Publicado el 16 de abril de 2001 en el
El Nuevo Herald
Amenazan con reventar a EU a "minazos''
Associated Press. Varadero
Estados Unidos no ha renunciado a la idea de atacar militarmente a Cuba,
afirmó ayer el ministro de las Fuerzas Armadas, general Raúl
Castro, asegurando que si no creyera en esa posibilidad ya habría
dimitido del cargo.
El hermano del gobernante Fidel Castro agregó que si desde Estados
Unidos deciden "reventar'' a Cuba a "bombazos'' desde el aire, en la
isla replicarían con "minazos''.
Además ratificó nuevamente que a Washington le convendría
más arreglar sus disputas políticas con Cuba en vida del
presidente Castro, porque es quien tiene "como ningún otro'' en la
isla la autoridad y el "poder de convencimiento'' del pueblo cubano.
Aseguró que la isla está llena de túneles subterráneos,
algunos de los cuales pueden albergar hasta una división completa del ejército.
Los comentarios del general Castro, de 69 años, fueron formulados en
largas declaraciones a la prensa sobre asuntos como las relaciones con Estados
Unidos, el nuevo gobierno del presidente George W. Bush, y el futuro de la isla.
"¿Saben lo que son las minas?, el armamento de los pobres.
Nosotros las fabricamos de todos los tipos, nunca las exportamos, ni las vamos a
exportar... pero nos van a reventar a bombazos por arriba (los norteamericanos),
y nosotros los vamos a reventar a minazos por abajo'', dijo Castro, cinco años
menor que el gobernante, quien en varias ocasiones ha señalado al general
como su sucesor en el cargo.
Interrogado sobre si aún creía en una posibilidad de una acción
armada norteamericana a Cuba, Castro replicó de inmediato: "El día
que no lo piense, renuncio al ministerio de Defensa y propongo disolver el ejército
y dejar unos cuantos policías''.
" ¿Y tú crees que los Estados Unidos ha renunciado a eso?,
claro que no'', añadió Castro en conversación con los
periodistas desde el aeropuerto de esta localidad costera, donde acudió a
despedir al presidente de China, Jiang Zemin.
Ojalá, agregó, no existiera esa idea de una acción
armada norteamericana.
En Estados Unidos "saben lo que representa una invasión (a
Cuba). Claro que pueden hacerla, claro que podrán ocupar parte del país.
Y después, ¿qué?... Van a tener que sacarnos uno a uno de
todos esos lugares'' como los túneles.
Dijo que el presupuesto de las fuerzas militares se ha reducido más
de 11 veces. Del ejército han salido "decenas de miles de hombres,
(pero) todavía tenemos unas fuerzas armadas demasiado grandes para
nuestro país y para nuestra economía''.
La Iglesia hace un llamado a la paz
Centenares acudieron a la homilía del cardenal Ortega
Efe. La Habana
El cardenal cubano Jaime Ortega hizo un llamamiento a "la reconciliación
y la paz'' en la misa del domingo de Pascua de Resurrección, que se llevó
a cabo en la catedral de La Habana.
Ortega, arzobispo de la diócesis de La Habana, instó en su
homilía a "vivir la realidad de nuestra fe con gran gozo y alegría''
y dijo que hay "un Cristo que vive que no es solamente imagen guardada por
los artistas en grandes óleos sino el Dios de cielo y tierra que puede
transformar a los hombres todos''.
A la misa asistieron centenares de fieles y también turista, los
cuales habitualmente llegan al templo enclavado en el centro histórico de
la capital cubana.
A última hora del Sábado Santo fue celebrada la vigilia
pascual en la Plaza de la Catedral habanera, contigua al templo, una de las últimas
actividades programadas en las parroquias, iglesias y catedrales de la isla por
la celebración de la Semana Santa.
Como en años anteriores, las tradicionales procesiones del Santo
Entierro y por la Pascua de Resurrección se celebraron en casi una
veintena de localidades cubanas, media docena de ellas en La Habana y el resto
en las ciudades centrales de Cienfuegos y Santa Clara y en las orientales de
Camagüey y Holguín.
Las procesiones católicas fueron autorizadas por el gobierno cubano
-después de una suspensión de casi cuarenta años- en 1998,
tras la histórica visita del Papa Juan Pablo II a la isla en enero de ese
año.
