La música,
English Breakfast tea y el vello púbico de Eric
Miguel Angel Ponce de León, Grupo Decoro
LA HABANA, abril - Llego alborozado después de un largo paseo por
parques y placitas de la Habana Vieja, en compañía de un amigo
periodista independiente a la calidez de mi osera en Mercaderes #2. La madrugada
era fría. La entibiamos con varios cafés 'claretes' pero calientes
acompañados de pasteles de coco.
El penetrar en mi casa me hace sentir siempre, desde hace más de un año,
asesino, pues yo la maté desde ese tiempo atrás. Ahora es un caos
de libros, periódicos, cuadros experimentales, bolsas de plástico,
telarañas y algún que otro "mouse" de carne y hueso.
Maté mi casa como he desarraigado de mi alma muchas cosas que en
estos momentos en Cuba van indisolublemente ligadas al sistema. O sea, prescindo
de la TV y del radio (en general por supuesto) y normalmente de conversaciones
sobre temas políticos. ¿Qué se va a decir? Si lo horroroso
surgió en la historia del país cuando no esté la misma
camarilla en el poder. Además cuando hay tres cubanos en la Isla hablando
de política, uno es chivato. Dicho popular, no mío.
Ya en mi osera medieval, me quito la ropa pero antes he despedido al amigo
periodista independiente. Mi desnudez me recuerda a Eric, ¡inefable
memoria! ¡Qué excelente es tener cosas para recordar! La barba roja
y pelo rizado rojizo, parecía un marinero islandés. ¡Qué
bueno era en la cama ese hijo de vikingo! Me pongo a hacer té. Pero no un
té corriente sino uno con historia propia. Llegado de USA en manos de un
poeta cubano que estuvo en un encuentro de poesía allá en Norteamérica
y que una muchacha de San Diego se le acercó diciéndole que por
favor si conocía a Ramón Díaz-Marzo y a Ponce de León
les diera ese humilde regalo de su parte. Ella nos lee a través de
CubaNet. Y es muy cierto. Pues buena lata he dado yo sobre la inconstancia de
los productos en los mercados cubanos aún en dólares americanos,
donde el buen té se pierde y después te venden unas bolsitas de
horrendo té negro a 0.10 centavos de dólar cada una. Esta muchacha
de San Diego me mandó un paquete de English Breakfast tea de Twinings,
que por cierto es muy agradable. Con él puedo tragar los cientos de
pastillas para los dolores en la columna que estoy sufriendo y necesito ingerir.
La Mer, de Debussy acompaña a estas horas de la madrugada mi
comunicación con ustedes recordándome momentos de mucha
creatividad y belleza cuando vivía al lado de Loló Soldevilla en
los años sesenta.
La Habana Vieja estaba vacía, sólo las parejas típicas
de las jineteras con sus matusalenes nórdicos, y éstas muy
aisladas. Los grupos musicales que en esta zona han crecido como hongos en
bosques podridos suenan a barriles de cincuenta y cinco galones apaleados
desafinadamente. El pobre José Martí es muy cantado en aquellos
que dice: "En el monte seco y pardo tiene el leopardo un abrigo, yo tengo más
que el leopardo porque tengo un buen amigo". Todo esto cantado con botellas
plásticas llenas de gravilla, bongoes improvisados con tapas de latas de
galletas. Hay que ganarse el dólar y el extranjero se los da, yo estimo
que pensando que si ahorran un poco pudieran comprarse instrumentos musicales de
verdad.
Mi edificio está más tranquilo pues ahora que han puesto gas
manufacturado de la calle, a la hora del almuerzo o cena éste desaparece
de las cocinas y parece que la paladar ilegal que está en los altos no
tiene cocina eléctrica o de carbón vegetal o de cualquier otro
tipo, así que mientras que no la consigan la mafia que depende de ese
negocio está recogida al buen vivir. Lo que no sé es si les sigue
llegando la excelente mariguana que consumían y la calidad de los tabacos
falsos que venden ha empeorado.
Lo que va dentro de los pantalones militares de esta zona es atraído
como cualquier partícula de materia hacia los huecos negros por estas
madamas que mantienen los negocios en el building, pues ya Madame Lily, la más
terrible de todas, tiene su guardia oriental o mejor dicho palestino aposentado
en los cuartos de Manuel Pereira que gracias a la elasticidad provocada por los
dólares en la legislación de la vivienda ellos disfrutan
actualmente.
Esta emigración palestina tiene varias características que la
acercan a otra tan patética como ésta la primera. Llegan a la
ciudad y tiran la mierda por los balcones, o se ganan a los policías o
les hacen la vida imposible y no creen en legalidades ni en la convivencia. Son
capaces de lo mismo que hizo el máximo líder cuando llegó a
La Habana, o la destruyen o crean otra ciudad que será siempre más
una jungla que una urbe moderna. Pues sí, linda poeta de San Diego, el
vate del pelo y las barbas del Yahvé bíblico me envió el té
que me mandaste. Estuvo oportunísimo su mensajero, no me quitó ni
una sola teabag. Eso sí, se disparó cuatro vasos del té que
tú enviaste. Ojalá que en tu viaje a la ciudad de las columnas te
pudiera conocer.
Para los que vivimos en esta Isla nos parece mentira el milagro de las
comunicaciones actuales. Yo no poseo ni teléfono actualmente y sé
que no me lo pondrán, pues son "asignados" a los
incondicionales al igual que las plazas de trabajo donde se ganan dólares
y no pesos. ¿Es justo? Para ellos sí. Pero recuerden que Cuba es el
país más libre del mundo. Su pueblo huye de tanta libertad en
cualquier objeto flotante o se quedan en el extranjero cuando salen por motivos
de trabajo, y yo también necesito irme para el carajo por dos o tres
meses y después retornar desintoxicado a toda esta mierda de batallas de
ideas y mesas redondas educativas. ¡Cuba tendrá al pueblo más
culto del mundo! Otra fracesita hecha para que se hagan una idea del porqué
los dirigentes se han ganado el usufructo del poder absoluto por toda la
eternidad.
Me iré a acostar, ahora con Saenz Saenz y pensando en el blanco y
bello cuerpo de Eric. Gracias memoria mía. Gracias, linda muchacha de San
Diego por el té. Ciao.
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