Omnibus sólo
son para los funcionarios
Juan Téllez Rodríguez
LAS TUNAS, abril - El transporte público empeora a cada instante en
el poblado de Vázquez, provincia de Las Tunas. El 27 de marzo se pudo
constatar la magnitud del desastre.
Ese día, en la terminal de ómnibus de Vázquez, un
centenar de personas trataba de viajar hacia Puerto Padre y Las Tunas. La
rastra-bus (camión de carga usado para trasladar pasajeros) número
711 estaba rota hacía 24 horas. Nada indicaba que la repararían.
"Claro, no les interesa arreglar ese vehículo, porque cobran el
pasaje en pesos. Si fuera en dólares otro gallo cantaría",
dijo un hombre.
Por su parte, los camiones particulares que transportan personas fueron
utilizados para el traslado de escolares, porque no había gasolina para
los ómnibus que realizan esa tarea.
Alrededor de las 8 y 30 de la mañana una guagua procedente de Las
Tunas, con destino a Puerto Padre, apareció en el lugar. La gente corrió
desesperadamente hacia el vehículo, todos pujaban por entrar a la vez,
pero una voz los detuvo en seco: "¡Sólo puede subir Ponce, los
demás pa' bajo, pa' bajo!"
La tronante orden provenía de un funcionario del lugar conocido por "La
Faramaya", y el tal Ponce es un delegado de base del Poder Popular en esa
zona. En fin, que el ómnibus era para el uso exclusivo de los dirigentes.
Una señora, de alrededor de 50 años, le suplicó al
funcionario de la voz de trueno: "Déjeme subir, por favor, mire que
tengo a un hijo ingresado en la sala de psiquiatría del hospital
Guillermo Domínguez, en Puerto Padre".
Arnoldo Rodríguez, residente de Vázquez que ahora tiene un
brazo enyesado porque se lo fracturó, también pidió que lo
trasladaran hasta el hospital.
La respuesta llegó nuevamente a manera de trueno: "¡Esta
guagua no es de pasajeros!" El carro cerró la puerta bruscamente y
salió disparado del lugar.
Todos los días ocurren escenas como ésta en cualquier sitio
del país. Omnibus que circulan vacíos mientras en las paradas la
gente se aglomera, espera, sufre... No son vehículos de pasajeros, es
verdad, son los de los funcionarios. Ellos nunca han padecido las consecuencias
de su funesta gestión. Ellos tienen garantizado el transporte, y otras
muchas cosas más.
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