Editorial.CONTACTO
Magazine. Abril 1, 2001
Con una energía a prueba de cañón, la propaganda
oficial cubana hace un énfasis especial hoy día en el llamado "proyecto
cultural de la revolución", el cual se presume hará de los
cubanos el pueblo más culto del mundo, dicho así, sin reservas,
como en los viejos tiempos, cuando Cuba sería el país más
industrializado de América Latina, el más próspero en
materia agropecuaria, o una gran potencia médica.
Durante décadas, el Ministerio de Cultura de Cuba, la Unión de
Escritores y Artistas, la Casa de las Américas y otras instituciones
culturales de la isla han destacado el hecho de que desde la gran campaña
de alfabetización de 1961, se inició la cruzada cultural
revolucionaria.
Ciertamente, hay casi en cada municipio cubano un programa de artes
visuales, un grupo de teatro, talleres literarios, un biblioteca y un copioso
mundo de actividades relacionadas con la cultura.
El Instituto Superior de Arte y la Escuela Nacional de Arte de Cubanacán
son las principales academias formadoras de artistas, pero existen muchas otras
donde talentosos jóvenes aprenden a desplegar sus pinceles sobre un
lienzo, la manera de moverse en un escenario, las técnicas de soplar un
armonioso saxofón o las fórmulas para convertir un pedazo de
piedra en el rostro de un ser humano.
Con todo ello y nuevos planes, el gobierno cubano se apresta a convertir a
su pueblo en el más culto del mundo, pero hay preguntas que han quedado
sin respuesta en este proceso que ahora toma por asalto el universo de la
cultura.
¿Por qué tuvo que ser un cineasta norteamericano el que filmara
la vida del escritor cubano Reinaldo Arenas? La respuesta es simple: porque
Arenas está prohibido en Cuba desde que fue encarcelado allí en
1973. Han pasado más de 20 años de su salida de la isla y más
de 10 años de su muerte en Nueva York, pero sigue censurado.
¿Conocen los jóvenes pintores cubanos la obra de Cundo Bermúdez,
el insigne pintor cubano radicado en Miami? No, Bermúdez también
está prohibido. ¿Hay libros de Guillermo Cabrera Infante en las
bibliotecas municipales cubanas? No, Cabrera Infante, considerado el más
importante escritor cubano vivo, también está prohibido y vive
exiliado en Londres desde 1965.
¿Conocen los jóvenes poetas cubanos la obra de María
Elena Cruz Varela, la poetisa que en un acto simbólico sin precedente
fue obligada a tragar lo que había escrito en 1991, acosada y golpeada
por una turba, y luego detenida y condenada a prisión por divulgar "propaganda
enemiga"? No, no la conocen. Ella, que actualmente vive en Madrid, también
está prohibida.
Internet es posiblemente una de las más formidables invenciones de
nuestra época. Permite el libre flujo de las ideas, la expresión
del pensamiento, la búsqueda de información, el traslado de
documentos de uno a otro confín del planeta. Pues los cubanos no tienen
acceso a Internet. A lo sumo, en algunas empresas estatales, una élite
puede abrir una página web, y otros pocos sólo tienen acceso a
servicio de mensajería (e-mail).
Por todo lo anterior, es evidente que el pueblo cubano, pese al talento de
sus artistas y su amor por la cultura, no podrá ser el más culto
del mundo, por ahora. No lo podrá ser mientras prevalezca en la isla ese
miedo atroz del gobierno de Fidel Castro hacia el movimiento de las ideas y esa
afición extrema por la censura y la prohibición de los artistas y
escritores que expresan ideas que no convienen al régimen.
En otras palabras, no puede haber un pueblo culto ni artistas verdaderamente
realizados, por lo menos en el fabuloso mundo de las ideas, donde no existen
las libertades de expresión e información.
El arte cubano de hoy no alcanzará su verdadera gandeza hasta que
desaparezca la dictadura. Lo sabe la dictadura, pero censura y miente porque es
dictadura.
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