Desde entonces, el vía crucis del Viernes Santo ha vuelto a salir a
las calles con las imágenes de un Cristo yacente y de María
Dolorosa seguidas por centenares de feligreses que recorren varias manzanas en
torno a los templos.
Publicado el 15 de abril.
Cuba devolverá los restos de los brigadistas
Wilfredo Cancio Isla. El Nuevo Herald.
El gobierno de Cuba entregará los restos de los integrantes de la
Brigada 2506 que cayeron combatiendo en Bahía de Cochinos y fueron
enterrados en puntos indeterminados de la isla, aseguró ayer un ex
brigadista que el pasado mes viajó a La Habana para asistir a un
encuentro académico por el cuadragésimo aniversario del frustrado
desembarco armado.
"Logramos que el gobierno cubano nos entregara los cadáveres de
nuestros compañeros muertos en la invasión'', dijo Luis Tornés
durante la conferencia Playa Girón: 40 años después,
celebrada en Coral Gables. "La devolución está aprobada
personalmente por [el gobernante] Fidel Castro, y los pormenores se conocerán
en su momento''.
Tornés, de 77 años, fue uno de los cinco ex brigadistas que
asistieron a finales del pasado mes a una conferencia --con el mismo título--
convocada por las autoridades cubanas.
"Tuve el honor de tener una conversación de dos horas y media
con Fidel Castro'', acotó.
Se calcula que hubo 114 muertos entre los cerca de 1,500 brigadistas que
participaron en los combates, ocurridos entre el 16 y el 19 de abril de 1961 en
la costa sur de la provincia de Matanzas.
Los brigadistas han reclamado históricamente que se localicen las
tumbas de los fallecidos y se entreguen a sus familiares.
Tornés, quien dirige en Miami el periódico The Miami Post,
aseveró que su participación en la conferencia de La Habana fue
una de las experiencias más reconfortantes de su vida, y manifestó
que había viajado "para defender el honor, la dignidad y el
patriotismo de los que estuvimos en Girón''. "Fuimos a defender a
muchos de los que nos están acusando aquí [en Miami] de
traidores'', señaló Tornés. "Y se reconoció allí
que éramos unos combatientes preparados, que fuimos a pelear con la
creencia de defender a nuestra patria y que no éramos unos mercenarios''.
En su intervención en el panel titulado "Impacto de Playa Girón
en tres generaciones'', el ex brigadista --expulsado años atrás de
la Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos por sus posiciones
de acercamiento al gobierno de la isla-- elogió el "lenguaje claro''
y la comprensión de las autoridades cubanas. "Ya no somos
mercenarios, y eso se lo debemos personalmente a Fidel Castro'', enfatizó
Tornés.
Sin embargo, apenas dos horas antes, en el mismo salón, una
representante de Cuba había asegurado ante la audiencia que "los
mercenarios que nos atacaron en [Playa] Girón no habían luchado
por ideales''.
A la conferencia acudieron alrededor de 100 personas, entre ellas el
veterano independentista puertorriqueño Rafael Cancel Miranda.
"La lección de Girón que no ha aprendido el imperialismo
es que somos un pueblo unido al lado de la revolución'', declaró
Yanelis Martínez, estudiante de Derecho y miembro del Secretariado
Nacional de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) de Cuba.
Martínez y Javier Dueñas, integrante de la dirección
nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), fueron los
delegados procedentes de Cuba en la conferencia, organizada por agrupaciones de
Miami opuestas al embargo estadounidense y partidarias de una normalización
de relaciones con La Habana.
Ambos dirigentes juveniles se encuentran de gira por universidades de
Estados Unidos, promoviendo la celebración de un evento estudiantil que
se desarrollará el próximo verano en La Habana, con la asistencia
de estudiantes norteamericanos de diferentes tendencias políticas y
grupos sociales.
La defensa de los presuntos espías irrita y admira
Los abogados son harto conocidos en los círculos judiciales
locales
Rui Ferreira. El Nuevo Herald
Han ganado miles de dólares defendiendo a narcotraficantes, ladrones,
estafadores, mafiosos, secuestradores, motociclistas violentos y militares
corruptos, pero esta vez, con los presuntos espías cubanos, pueden estar
perdiendo dinero.
A los abogados defensores de Gerardo Hernández, Ramón Labañino,
Fernando González, Antonio Guerrero y René González, les
paga el contribuyente estadounidense. Es la ley.
