La Nación
Line. Febrero 7, 2001
Una aclaración cubana agravó el conflicto
El líder cubano se burló de la Argentina; la Cancillería
convocó al embajador cubano para quejarse
Fidel Castro fue mucho más lapidario con la Argentina que lo que las
primeras noticias informaban.
No sólo acusó al Gobierno de "lamer la bota yanqui",
sino que sugirió que había que convertir el Obelisco en una
bandera norteamericana y que en la Argentina "todo está vendido,
hasta la tierra".
El canciller Adalberto Rodríguez Giavarini leyó una copia
oficial de la locuacidad de Castro ayer por la mañana, apenas se levantó
en su habitación de hotel en Washington, donde se encuentra en gira
oficial, y confirmó que su enojo estaba justificado.
La aclaración realizada por el gobierno de Cuba sobre las palabras de
Castro resultó como nafta sobre el fuego donde se consumen las pocas
esperanzas de una pronta solución al conflicto con la Argentina.
La administración de la isla utilizó el diario Granma, su órgano
cautivo de difusión, para transcribir los conceptos del líder
cubano que tanto molestaron a Rodríguez Giavarini, y confirmó que
la realidad era aún más grave de lo que se suponía.
Castro habló durante un discurso de seis horas pronunciado el sábado
último al cierre de un encuentro internacional de economistas.
Justificó su enojo en una supuesta información que consignaba
que la Argentina repetiría su voto de censura a Cuba en la Comisión
de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que se reúne en abril. En la
Cancillería dicen que aún no resolvieron el tema.
Evaluación pesimista
"Acá se pudrió todo", graficó una fuente
diplomática argentina luego de leer el discurso.
Ante esta confirmación de las palabras de Castro, la Cancillería
convocó ayer al embajador cubano en Buenos Aires, Alejandro González
Galiano y le entregó un escrito de protesta.
"La nota trasunta el desagrado por los agravios vertidos por el
presidente Castro", explicó el Palacio San Martín por medio
de un comunicado. El representante cubano recibió la notificación
de manos del director de América Central, Caribe y México de la
Cancillería, Arturo Bothamley.
Consultados por La Nación, representantes de la embajada cubana
prefirieron no hacer comentarios. Diplomáticos argentinos explicaron que
González Galiano podría abandonar el país convocado por
Cuba para equiparar gestos, pero que si se queda sería una señal
de buena voluntad.
"En todo caso -explicaron en el Palacio San Martín-, la pelota
está del lado de los cubanos." Cerca de Rodríguez Giavarini
intentaban imaginar alguna salida al conflicto diplomático, pero les
resultaba difícil.
Sin pronto regreso
El embajador argentino en La Habana, Oscar Torres Avalos, fue convocado a
esta ciudad apenas se desató el escándalo y no tiene previsto un
pronto regreso. Pasado mañana se reunirá con el canciller cuando éste
regrese de Estados Unidos y brindará un informe de la situación.
Por el momento, la sede diplomática de la Argentina en Cuba está
bajo el mando del encargado de negocios, José María Allert, y es
probable que esta situación se mantenga durante algún tiempo.
Demorar la llegada del embajador es una de las formas que tiene un gobierno de
expresar su descontento con otro.
De hecho, Torres Avalos sólo se instaló en La Habana en
diciembre último, ya que la anterior crisis entre la Argentina y Cuba
motivó que su designación se retrasase.
En aquella oportunidad, la controversia se desató luego de que el
gobierno de Fernando de la Rúa continuase con la práctica de la
administración anterior y censurase a Cuba en la votación de la
Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Este voto defraudó al gobierno cubano y a sectores de la propia
Alianza, que esperaban que la administración De la Rúa se
abstuviese.
Cuba: Alfonsín impulsa la abstención
Entrevista de La Nación con el ex presidente
No admite medias tintas. Tampoco pone reparos en sus palabras. Al hablar de
política internacional el jefe del radicalismo y ex presidente de la Nación,
Raúl Alfonsín, se muestra tajante y emite un mensaje por partida
doble: no sólo aseguró que "en el Gobierno no queremos ser
clientela cautiva de los Estados Unidos", sino que también dejó
en claro que fomentará la idea de que el país se abstenga ante la
votación en las Naciones Unidas para analizar la situación de
derechos humano en Cuba.
Si bien el ex jefe del Estado calificó de "desafortunadas"
las expresiones de Fidel Castro que dijo que la Argentina se había
convertido en "lamebotas de los yanquis", a la vez advirtió que
"no hay que avivar este fuego porque Cuba y la Argentina son dos pueblos
amigos".
Alfonsín aseguró también que el presidente Fernando de
la Rúa "aún no tiene una posición tomada"
respecto del voto contra Cuba en las Naciones Unidas.
El Mercosur, el eventual acuerdo por el ALCA, la política de
acercamiento de la Argentina con los Estados Unidos y la "necesidad"
del Gobierno de "salir del modelo neoliberal que dejó el menemismo",
son alguno de los temas que Alfonsín analizó en un extenso
reportaje concedido a La Nación.
-¿Está conforme con el acercamiento del Gobierno argentino a la
administración norteamericana de George W. Bush?
-El acercamiento significa tener relaciones maduras como con cualquier país.
