Las pizzas
de La Siciliana
Amarilis Cortina Rey, Cuba-Verdad
LA HABANA, abril - Alguien me comentó que en la pizzería "La
Siciliana" venden unas pizzas de jamón de óptima calidad. Allá
me dirigí una de esas tardes que el apetito aflora más de lo
normal.
Una loma de escombros me dio la bienvenida en la pizzería, ubicada en
la zona de La Palma, municipio Arroyo Naranjo, en Ciudad de La Habana. Esto no
me sorprendió, pues también me habían dicho que el comercio
lo reparaban y que le servían al público por la puerta trasera del
local.
- ¿Hay pizzas? -pregunté.
- Sí, de jamón, a cinco pesos -me respondieron.
El precio me sorprendió porque ese tipo de pizza se vende
generalmente a diez pesos en todos los lugares pero, bueno, como es un
establecimiento estatal pensé positivamente. Encargué una y al
momento una señora pidió otra para ella.
Pasados algunos minutos, me preguntaron:
- ¿Trajo papel para envolverla? Está caliente.
- No -le contesté al empleado. Entonces éste arrancó un
pedazo de cartón de una caja de cerveza marca Cristal que estaba en el
piso de la pizzería y sobre el cual transitaban libremente moscas y
cucarachas de las pequeñitas, y cuando se disponía a depositar mi
pizza sobre el improvisado plato la señora que iba detrás de mí
en la fila me ofreció una hoja de papel salvadora.
- Sírvamela aquí -le dije al empleado y éste me depositó
en el papel una masa informe que daban deseos de lanzarla al primer tacho de
basura. El mal aspecto de "aquello" lo menos que sugería era
una pizza.
Pagué el importe de la ¿pizza?, la señora y yo nos
miramos, y ella me comentó:
-Al Estado no se le puede comprar nada, ¡todo lo que hace es una
mierda!
Sin embargo, decidí probar la pizza de jamón. El sabor no era
malo y parecía estar elaborada con ingredientes de calidad, por lo que me
pregunté ¿por qué tan mala presencia?
Un trabajador por cuenta propia que elabora pizzas me respondió la
pregunta:
- ¡Al que le duele le duele!, y a los que trabajan allí (en La
Siciliana) poco les interesa vender. Lo que les interesa es estar en esa plaza
para robarse los productos y con ello defenderse contra el alto costo de la vida
en Cuba y el bajo salario que paga el Estado socialista.
A pocos metros de La Siciliana, un comercio dolarizado de la llamada cadena
Panamericana también vende pizzas. ¡Ah!, pero éstas sí
son pizzas de calidad. Los empleados de allí también lo son del
Estado, pero la diferencia radica en que allí se paga en dólares y
por ende se exige calidad pues hay que garantizar la recaudación de "moneda
enemiga".
Los precios de las buenas pizzas de esta instalación oscilan entre 1
y 1.50 dólares, o sea, entre 21 y 31.50 pesos, en país con salario
promedio mensual de 249 pesos.
Las buenas pizzas de allí tienen buena presencia, calidad superior y
se sirven en platos con cubiertos desechables.
Después de las intervenciones de las empresas particulares por el
gobierno de Cuba, el cliente se quedó sin derecho a ninguna reclamación
o indemnización, es maltratado por los empleados de cualquier comercio,
quienes generalmente creen que servir es un favor que le hace al que paga por
ello.
Esta situación anormal y contraria a toda lógica se ha
extendido y arraigado durante años de control estatal en todo el país.
Es evidente que hay una dicotomía también en el trato al
cliente. No es lo mismo pagar en dólares que pagar en pesos.
A manera de consuelo hay quienes opinan que por lo menos los que trabajan en
el área dólar salvarán la tradición de buen trato
que siempre caracterizó a los empleados del comercio antes de 1959.
De cualquier modo, a los de la pizzería La Siciliana les convendría
recordar que el cliente siempre tiene la razón, y debe ser bien servido,
porque para ello paga.
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