Reglas federales estipulan que Paul A. McKenna, William Norris, Joaquín
Méndez, Jack Blumenfeld y Philip Horowitz no pueden devengar más
de $75 por hora, y para tres de ellos, la cuenta empezó el 12 de
septiembre de 1998, cuando la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) arrestó
a dos mujeres y ocho hombres y los acusó de integrar una red de
inteligencia cubana en el sur de la Florida.
Como los sospechosos se declararon insolventes, el juez Barry Garber les
asignó abogados de oficio, después de un rápido escrutinio
en el cual al menos 17 abogados cubanoamericanos de servicio ese día en
el tribunal se excusaron argumentando que no podían ser imparciales.
En las semanas siguientes, cinco de los acusados llegaron a un acuerdo con
la fiscalía y se declararon culpables. Los restantes rehusaron pactar con
las autoridades y mantuvieron sus defensores. Ulteriormente, dos de ellos fueron
sustituidos, y entonces se terminó de formar el equipo que ha establecido
la defensa de los cinco hombres como un trabajo conjunto.
Ninguno de los defensores es desconocido en los círculos judiciales
del condado y, en el pasado, han estado involucrados --de alguna manera-- en
procesos relacionados con la isla.
En la década de los 80, McKenna fue nombrado defensor de oficio de
Eduardo Arocena, activista de Omega 7 condenado por terrorismo. Pero nunca llegó
a hacerse cargo del caso porque el exiliado cubano contrató a un abogado
por su cuenta. Por su parte, Blumenfeld ha defendido en varias ocasiones al
veterano de Bahía de Cochinos José Battle Sr., quien ha sido
acusado de pertenecer al crimen organizado en Nueva York y el sur de la Florida.
El único cubanoamericano del grupo, Méndez, es defensor público
desde 1991. Cinco años después se encargó del caso de un
palestino que desvió a Miami un DC-10 de la aerolínea Iberia que
volaba de Madrid a La Habana. Norris fue por años fiscal federal
asistente a cargo de una unidad antinarcóticos, mientras que Horowitz, en
1997, defendió a dos tripulantes de un barco capturado en Cuba con un
cargamento de cocaína.
En diciembre pasado, durante los alegatos iniciales del caso actual, los
abogados hicieron hincapié en que el jurado entendiera que estaban allí
sólo para defender los actos de sus clientes, no sus ideas.
"Tengan claro esto: no soy comunista, pero tengo un trabajo que
realizar, y lo haré lo mejor que pueda'', dijo McKenna al jurado.
No obstante, aunque sus honorarios actuales no son todo lo altos que podrían
ser, lo cierto es que al parecer su estrategia en el caso ha despertado la
admiración de colegas. En las últimas semanas, muchos abogados de
la ciudad lo han felicitado en privado, han confesado miembros de la comunidad
legal que prefirieron el anonimato, y otros han ido a la sala del juicio para
verlo en acción.
También existe la otra cara de la moneda: su desempeño ha
provocado la suspicacia de exiliados y testigos. Aún están frescas
las palabras del líder de Hermanos al Rescate, José Basulto, de
que estaba "haciendo el trabajo de la inteligencia cubana''.
El problema, dijo a El Nuevo Herald el abogado miamense Luis Fernández,
es que "McKenna es muy incisivo, un profesional completo que lleva su
responsabilidad hasta el final. Es conocido en el gremio por eso''.
McKenna se ha transformado en el principal abogado del caso, después
que las autoridades acusaron en mayo de 1999 a su cliente, Gerardo Hernández,
de conspirar para derribar avionetas de Hermanos al Rescate. El 24 de febrero de
1996, cazas MiGs de Cuba derribaron dos avionetas del grupo en aguas
internacionales y mataron a cuatro de sus voluntarios. Si Hernández es
hallado culpable, encara una pena de cadena perpetua.
Ajeno a toda ideología, según dijo, McKenna se ha empeñado
en demostrar que los supuestos agentes castristas estaban en Miami para defender
al régimen de la isla de ataques del exilio. Durante un mes y medio, el
abogado sentó en el sillón de los testigos a exiliados, militares
retirados, agentes del FBI, oficiales de inteligencia y hasta a un investigador
del Ministerio del Interior cubano.
