"Tanque
pensante" en Cuba: ¿sólo buena intención?
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, febrero - La prensa gubernamental destacó la presencia en
Cuba de una delegación del Consejo para las Relaciones Exteriores de
Estados Unidos, considerado uno de los llamados "Tanques Pensantes"
norteamericanos, fundado en 1921 e integrado por más de 3,500
personalidades, comprendidos políticos, académicos y empresarios.
Sin dudas, entre los concurrentes está uno de los más
pintorescos personajes: el financista David Rockefeller, presidente de honor de
esa institución privada, quien vuelve a Cuba después de 42 años
de ausencia, cuando antes venía con frecuencia como directivo del Chase
Manhatan Bank, con suficientes agencias bancarias en toda la geografía
cubana y, como todos los bancos nacionales y extranjeros, confiscados por el
gobierno de Castro.
Pero si esas expropiaciones hubieran hecho avanzar al país, cabría
alguna justificación de la presencia de este "Tanque" incluida
la presencia también del presidente de los "tanquistas" y
presidente del banco de inversiones Black Stone Peter Peterson, por cierto, algo
deslumbrado por su encuentro con el gobernante cubano.
En mi opinión, el antiguo Secretario Asistente de Estado para Asuntos
Interamericanos durante la administración Ford, uno de los concurrentes a
La Habana, ni antes ni ahora parece que ha estado bien informado sobre los
asuntos de Cuba, porque ¡mire usted!: son cuatro décadas de
intolerancia política, de persecuciones contra opositores, de
emigraciones masivas, de mercado cerrado, de violaciones de los derechos
humanos, coronado todo con una "Ley Mordaza" o Ley 88, en que las
palabras sabias del Papa, Juan Pablo II, "que el mundo se abra a Cuba y que
Cuba se abra al mundo con sus magníficas posibilidades", el régimen
las ha convertido en palabras hueras. Cuba, su gobierno, no hace apertura
exterior, mucho menos interior, que es por donde hay que empezar. Por lo mismo,
la buena voluntad -resignémonos a ser crédulos y esperanzados- de
este "Tanque" del CFR de Estados Unidos de que el mundo se abra a Cuba
quedará sólo como una buena intención. ¡Nada más!
Ya se fueron.
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