El lado
oculto de la Feria
Claudia Márquez Linares, Grupo Decoro
LA HABANA, febrero - La X Feria Internacional del Libro de La Habana estuvo
esta vez dedicada a España y al escritor cubano Roberto Fernández
Retamar. La fortaleza de San Carlos de la Cabaña fue el lugar escogido
para este evento tan esperado por los ávidos lectores de todas las
edades.
Una vez más nos hemos tropezado en esta feria con la total ausencia
de la literatura de los escritores cubanos exiliados. Las jóvenes
generaciones no tendrán el gusto de disfrutar los textos impregnados de
cubanía de Guillermo Cabrera Infante, Zoe Valdés, Daína
Chaviano, Eliseo Alberto... la lista sería interminable, y hay que
conformarse con los autores que responden a los patrones de la oficialidad
mientras las editoriales del mundo se encargan de hacer eco de los numerosos
artistas de la palabra ignorados en su patria natal.
El evento estuvo marcado por una proyección izquierdista y por la
visión parcializada del exilio miamense. Esto se constata en obras como "Misión
en Miami", de Leonelo Abello y en "Me fui por el Mariel", de Galo
A. Carvajal; ambos de la editorial Capitán San Luis.
Como era de esperar, en los libros de corte sociopolítico imperó
un solo punto de vista ideológico, lo cual impide que el lector cubano
tenga una visión objetiva de lo que sucede en el mundo y especialmente en
Latinoamérica.
Tal es el caso del libro "Un continente desaparecido", del
periodista italiano Gianni Miná, que mediante entrevistas a
personalidades que se desempeñan en diversas esferas de la vida nos da la
archiconocida interpretación de "un continente donde se nace para
morir" y donde la culpa va a parar a las políticas neoliberales. La
lista de entrevistados incluye a Eduardo Galeano, Frei Betto, Gabriel García
Márquez y a los ex miembros de la guerrilla del Che, Pombo y Urbano, lo
que le indica claramente al lector cuál es el enfoque.
Nada nuevo para los cubanos sumidos en una "batalla de idas" que
el gobierno de Cuba día a día lleva a cabo por lo medios de
prensa.
Si pretenden lograr que éste sea el país más culto del
mundo (como aseguran ciertos portavoces gubernamentales) deben publicar, por
ejemplo, "El manual del perfecto idiota latinoamericano", de los
autores Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Alvaro Vargas Llosa,
para que el lector tenga enfoques diferentes sobre un mismo tema.
O, si se trata de la actualidad cubana, el libro "La revolución
cubana: orígenes, desarrollo y legado", de la socióloga
Marifeli Pérez-Stable, residente en el exilio.
No debemos descartar que la X Feria Internacional del Libro permite al
lector cubano encontrar títulos imposibles de adquirir durante el resto
del año. Sin embargo, la variedad está muy lejos de ser la
necesaria. Sin dudas lo que se presenta continúa marcado con la
identificación en un grado u otro con la política editorial
oficial.
Esperemos que pronto no sólo tengamos la posibilidad de leer libros,
sino de escoger libremente lo que se quiera leer. Ese es el verdadero modo de
fomentar la formación de hombres cultos y libres, como lo soñó
Martí.
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