Esto provocó quejas. "Le han dado la vuelta al caso; quieren
juzgar a Basulto y al exilio, quieren hacer de nosotros los culpables y no a
Castro, que mandó esta gente aquí'', comentó en su programa
radial el periodista Agustín Tamargo, expresando el sentir de muchos
exiliados.
"McKenna no es un abogado que se deje manipular por el diablo, pero
puede conversar con él si eso beneficia a un cliente'', añadió
Fernández.
Los abogados han estado seis veces en Cuba, pero aseguran no haber
conversado con Fidel Castro. Dos de esas visitas fueron hechas junto a los
fiscales para interrogar a un par de testigos; en las demás sostuvieron
encuentros con familiares de sus clientes y abogados nombrados por ellos,
investigadores policiales y oficiales del Ministerio del Interior.
Los viajes no han sido fáciles, explica una fuente familiarizada con
el juicio y que prefirió permanecer anónima. Cuando uno de ellos
fue la primera vez a Cuba para explicar en qué consistían las
acusaciones, cuál era la estrategia de la fiscalía y qué
posibilidades había de establecer una defensa, tuvo cierta dificultad en
comunicarse con las autoridades, las cuales recelaban porque los defensores
siguen siendo estadounidenses pagados por el gobierno federal. "No confían
totalmente en ellos'', añadió la fuente.
Luego, los han ayudado y han hecho lo imposible para que se sintieran a
gusto; incluso han ido a la playa de Varadero, en vehículos que el
gobierno puso a la disposición de ellos.
En el pasado, otros abogados no han tenido acceso a Cuba para defender a
clientes de la isla enjuiciados aquí.
Publicado el 14 de abril.
Pekín otorga a La Habana $400 millones en créditos
China entregará $200 millones para la expansión de las
telecomunicaciones en la isla
Agence France Presse. La Habana
Los gobiernos de China y Cuba firmaron ayer nueve acuerdos de cooperación
en los que destacan el otorgamiento de créditos chinos a la isla por
cerca de $400 millones para varios proyectos.
La firma de los acuerdos tuvo lugar en el marco del segundo y último
día de la visita oficial de presidente chino, Jiang Zemin, a Cuba, donde
permanecerá en visita privada hasta mañana, cuando viajará
a Venezuela, sexta y última etapa de su gira por Latinoamérica.
Los entendimientos rubricados por ambas naciones abarcan a las
telecomunicaciones, los deportes, el turismo, la educación y los sectores
marítimo y tributario.
China dará un crédito de $200 millones a la isla para un
proyecto de modernización y expansión de las telecomunicaciones.
También otro préstamo de $150 millones para la compra de
televisores chinos que se destinarán a programas culturales, educativos y
recreativos. La Habana recibirá una línea de crédito de
$6.5 millones libre de intereses por cinco años, a partir del 1ro. mayo
del 2001.
Otro de los acuerdos establece un crédito preferencial por un monto
de $24 millones entre el Banco Nacional de Cuba y el Banco de Exportación
e Importación de China, para financiar la construcción de un hotel
en La Habana.
Además Pekín otorgará un donativo a la nación
caribeña por $3.5 millones destinados a la compra de materiales y la
ejecución de proyectos técnicos.
En materia deportiva, ambos países establecieron la colaboración
con miras a los Juegos Juegos Olímpicos del 2008, que Pekín aspira
a organizar.
En tanto que el acuerdo tributario fija reglas para evitar la doble imposición
internacional y prevenir la evasión fiscal.
La rúbrica de los acuerdos tuvo lugar después de las
conversaciones oficiales entre ambas delegaciones.
Según el vocero de la cancillería china, Zhu Bangzao, los
contactos oficiales se desarrollaron en una atmósfera "cordial y muy
amistosa'' y hubo "amplios consensos y resultados muy positivos''.
"Todo bien, todo bien'', comentó a la prensa Castro sobre las
conversaciones.
Mientras que el mandatario chino, de acuerdo con un vocero, apuntó
que "en la política nos apoyamos y nos comprendemos'', señalando
que la visita habia "alcanzado pleno éxito''.
La visita del mandatario chino se produce en un momento de importante
aumento del papel económico de su país en la isla caribeña.
China fue en el 2000 el cuarto socio comercial de Cuba, con $520 millones.
