Educar sin
imposiciones clasistas
Héctor Maseda, Grupo Decoro
LA HABANA, enero - Concluyó el Primer Congreso Nacional de Pedagogos
Independientes de Cuba.
Durante tres meses sesionaron cientos de educadores en 13 de las 14
provincias. El encuentro final tuvo lugar el 19 de diciembre en esta ciudad.
Entre sus resultados más notables se encuentra la creación de un
documento que resume las características del sistema educacional
desarrollado en el país durante las últimas cuatro décadas,
el intercambio de experiencias entre profesionales del sector y las
recomendaciones surgidas en este congreso.
Educar, señala la declaración, es un complejo proceso de
formación que combina elementos culturales, filosóficos-metodológicos,
ético-morales, sociales, y familiares que, unidos entre sí, dan
como resultado el modelo de ciudadanos útiles a la sociedad.
El Estado cubano, al atribuirse el derecho a ser el único facultado
para moldear a nuestros hijos, no observó ese equilibrio imprescindible
en la educación y sobresaturó ideológicamente la enseñanza,
a la vez que redujo la influencia de los padres sobre aquellos y cortó de
raíz la posibilidad que tienen éstos de escoger el tipo de
preparación preferida para sus vástagos.
Al niño, desde que ingresa en pre-escolar, se le confecciona un
expediente acumulativo que no solo compila su promoción docente sino que
escarba en su proyección política y psicológica a través
de los años.
Al terminar la secundaria, este menor está obligado a becarse en
preuniversitarios en el campo si desea continuar sus estudios superiores. De
esta manera, el Estado desvincula definitivamente al educando de la tutela
familiar. Así, el régimen totalitario se convierte en dueño
absoluto del joven.
Paralelamente el gobierno distorsiona nuestra historia, precisa la
documentación, une la prédica martiana de amor y libre pensamiento
con las ideas de odio social e intolerancia política del
marxismo-leninismo: Adapta a su conveniencia los hechos y biografías de
nuestros próceres y confecciona nuevos textos escolares con propósitos
poco altruistas.
Concibe las aulas universitarias sólo para los revolucionarios,
identifica los conceptos de Nación con revolución; soberanía
e independencia con gobiernos tiránicos; y a José Martí con
personajes políticos actuales. Actos que constituyen en sí grandes
arbitrariedades histórico-sociales.
Con el personal docente ocurre otro tanto: están obligados a ser
incondicionales al régimen; a participar en actos inmorales por principio
para lograr altas promociones docentes, aunque este procedimiento implique
incurrir en fraude, no solamente a profesores y estudiantes sino también
a las autoridades educacionales.
Los maestros deben divulgar ideas que en muchas ocasiones no comparten y que
alteran la realidad nacional.
Es real que la educación se extendió Cuba a todos los
rincones en los últimos 42 años. Miles de nuevas obras han sido
edificadas y dedicadas a otros fines. Pero ¡a que precio! Su costo político
ha sido elevado: Se perdió el derecho a opinar y a ser hombres
verdaderamente libres.
Por otro lado, la situación de los educadores cubanos es
verdaderamente alarmante. deben cumplir con metas y patrones preestablecidos.
Sus salarios no superan los 15 dólares mensuales, no pueden adquirir una
vivienda legalmente porque su sector no está adjunto al movimiento
microbrigadista para la construcción de edificios y no disponen de
sindicato que vele por sus derechos laborales. Estas son algunas de las razones
que han dado pie al éxodo de educadores hacia otras áreas de
trabajo.
Fueron estas reflexiones de los pedagogos independientes las que los obligó
a que se reunieran nacionalmente y emitieran, en forma de recomendaciones, las
experiencias acumuladas en todos estos años.
Las sugerencias más importante fueron: rescatar los valores éticos
más genuinos de la nación cubana y establecer nuevamente el lazo
estrecho familiar-escuela, eliminar el dogmatismo de los planes de estudio en el
sistema nacional de educación, respetar la realidad de la obra de José
Martí y demás próceres cubanos.
El congreso y sus participantes no estuvieron exentos de la represión
policial para evitar su realización. Varios de sus organizadores
sufrieron amenazas e incluso detenciones. No obstante, nada ni nadie pudo evitar
su desarrollo lo que dice mucho de los pedagogos independientes y su elevada
sensibilidad ante los problemas que afectan el país.
Todos los asistentes a los talleres provinciales y al evento nacional,
concluye el documento, reconocieron la importancia que tuvo este por el rico
intercambio de experiencias. Piensan que fue importante no sólo por esta
poderosa razón, sino porque ya saben que no están aislados, son
cientos los que comparten sus mismas preocupaciones y anhelos. Muchos
aprendieron que no existe poder que pueda amordazar las ideas. Y sobre todas las
cosas, están convencidos que más temprano que tarde la Patria será
de nuevo la fragua martiana, "con todos y para el bien de todos".
Cuando llegue ese momento, la educación ocupará el lugar cimero
que le corresponde en nuestra sociedad.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|