Publicado el 17 de abril de 2001 en el
El Nuevo Herald
40 años de Bahía de Cochinos: los brigadistas no creen que
Cuba entregue los restos
Wilfredo Cancio Isla. El Nuevo Herald
La Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos (Brigada 2506)
calificó de "remota posibilidad'' la supuesta devolución por
el gobierno de Cuba de los restos de más de 100 brigadistas que murieron
durante el fallido desembarco armado de abril de 1961.
"No le damos mucha credibilidad a este anuncio porque, si en realidad
hubiera buena intención, no serían muchos los restos que se
pudieran identificar'', dijo ayer Juan Pérez Franco, presidente de la
Brigada 2506, con sede en Miami.
El activista recordó que existen testigos de cómo fueron
enterrados muchos combatientes caídos en los pantanos de la Bahía
de Cochinos, empujándolos en el fango.
Hace exactamente 40 años, el 17 de abril de 1961, Pérez Franco
saltó en paracaídas en el caserío de San Blas, al sur de
Matanzas, con el propósito de cortar la carretera entre Playa Girón
y el central azucarero "Covadonga''.
Aunque no ha existido un anuncio oficial, el fin de semana el ex brigadista
Luis Tornés aseguró en Miami que los muertos serían
entregados, y que la devolución había sido aprobada por el
gobernante Fidel Castro.
Tornés, quien fue expulsado de la agrupación de veteranos en
1997 por sus opiniones favorables al régimen cubano, asistió el
pasado mes a La Habana a la conferencia Playa Girón: 40 años después.
Un encuentro con el mismo título se desarrolló el sábado último
en Miami, convocado por organizaciones opuestas al embargo estadounidense y
partidarias de una normalización de relaciones con el actual gobierno de
la isla.
Pérez Franco no descartó que la presunta devolución sea
"otra patraña del régimen castrista para tratar de dividir y
confundir'', y criticó la presencia de dos representantes de Cuba en la
conferencia de Miami.
"No nos explicamos qué hacen aquí y cómo se les
otorgaron visas a dos enviados de Cuba para hacer propaganda en favor del régimen'',
señaló.
La reunión sobre Playa Girón en Miami contó con la
asistencia de Yanelis Martínez, líder de la Federación
Estudiantil Universitaria (FEU), y Javier Dueñas, de la dirección
nacional de la Juventud Comunista (UJC), quienes hablaron sobre el "papel
de vanguardia'' de los jóvenes en la Cuba de hoy.
Duro golpe a la labor de Fiscalía
General de EU dice que el Comando Sur es difícil de penetrar
Rui Ferreira. El Nuevo Herald
La infiltración de servicios de inteligencia hostiles en el Comando
Sur del Ejército estadounidense, es apenas una remota posibilidad por el
alto nivel de seguridad de la instalación militar, aseguró ayer su
ex jefe, el general retirado Charles Wilhelm, durante el proceso legal que se
les sigue a cinco hombres acusados de espiar para Cuba.
La declaración de Wilhelm constituye un golpe a los esfuerzos de los
fiscales para demostrar que la presunta red de espionaje desbaratada en el sur
de la Florida en 1998 tenía como objetivo infiltrarse en el Comando que
un año antes se había mudado de la Ciudad de Panamá al
Condado de Miami-Dade.
Penetrar el Comando era, según documentación confiscada a la
presunta red, su "objetivo principal''. Sin embargo, ninguno de sus
miembros logró trabajo en la instalación militar y sus
observaciones se limitaron, a juzgar por las evidencias presentadas hasta ahora
en un tribunal federal de Miami, al exterior del edificio y sus alrededores.
Wilhelm, quien se jubiló en septiembre del año pasado y visitó
Cuba en febrero como parte de una delegación del Centro de Información
sobre Defensa --situado en Washington, D.C.--, dijo al jurado que la isla no
representa una amenaza militar contra Estados Unidos.
"No es nuevo. Lo he dicho antes en el Congreso. Creo que las fuerzas
armadas cubanas no representan un peligro convencional para Estados Unidos'',
sostuvo Wilhem, quien declaró como testigo de la defensa.
El general retirado se refirió a los mecanismos de seguridad del
Comando, los cuales calificó de "complejos'' y difíciles de "eludir''.
