BARCELONA. Dolors Massot. ABC,
febrero 2, 2001.
Guillermo Cabrera Infante, premio Cervantes cubano, criticó ayer
contra el Gobierno español por su postura ante la Feria del Libro de la
Habana. Al certamen, que hoy abre sus puertas y del que España es país
invitado, no acuden importantes editoriales españolas por no entrar en
conflicto con la dictadura castrista. Cabrera cree peor el silencio oficial de
Aznar, que «deja las manos libres al dictador».
Guillermo Cabrera Infante se hizo ayer eco de la postura que ha adoptado el
Gobierno español, y más concretamente el Ministerio de Cultura,
ante la Feria del Libro de La Habana, de la que España es país
invitado desde hoy hasta el próximo día 11. El programa de actos
se ha resuelto con una discreta participación con dos exposiciones: «Un
milenio de letras españolas», en el que se recogen los trazos más
relevantes de la literatura en España en cuarenta plafones, y «A
todo color», una muestra de los trabajos efectuados por 75 ilustradores de
literatura infantil y juvenil. A esto se añade una biblioteca con 5.000 títulos
y la subvención de 6 millones de pesetas que hace posible el viaje de
seis autores previa petición del Instituto Cubano del Libro: Felipe Benítez
Reyes, Luis García Montero, Almudena Grandes, Jacobo Muñoz,
Agapito Maestre y Ramón Pernas.
Fuera de estos datos, cuando al Ministerio se le ha preguntado acerca de
esta representación y de su opinión respecto a la política
cultural cubana, el portavoz da la callada por respuesta. Todo lo más,
remite al embajador español en Cuba, Eduardo Junco, y a este diario ha
manifestado que la lista de 5.000 títulos que se envían «no
es relevante porque seguramente están todos los que uno puede imaginarse
para estas ocasiones». A lo que agregó el pasado viernes que «la
Feria del Libro de La Habana, en el fondo, no es más que un encuentro de
provincias, como lo sería la feria de Vigo».
Visto desde las editoriales, la lista de participantes revela dos ausencias
de importancia: no estarán presentes ni Santillana ni Planeta, pese a
tratarse de dos de los grupos más fuertes en España que, además,
disponen de casas en México que podrían propiciar su presencia en
Cuba. Y es que las ausencias tienen nombre propio: Alfaguara (de Santillana)
cuenta con Guillermo Cabrera Infante en su catálogo mientras que Planeta
publica los libros de Zoé Valdés, ambos autores denostados por el
régimen castrista.
Para Cabrera Infante, la postura del Gobierno español merece una crítica
en toda regla: «Lo que hace le convierte en procastrista. Aznar se ha
mostrado siempre a favor del régimen porque por encima de todo piensa en
los intereses empresariales españoles que hay en la isla. Ya lo puso de
manifiesto cuando nombró a Abel Matutes ministro de Asuntos Exteriores,
con intereses en la cadena hotelera Sol Meliá; y lo sigue haciendo ahora,
cuando los cubanos son más esclavos que lo fueron con la colonización
española». Aznar, en su opinión, «actúa con Cuba
sólo pensando en sus intereses, que son los de esos empresarios que le
han votado y que prefieren que no haya conflicto con Castro».
«NO LE LLAMAN DICTADOR»
Cabrera Infante, premio Cervantes, lamenta desde Londres -donde vive desde
hace años- que «la televisión española se refiera a
Pinochet como dictador y en cambio a Castro le trate como a un gobernante sin más,
como si él no fuera un tirano. Y no digo esto por defender a Pinochet,
como comprenderán», ironizó.
La publicación de «La Habana para un infante difunto» y
otros libros críticos con Castro hicieron, explicó el autor, «que
Alfaguara, mi editorial, no pudiera tener una librería en condiciones en
La Habana, y lo mismo ocurre con libros como los de Zoé Valdés».
Una negativa a abrir establecimiento en pleno casco urbano ante la que también
se encontraría Ediciones B, a pesar de que publica a Abel Prieto,
ministro de Cultura cubano.
Para Cabrera Infante, «es muy revelador lo que ocurrió con dos
estudiantes de Periodismo de Cuba que consiguieron un artículo mío
por Internet, lo imprimieron y, después de que lo vieran más
alumnos de la Universidad, el caso pasó a denuncia ante el Comité
Central y acabó con la detención de estudiantes y profesores de la
escuela de Periodismo». Como Cabrera Infante, en la lista negra se
encuentran escritores españoles y cubanos que venden en España,
como es el caso de J. J. Armas Marcelo y su novela «Así en La Habana
como en el cielo», o el músico Paquito D´Rivera, quien publicó
con éxito recientemente sus memorias en «Mi vida sexual», una
obra prohibida en Cuba por antirrevolucionaria. |