Para La Habana, que sufrió una grave recesión tras la caída
del bloque soviético, esto representa una muy bienvenida ayuda, mientras
que para Beijing Cuba sirve de trampolín en la región.
La maratónica farsa de las ONG de Castro
Pablo Alfonso. El Nuevo Herald / Ginebra
El régimen de Fidel Castro ha desplegado este año una intensa
actividad diplomática para evitar la condena de la Comisión de
Derechos Humanos y, dentro de esa estrategia, las denominadas Organizaciones No
Gubernamentales (ONG) de Cuba han desarrollado un importante papel en defensa
del castrismo en esta ciudad.
Por lo menos media docena de ONG cubanas tienen un estatus reconocido en la
comisión y sus representantes han hablado en favor del régimen de
La Habana, prácticamente en cada uno de los puntos de la agenda que se
discute en este período de sesiones que se inauguró a mediados de
marzo.
En contraste con esta realidad, los exiliados cubanos apenas han podido
hacer sentir su presencia ante el pleno de la comisión. Sólo uno
de ellos, Luis Zuñiga, de la Fundación Nacional Cubano-Americana,
pudo hablar este año ante la entidad internacional y lo hizo como miembro
de la delegación del gobierno de Nicaragua.
Además de sus discursos ante la comisión, la actividad de las
ONG cubanas se manifiesta con la difusión de carteles y propaganda en los
murales de la sala de sesiones y en las mesas donde los delegados recogen
documentos oficiales. Ahí abundan fotocopias de publicaciones, acusando
de terroristas a los exiliados de Miami, calificados de mafiosos. Pero no se
encuentra ninguna de las decenas de denuncias que, procedentes de la isla, se
distribuyen tan abundantemente en Miami.
El tema de la violación de los derechos humanos en Cuba se ventila a
un nivel más reservado. Quizás entre diplomáticos y
funcionarios de la comisión, pero en los salones y lugares públicos
del Palacio de Naciones, brilla por su ausencia. La única huella visible
del paso de una docena de exiliados por esta ciudad, es un pequeño
volante denunciando en español la falta de libertad de expresión
en Cuba, pegado en la fachada de una pizzería, frente a la terminal de
trenes de Cornavin. A unos metros del lugar, en la cartelera de un cine, otro
volante idéntico, expresa su muda denuncia al lado de un cartel que
promueve el filme Chocolat.
En las mesas de información provistas a las ONG en la sala de
sesiones de la comisión, pueden encontrarse denuncias sobre la situación
de los presos políticos en Irak, la represión en China, los abusos
cometidos contra dirigentes indígenas en México y la violencia en
Colombia. Sin embargo, no hay aquí nada que recuerde, por ejemplo, la
prisión de Vladimiro Roca, de Oscar Elías Biscet o la vibrante
carta denuncia de Maritza Lugo enviada al exterior desde las prisiones
castristas.
A lo largo de la última década, durante la cual el tema de la
violación de los derechos humanos en Cuba ha formado parte de la agenda
de la comisión, los exiliados cubanos no han logrado que ninguna de sus
organizaciones sea reconocida como ONG por el organismo mundial. Para
acreditarse como observadores, con acceso a la sala de sesiones o para hablar
ante el pleno, los exiliados cubanos tienen que valerse de otras ONG que le
faciliten sus credenciales o les permitan consumir uno de los preciados turnos
para exponer sus denuncias desde la tribuna de la comisión. Esto es algo
que no siempre se consigue.
"Resulta humillante tener que hablar en nombre de otras organizaciones
y rogar un espacio'', afirmó Ricardo Bofill, presidente del Comité
Cubano Pro Derechos Humanos, uno de los grupos con sede en La Habana y Miami,
que tiene mas de 25 años de existencia. "Nuestra organización
no está por debajo de ninguna otra ONG de las cientos que tienen ese
estatus reconocido por las Naciones Unidas'', agregó.
La condición de ONG la otorga un comité de países
miembros de la Comisión Económica y Social de la ONU, del cual
forma parte Cuba, junto a un grupo de países que también han
estado sentados en el banquillo de los acusados como violadores de los derechos
humanos.
"Cuba y sus aliados controlan ese comité, que insistentemente ha
vetado el reconocimiento de las organizaciones de exiliados'', declaró
Jesús Permuy, director del Centro de Derechos Humanos, un organismo con
sede en Miami, que durante casi dos décadas ha tenido una presencia
sistemática en la comisión, sin lograr el reconocimiento oficial.