Explicó que el reclutamiento de personal implica un estudio de su
pasado, donde cualquier detalle es escrutado. En el caso de que un empleado
necesite tener acceso a material confidencial, el permiso es concedido después
de averiguaciones mucho más exhaustivas.
"El material confidencial no está arriba de una mesa por estar
allí. No es sólo el permiso para usarlo; también hay reglas
muy estrictas para su uso, la forma cómo son sacados de los archivos y
puestos nuevamente en su lugar'', añadió. Incluso, "para
evitar fallas, toda la basura es tratada como material confidencial''.
Wilhelm reveló que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) le había
informado de una investigación sobre los intentos de supuestos agentes
para penetrar el Comando, pero aún así "no creo que haya
habido una amenaza''.
El ex jefe del Comando informó que las medidas de seguridad se
perfeccionan constantemente, e implican el uso de una serie de mecanismos de
seguridad que se entrecruzan. Además, opinó que las instalaciones
son las adecuadas para hacer frente a cualquier intento de infiltración.
"El carnet de identificación es importante, pero no la piedra
angular de la seguridad. Para mí, los tres pilares esenciales son los métodos
de seguridad, la aplicación de los procedimientos y el liderazgo para
exigir su aplicación'', afirmó Wilhelm.
De todos modos, admitió que la seguridad del edificio puede no ser
perfecta. "Siempre hay la posibilidad de que puedan penetrar, ¿no es
cierto, general?'', preguntó la fiscal federal asistente, Caroline Heck
Miller.
"¿Posibilidad? Sí, pero es improbable'', concedió
Wilhelm.
En ningún momento el oficial retirado se refirió a los
acusados, sino que su testimonio se limitó a detalles generales y, por
veces, especulativos sobre el funcionamiento del Comando Sur.
Una fuente familiarizada con el juicio comentó a El Nuevo Herald que
el equipo defensor de los presuntos espías pretende usar el testimonio de
Wilhelm para contrarrestar la tesis de la fiscalía de que los presuntos
espías estaban empeñados en infiltrarse en el Comando.
Publican un libro testimonial acerca de Bahía de Cochinos
Wilfredo Cancio Isla. El Nuevo Herald
Cuatro décadas después de los acontecimientos de Bahía
de Cochinos, el académico cubanoamericano Víctor Andrés
Triay se ha lanzado a contar la historia de la Brigada de Asalto 2506 desde las
voces de quienes no suelen ser escuchados: los perdedores.
"Es un libro para romper los estereotipos que aún prevalecen en
los ámbitos académicos norteamericanos, y reivindicar las
motivaciones reales de los brigadistas'', afirmó Triay, autor de Bay of
Pigs: An Oral History of Brigade 2506, que acaba de editarse en inglés
por University Press of Florida. El volumen --de 200 páginas-- se
presenta mañana en la sede de la Fundación Nacional Cubano
Americana en Washington, y el domingo en Los Angeles. El 9 de agosto será
lanzado en Book & Books de Coral Gables.
"Hasta el momento la mayoría de las investigaciones históricas
[sobre Bahía de Cochinos] se centran en el apoyo norteamericano, las
decisiones de John F. Kennedy, el papel de la CIA y los combates, y muy pocos
dan voz a las historias personales de los brigadistas'', indicó Triay,
que es profesor de Historia en el Middlesex Community College de Middletown,
Connecticut.
Hijo de exiliados cubanos y nacido en Miami en 1966, el investigador quiso "viajar
hasta el corazón de la Brigada y presentar las motivaciones individuales
de quienes se involucraron en esta experiencia sintiéndose como
patriotas''. Ninguno de sus familiares participaron en la invasión, pero
sí muchos amigos.
La investigación le tomó 17 meses de entrevistas y consultas
bibliográficas. El volumen se estructura en siete capítulos, que
se remontan a los días del reclutamiento de los futuros invasores y los
entrenamientos en bases de Guatemala y Nicaragua. Unos 1,500 brigadistas
participaron en las acciones armadas que tuvieron lugar en Playa Girón
del 17 al 19 de abril de 1961. De ellos, 104 murieron y más 1,000 fueron
capturados y juzgados en Cuba.
