Cuba: incógnitas
develadas
Manuel David Orrio, CPI
LA HABANA, abril - Poco más de un año atrás difundió
CubaNet mi artículo "Incógnitas de un ¿crecimiento?",
en el cual se probó el carácter contradictorio de las estadísticas
del gobierno de Fidel Castro, referidas al crecimiento del producto interno
bruto (PIB) durante el quinquenio 1995-99.
José Luis Rodríguez, ministro de Economía y Planificación,
no sólo ignoró el contenido de aquel ejercicio, sino que en la última
sesión del parlamento isleño llegó tan lejos como para
afirmar que en el quinquenio 1996-2000 dicho crecimiento promedió un
ritmo anual de 4,7 por ciento, en tanto en América Latina sólo
alcanzaría un 3 por ciento. Asimismo, declaró que el PIB del 2000
había ascendido a 85 por ciento del de 1989, para así alcanzar un
monto de unos 17,816 millones de pesos de 1981 (MMP).
Cifras recientemente divulgadas en Internet por la Oficina Nacional de Estadísticas
de Cuba (ONE), entretanto, me hacen incurrir en la vanidad de decir que ellas
dan la razón a Orrio y no a Rodríguez, a quien desmienten con
absoluta paz espiritual. De acuerdo con las mismas, el PIB del 2000 sería
de unos 16,552 MP, sólo 79 por ciento del de 1989; el célebre
crecimiento promedio anual de 4,7 por ciento, por su parte, no habría
superado en realidad al 3,8 por ciento.
Por ver está si es estrategia, o comedia. Pero lo cierto es que las
declaraciones del ministro Rodríguez han puesto entredicho a la Comisión
Económica para América Latina (CEPAL), cuyos más recientes
análisis sobre Cuba parten de lo expuesto por el funcionario, con lo
cual ha sido convertida en cómplice de una visión distorsionada
de la economía isleña, signada por un optimismo que las calles
habaneras no comparten.
Si se acepta como monto del PIB en 1995 a los 14,783 MP informados por la
CEPAL, la cual cita a la ONE, los datos hechos públicos por la autoridad
estadística cubana demuestran que entre 1996 y 1998 la Isla vivió
una recesión económica respecto a 1995, de la que sólo salió
adelante a partir de 1999, cuando un conjunto de factores asociados a una mejor
coyuntura energética interna lo hicieron posible.
Si la CEPAL lo calla, este periodista lo afirma: con tres años de
recesión respecto al punto de partida de la llamada recuperación
económica cubana, hablar de un crecimiento promedio anual de 4,7 por
ciento -como hizo Rodríguez- es punto menos que convocar a la carcajada.
Llama la atención cómo la ONE no incluyó en sus datos
del ciberespacio al polémico 1996, cuando el gobierno de Fidel Castro
anunció un espectacular crecimiento del 7,6 por ciento, que prácticamente
nadie medianamente enterado creyó. Mi investigación para "Cuba:
incógnitas de un ¿crecimiento?", logró encontrar en la
revista Cuba Socialista (número 9/98) que en ese año el PIB fue de
14,218 MP, con lo cual se hizo posible organizar la serie histórica,
demostrativa entonces de la recesión apuntada. Ahora, los datos de la ONE
informarían un crecimiento medio anual de 4,3 por ciento para los años
1997-2000; pero, si se considera al quinquenio 1996-2000, incluyendo al dato "perdido
y encontrado", el crecimiento fue de sólo 3,8 por ciento. Mayor que
el de América Latina, pero insuficiente del todo para los retos presentes
ante la economía cubana, hoy prisionera de un modelo cuyas perspectivas
se verán más adelante. Por cierto, ¿dónde está
el célebre incremento rodriguista de 4,7 por ciento?
CUADRO 1: Evolución del PIB
1995-2000 MMP
Año
|
CEPAL-Rodríguez
|
ONE
|
Orrio
|
1995
|
14783
|
14783,0
|
14783,0
|
1996
|
15909
|
n.d.
|
14218,0 |
1997
|
16306
|
14573,0
|
14572,4
|
1998
|
16522
|
14754,1
|
14754,1
|
1999
|
17546
|
15668,9
|
15674,4
|
2000
(*) |
18529
|
16551,7
|
16546,4
|
Fuentes: CEPAL: Estudio Económico para América Latina
1999-2000. ONE: sitio Web gobierno cubano. Orrio: "Cuba: incógnitas
de un ¿crecimiento?"
(*) Los datos del 2000 son cálculos del autor sobre
la base del declarado incremento del PIB en 5,6 por ciento en este año.
n.d. significa dato "no disponible".
Aún aceptando que en los próximos años se estabilice el
crecimiento del PIB en ese 4,3 por ciento que surge de los datos de la ONE para
el período 1997-2000, ello sólo significaría que habría
que esperarse al 2006 para igualar al PIB de 1989 y se habría de
acumular paciencia hasta el 2008 para arribar a un PIB por habitante similar al
de ese año referencial; es decir, que la "tierra prometida"
del fin del llamado período especial estaría dentro de ocho años...
a los índices de veinte por detrás.
CUADRO 2: Proyección del PIB a
partir del 2000 a un ritmo medio anual de crecimiento de 4,3 por ciento
Año
|
PIB
(MMP) |
Población
Media (Mh) |
PIB/hab.
(pesos) |
1989
|
20960,0
|
10522,8
|
1991,9
|
2000
|
16551,7
|
11198,8
|
1477,9
|
2006
|
21308,3
|
11483,6
|
1855,5
|
2008
|
23180,2
|
11577,7
|
2002,1
|
Fuentes: 1989, CEPAL, citando a la ONE.
2000: cálculos del autor sobre la base de cifras de
la CEPAL; la ONE y el Centro de Estudios Demográficos de Cuba (CEDEM).
2006-08: resultados de la proyección al ritmo
establecido.
Tales, sencillamente tales, son las perspectivas que ofrece a la población
el modelo económico vigente en Cuba, tras diez años del llamado
período especial y un quinquenio de la no menos llamada recuperación
económica. La oferta gubernamental es simple: cantar, como Carlitos
Gardel, que "veinte años no son nada".
Las incógnitas del crecimiento económico cubano han sido
develadas; sencillamente, Cuba necesitará esperar a un 2020 o un 2030
para proclamarse país del Primer Mundo, al paso que va, lo cual puede que
explique la creciente ideologización del discurso oficial, quizás
para controlar presiones desde dentro del mismo poder en favor de una apertura
económica radical cuya inevitable necesidad patea puertas. Hechos,
tercos.
¿Cómo explicar que sea la misma Oficina Nacional de Estadísticas
de Cuba la que desmienta las optimistas declaraciones del ministro de Economía
cubano?
No puede perderse de vista una variable esencial: quienes quizás
esperen acciones del pueblo cubano en busca de soluciones cívicas al
drama que bien puede avecinarse -recuérdese que se parte de un
crecimiento cuya estabilidad no está garantizada- no tienen a la mano
otro síntoma que el de una población agotada de todos los
discursos políticos, y que en el mundo real está optando por
soluciones individuales. Por ello, opino que urge un análisis de cuáles
serían los factores de cambio actuales, en la Cuba de Fidel Castro, lo
cual pasa por un reacomodo de sus políticas frente a ella. A menos que se
desee encontrar, un día de éstos, un año de éstos,
a un país hundido en la prehistoria de la globalización.
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