La batalla
por el agua
PINAR DEL RIO, 16 de abril (Lázaro Raúl González, CPI)
- Una pipa de 150 galones de agua puede costar hasta 30 pesos en el Entronque de
Herradura, provincia de Pinar del Río. La falta de agua potable ha
propiciado la comercialización del preciado líquido, algo increíble
aquí hace unos años.
Para algunos esta práctica es repugnante, y a quien vende agua le
auguran que morirá de sed.
Pero para el propietario de un pozo ubicado a unos seis kilómetros
del Entronque de Herradura la lógica determina que él tenga que
cobrar algo por el servicio que presta a la población. A su pozo acuden
diariamente varias decenas de pipas tiradas por tractores, las cuales deberán
ser llenadas con el bombeo de un antiquísimo motor Diesel que, según
explica el dueño, la gente que necesita agua debe aportar el dinero para
combustible o para las reparaciones o mantenimiento de su veterano equipo.
Para los vecinos de los edificios 22 y 21 en Herradura el problema no es
tanto tener agua, como tenerla sin que esté contaminada con excrementos.
Aunque vino a confirmarse el pasado domingo 8 de abril, desde hace varios meses
y probablemente años, los más de 200 residentes de los mencionados
edificios han consumido agua de una cisterna contaminada por los excrementos de
una fosa oportuna y previsoramente construida a escaso metro y medio de la
cisterna.
Si alguien pusiera en duda el absurdo puede visitar los edificios 22 y 21 en
la calle 21. Si se apura, todavía más, puede ver que la fosa
carece de repello porque se pegó un bloque sobre otro por lo que fue tan
mal impermeabilizada que se filtra justo por el lado de la fosa. ¿Será
sólo por ahí?
Es oportuno destacar que estos edificios fueron construidos hace 11 años,
cuando se suponía que este país funcionaba normalmente.
Por otra parte, aunque cada vecino paga un considerable impuesto a
Acueductos y Alcantarillados y a pesar que el descubrimiento coincidió
con la presencia de autoridades sanitarias provinciales en Herradura, una semana
después -en el momento que se redacta esta nota- el problema está
sin solución.
Entretanto, los vecinos dan la batalla cargando el agua desde la cisterna de
otro edificio a unos 60 metros. Algunos, como en el caso de quien escribe,
tienen que acarrear el agua en cubos hasta el quinto piso.
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