofrecieron regalos.
Ese hecho sirvió de base a la Iglesia Católica para instituir
el Día de los Reyes Magos y en esa fecha, 6 de enero en el calendario
gregoriano, ofrecerle regalos a todos los niños.
El Día de los Reyes Magos es una celebración que, en países
cristianos, lleva bastante tiempo. Cuba, durante muchos, muchos años,
festejó ese día.
Pero la tradición, que tiene un origen eminentemente religioso, quedó
abruptamente interrumpida por disposición gubernamental. "La religión
es el opio de los pueblos", argumentaron los voceros de Fidel Castro.
Sin embargo, la tradición subyacía, se mantenía (y
mantiene) latente en algunas familias que cada seis de enero entregaban (y
entregan) algún regalo a los niños de la casa y de esa forma,
indirectamente, continúan la adoración al pequeño de Belén.
El nacimiento de Jesús, como sabemos, estuvo rodeado de una situación
política extrema. Por eso, el Rey Herodes se empeñó en
eliminarlo físicamente. De ahí que María y José,
padres de Jesús, y el recién nacido se convirtieran en los
primeros emigrantes de nuestra era.
Política, evidentemente, es también la situación creada
en La Habana por la celebración, muy limitada, que de forma pública
realizaron funcionarios de la Embajada de España del Día de los
Reyes Magos.
Del breve y corto paseo que vestidos de Reyes Magos realizaron los españoles
por algunas calles de La Habana Vieja, cabalgando, repartiendo juguetes y
caramelos, el gobierno de Cuba hizo una gran protesta política.
Detrás de tanto ruido -todos los medios de prensa del régimen
(no existen otros) se pusieron en función del caso- la situación
política parece estar tirante con el gobierno de José María
Aznar, aunque ya había tenido su detonante público durante la
Cumbre Iberoamericana de Panamá, cuando Fidel Castro se negó a
firmar una declaración de condena al grupo terrorista ETA.
Pero lo fundamental es evitar que los niños cubanos se vayan a sentir
dueños de una fecha que no ha sido creada dentro del esquema
castro-marxista. El ambiente del niño es en extremo fundamental, y ese
ambiente es el reconocimiento de sus necesidades, tanto espirituales como
materiales. Pero, filosofando un poco, las cuestiones espirituales son las que
nos hacen un verdadero ser humano, y a ellas vamos a responder siempre.
La influencia de un Día de Reyes, donde los niños desbordan su
imaginación y su fantasía, es muy negativa para un régimen
totalitario. Primero, porque las riendas de la sociedad se escapan, y también
porque los grandes días de la infancia nos marcan para siempre.
Cuando Jesús nació, Jerusalén estaba ocupada por los
Romanos. Dentro del pueblo había tres posiciones: la de los nacionalistas
separatistas, que se esforzaban por conservar las tradiciones de los rabinos; la
de los colaboracionistas con el poder impuesto, era la clase alta, la más
poderosa, y el grupo de los Esenios, que practicaban la pobreza, la castidad, y
cuya esperanza no tenía contenido terrenal ni político. Pero... en
Cuba no hay Esenios, y eso el gobierno lo sabe.
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