Se pierden
las buenas costumbres y los valores éticos
Silvio Herrera, AFPCP
LA HABANA, abril - La sociedad cubana, sus buenas costumbres y valores éticos
se deterioran desde que comenzó la desintegración de la familia
con la toma de poder del actual gobierno hace más de 42 años.
Antes de 1959 la sociedad cubana estaba dotada de valores morales, cívicos
y espirituales. La cortesía entre vecinos y ciudadanos en general de
todos los niveles educacionales era un real toque de distinción de aquel
tiempo pasado.
Hoy, desdichadamente, vemos cómo a diario la gente tropieza y ni
siquiera dice "perdón". Y si la víctima del tropezón
se queja, el otro, en vez de disculparse le muestra su peor "mala cara",
incluso se han dado -y se dan frecuentemente- casos de golpes y cuchilladas.
Uno de los aspectos más preocupantes de este fenómeno es el de
los niños que ocupan las calles con juegos de pelota y obstruyen la vía
pública sin importarles a quién o a cuántas personas
golpean con la misma. Cuando alguno de los golpeados les llama la atención
o les dice que las calles no son para desarrollar esos juegos, los menores
replican: "La calle es libre" o "No me importa" o "Jódase"
o "Váyase al carajo" o "A llorar a maternidad" o
simplemente "No hay parques para jugar". Una verdad lleva implícita
estas groseras respuestas, los menores no tienen en Cuba lugares suficientes
para desarrollar sus actividades recreativas.
Los niños cubanos creen que las calles son para ellos jugar aunque
obstruyan la vía, porque en los años 60 el gobierno cubano puso de
moda el llamado "Plan de la Calle", que consistía en cerrar dos
o tres cuadras de cada barrio y organizar juegos para distraer a los pequeños.
Los "planes de la calle" estaban presididos por la consigna "Los
niños nacen para ser felices"; era la época romántica
y popular de la revolución. Ahora, por el contrario, al gobierno les
importa un bledo nuestros menores y ni caramelos les vende por la libreta de
racionamiento. Sólo con dólares estadounidenses los niños
cubanos pueden ser felices.
La Policía Nacional Revolucionaria (PNR), por las repetidas quejas de
los transeúntes y vecinos de diferentes barriadas, adoptó la
medida de colocar por doquier carteles que expresan: "Prohibido jugar
pelota en la calle. PNR". Pero esta acción es ineficiente porque los
menores no se detienen por los "cartelitos". La solución es que
los niños sean educados correctamente y tengan dónde y con qué
jugar, porque el juego es necesario para la formación integral de todo
menor.
Otro aspecto que conspira contra las buenas costumbres de la sociedad cubana
es que los menores pasan la mayoría del tiempo de su niñez fuera
del control familiar, por concepto de actividades políticas, círculos
infantiles, escuelas al campo, escuela en el campo y becas. Los padres sólo
tienen tiempo para darles la cena y acostarlos a dormir.
Por su parte, los padres tienen que aceptar la educación adoctrinada
que sus hijos reciben del gobierno y ellos mismos no tienen tiempo ni para
pensar en este asunto, pues su tiempo está ocupado con el horario de
trabajo, las horas en espera del ómnibus o del "camello", las
reuniones, círculos de estudio, asambleas de servicios, guardias obreras
y cuantas actividades se les ocurre a los funcionarios comunistas.
La mala situación económica, la convivencia de varias
generaciones bajo un mismo techo por falta de viviendas, la poca atención
de los padres a sus hijos, la lucha diaria por la sobrevivencia, la alta tasa de
divorcios, entre otros causados por el ordenamiento social, económico y
político impuesto por el actual gobierno, son factores erosionantes de
las buenas costumbres y valores éticos de nuestra sociedad.
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