"Era un ejército de gentes con ideales democráticos'',
enfatizó el autor. "Ha existido mucha tergiversación sobre
ellos, calificándolos de ultraderechistas, expropiados que iban a
reclamar sus fincas y batistianos, cuando en realidad eran un ejército de
jóvenes cubanos que no se resignaron a la instauración de una
dictadura totalitaria en su país''.
Triay confía en que su libro contribuya a que comience a escucharse
la verdadera historia de sus compatriotas, quienes "se habían dado
cuenta temprano de la tragedia que se vislumbraba para Cuba bajo un régimen
unipersonal''.
"Una de las más tristes cosas que ha pasado es que los
historiadores no le han dado crédito al idealismo de quienes nos volvimos
en contra de la revolución... Queríamos una Cuba mejor'', declaró
el ex brigadista Eduardo Zayas-Bazán, uno de los 50 testimoniantes del
libro.
La espía que quiso matar a Castro cuenta su historia
Gemma Casadevall / Efe. Berlin
La azarosa vida de Marita Lorenz, la espía germana de la CIA que amó
a Fidel Castro, ha cobrado actualidad en Alemania a través de un libro y
un documental, en los que la protagonista cuenta su romance con el líder
cubano y un posterior intento de atentado, "desarticulado'' por amor.
A los 19 años Lorenz fue la amante de Fidel; a los 22 tuvo una hija
con el ex dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez; un año
después compartió misión con el asesino de John F. Kennedy
y, tras sobrevivir a varios intentos de asesinato y nuevos encargos del
espionaje, subsiste como puede con el auxilio social en Nueva York.
Uno sólo de los episodios de la vida de esta mujer, que ahora tiene
61 años, hubiera bastado para alimentar varias películas de
Hollywood.
El compendio de estas tormentosas experiencias forma "Lieber Fidel:
Mein Leben, meine Liebe, mein Verrat'' --"Querido Fidel: mi vida, mi amor,
mi traición''--, título del libro que acaba de lanzar la editorial
Econ Ullstein List y del documental que proyectó la primera cadena de la
televisión, ARD.
Su eje es el "capítulo cubano'', que arranca en 1959, cuando
Marita conoce a Castro a bordo del barco que les lleva a La Habana, el "Berlín'',
del que su padre, Heinrich F. Lorenz, era capitán.
Atrás quedan la infancia en Bremen, la deportación a
Bergen-Belsen con su madre, una colaboradora aliada, y su violación, a
los siete años, por un soldado estadounidense.
"Serás la reina de Cuba, mi alemanita'', cuenta Marita que le
prometió Fidel, de quien fue amante durante ocho meses hasta que un
embarazo inoportuno y posterior aborto --según ella, provocado, bien por
la CIA, bien por el propio Castro-- acabaron con el idilio.
La ocasión de la venganza le vino luego de la mano del espionaje
estadounidense, que según ella la incorporó a una trama para
liquidar a Castro.
Pero el amor de juventud renació y el "arma asesina'', un veneno
mortal, acabó en el desagüe de un bidet, cuenta Lorenz décadas
después.
El director del film, Willi Huismann, reconoce que al principio escuchó
con incredulidad la historia, en la que se agolpan demasiado azar y demasiadas
arriesgadas misiones para una persona sola, de apariencia frágil, cuyos
ojos brillan como los de una iluminada.
Pero el realizador alemán, en cuyo currículum se acumulan
varios prestigiosos premios de cinematografía, acabó cautivado por
Marita, a la que acompañó a Cuba, cuarenta años después
de aquel viaje en el "Berlín'', con intención de asistir a un
emocionado reencuentro.
Actividades de la Brigada
Hoy a las 5:30 p.m, ceremonia de recordación en el Monumento a los Mártires,
en la Calle Ocho y la avenida 13. A continuación, una misa en la Iglesia
de San Juan Bosco, Flagler y 13 Ave.
El 23 de junio, los brigadistas tendrán un encuentro y cena familiar
en el Hotel Fontainebleau de Miami Beach.
El 30 de abril, la Universidad de Miami realizará un conversatorio a
las 12 m. con la asistencia de ex funcionarios de EU y veteranos de Bahía
de Cochinos.
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