Intereses comunes, distintos y contrarios también. La Argentina, por
ejemplo, no está para nada de acuerdo con el bloqueo que se le hace a
Cuba. Está en contra. Lo ha mantenido permanentemente y vamos a seguir
trabajando para que esto siga así.
-¿Este acercamiento debe hacerse en forma unilateral o junto con el
Mercosur?
-Con el Mercosur naturalmente. Pero también queremos acercarnos a
Europa. No queremos ser clientela cautiva de los Estados Unidos. Esto no lo digo
yo solo sino que todo el Gobierno opina así.
-¿Y es muy difícil para este momento del país no quedar
cautivos de los Estados Unidos?
-No vamos a quedar cautivos. No vamos a hacer un acuerdo de libre comercio
(por el ALCA) que signifique liquidar la industria nacional. Hay que establecer
reglas de juego muy claras y cuidando la letra chica. Hay que establecer un
convenio que no conspire con los intereses de la industria argentina. Es decir,
pensar si da soluciones al desempleo o a los subsidios en el agro o no.
-¿Usted estaría dispuesto a persuadir al Presidente para que la
Argentina vote por la abstención en las Naciones Unidas por el caso Cuba?
-Creo que el presidente de Cuba ha sido muy desafortunado en sus
declaraciones hacia la Argentina. Pero creo que no hay que avivar este fuego
porque son dos pueblos amigos. Tenemos ideologías distintas, eso está
claro. El fundamento de mi voto es que existen muchos países en los que
hay violación a los derechos humanos y se remarca, pero de los Estados
Unidos nunca se dice nada.
-¿Cree que la Argentina debería abstenerse ahora?
-Esa es mi posición. Lo que sí le aseguro es que el Gobierno aún
no tiene decisiones tomadas para este año. Me lo dijo el Presidente y el
canciller (Adalberto Rodríguez Giavarini). Hay que seguir conversando y
yo daré mi opinión y el Presidente hará lo que le parezca.
-¿Qué habló con el embajador cubano en Buenos Aires?
-El dice que no eran tales las declaraciones (de Castro). Igual creo que
fueron expresiones muy desafortunadas.
-¿Estaría dispuesto a ser un nexo entre Castro y De la Rúa
para salir de esta situación?
-No me corresponde. Pero en todo caso haría lo que el Presidente me
indique.
-¿Cree que De la Rúa es la continuidad de la política de
Menem?
-Mire, de una política neoliberal de diez años no se sale fácil.
Hay cosas que hay que manejar en el tiempo. Existe la voluntad clara y
manifiesta de no seguir ese lineamiento. Pero no podemos decir que de pronto se
acabó la deuda externa o que hay que estatizar lo que se ha privatizado
mal. Vamos saliendo de eso y creo que aceleradamente. Esperamos que cuando
termine el mandato el Presidente podamos tener una base de capitalismo con
Estado presente. Una política para el desarrollo.
-¿Qué riesgos se corre con una salida muy acelerada del modelo
neoliberal?
-Hay que tener cuidado con los compromisos que tiene el país. Estamos
llevando una política distinta de la del año último, en el
que tuvimos que tapar agujeros.
Castro acusó a la Argentina de "vender todo"
Dijo que nuestro país no pudo haber "ultrajado más la
memoria de los fundadores"
La versión original de las palabras de Fidel Castro contenía
algunas expresiones bastante poco diplomáticas, pero la desgrabación
completa que se difundió ayer es mucho peor.
El diario oficial Granma las publicó "con el propósito de
que los argentinos no se dejen engañar", pero la aclaración
contribuye muy poco a la pacificación entre los dos gobiernos.
Según la versión difundida por el diario cubano, Castro comenzó
su evaluación sobre la Argentina advirtiendo que esperaba "que nadie
se ponga bravo" por las cosas que iba a decir y luego comenzó a
destrozar al Gobierno. La causa de su enojo: noticias que había recibido
acerca de que la Argentina volvería a votar contra Cuba en la Comisión
de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Castro consideró que la Argentina había canjeado su voto por
ayuda económica de Estados Unidos y que eso era "lamer las botas de
los yanquis". Pero también hizo evaluaciones muy duras respecto de
la política interna del país.
"En época de Menem éste acarició la idea de la
dolarización, el billete verde. ¡Qué felicidad! Créditos,
consuma, compre. ¡Qué maravilla de desarrollo! ¡Qué
contenta la gente comprando refrigeradores, televisores, automóviles,
todo! Y, por otro lado, el Gobierno vendiéndolo todo, hasta los parques",
dijo Castro con tono irónico.
"Morir de asfixia"
Luego dijo que la Argentina recurrió al blindaje financiero "para
no morir de asfixia, para no ahogarse cuando el agua está llegando hasta
aquí (señalándose el cuello)".
También consideró que "todo está vendido" en
el país y que la Argentina debería convertir el Obelisco en un
monumento a Estados Unidos. "Hay que cuadrarlo frente al imperio y poner
una banderita de las barras y las estrellas. ¡Si ya no pueden haber
ultrajado más la memoria de los fundadores!".
Según Castro, el gobierno de la Argentina cree "que los pueblos
no se dan cuenta de eso, y que son bobos, por la mucha propaganda y los muchos
reflejos que han tratado de crearles en la mente".
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