A su paso por Ginebra, el canciller cubano Felipe Pérez, criticó
fuertemente la labor de un grupo de ONG, que según afirmó, son "como
empresas transnacionales'', financiadas abundantemente por los centros de poder
en el mundo.
Cuba forma parte de un grupo de 17 países que durante estas sesiones
ha criticado públicamente a las ONG en Ginebra. Esas naciones firmaron
una declaración pidiendo que se limite la actividad de las ONG, a pesar
de que estas son reconocidas como copartícipes legítimos de la
comisión. Los aliados de Cuba en esa iniciativa son: Argelia, Bangladesh,
Birmania, Bután, China, Egipto, India, Indonesia, Irán, Malasia,
Nepal, Pakistán, Filipinas, Sri Lanka, Sudán y Vietnam.
Precisamente este grupo de países forma parte de los denunciados por
las ONG por sus violaciones de los derechos humanos, y son los mismos que
pretenden que la validez universal de los derechos humanos, reconocida en 1993
por las Naciones Unidas, debe tener como límite la soberanía
nacional.
Según Permuy, quien este año asistió a Ginebra como
delegado de Freedom House, los países democráticos que forman
parte del comité "no tienen una gran motivación'' para
respaldar a las organizaciones de exiliados que buscan el reconocimiento de
Naciones Unidas. Para Zúñiga, esa falta de motivación es,
además, una "indolencia diplomática'' que le ha permitido al
régimen de Castro inscribir como ONG a organizaciones que, según
afirma, "son voceros del gobierno cubano y en ocasiones parte de su propia
estructura''.
Entre las ONG cubanas presentes en Ginebra figuran, entre otras, el
Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos, la Organización
para la Solidaridad con los Pueblos de Asia, Africa y América Latina
(OSPAAL), la Unión Nacional de Juristas de Cuba, el Centro de Estudios
sobre la Juventud, el Centro de Estudios Europeos, y la Federación de
Mujeres Cubanas (FMC).
Sus miembros se trasladan en autos oficiales de Cuba y casi todos están
hospedados en el edificio de la misión de la isla ante Naciones Unidas,
una característica muy peculiar de este tipo de ONG.
Quizás el caso más significativo es el de la FMC, cuya
presidenta, Vilma Espín, es miembro del Comité Central del Partido
Comunista de Cuba y vicepresidenta del Consejo de Estado.
Al ser preguntado por El Nuevo Herald sobre esta "peculiar'' característica,
un miembro de la delegación cubana en Ginebra se limitó a sonreír
y añadió, mientras se alejaba: "sin comentarios''.
Uruguay votará contra Cuba en Ginebra
Según el presidente Jorge Batlle, su país mantendrá
la condena
Agence France Presse. Montevideo
El gobierno uruguayo mantendrá la posición que sustentó
en 1999 en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y
apoyará la moción de condena a Cuba, al señalar el
presidente Jorge Batlle que su país mantendrá la posición "que
tuvimos el año pasado''.
En conferencia de prensa que el mandatario ofreció en la noche del
jueves, Batlle confió que "en principio está definida la
situación'', aunque luego añadió que "estamos mirando
eso con la seriedad necesaria y la detención necesaria''.
Al requerírsele mayor precisión en sus declaraciones, se le
preguntó si el voto en la Comisión de Ginebra sería de
condena a Cuba, a lo que Batlle respondió tajantemente: "la que
tuvimos el año pasado''.
En abril del 2000, Uruguay no integró la Comisión que trató
este tema en Ginebra, por lo que su antecedente inmediato data de 1999, cuando
el entonces gobierno presidido por Julio Sanguinetti, del mismo partido político
de Batlle, apoyó la moción de condena a Cuba.
En medio de estas respuestas, Batlle se refirió al embargo
estadounidense a la isla caribeña, aludiendo a las negociaciones en curso
para aunar ese punto a la moción de la República Checa sobre la
isla.
Fuentes diplomáticas declararon ayer que, por el momento, para la
reunión de Ginebra sólo existe una moción para censurar al
gobierno de la isla, pero están en marcha negociaciones que apuntan a
incluir el tema del embargo. Uruguay se ha expresado por el levantamiento del
mismo.
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