Yahoo! agosto 20, 2001.
Aeropuertos cubanos pueden recibir 8 millones de viajeros anuales
LA HABANA, Ago 20 (AFP) - Los aeropuertos cubanos, ampliados y remozados
durante la década anterior, pueden recibir hasta ocho millones de
viajeros anuales, lo que asegura el crecimiento del turismo internacional
previsto, aseguró este lunes el diario Granma.
Un total de 10 aeropuertos tienen posibilidades técnicas de recibir
vuelos internacionales, ellos son José Martí de La Habana, Juan
Gualberto Gómez de Varadero, así como los de Cayo Largo, Camagüey,
Holguín, Cienfuegos, Santa Clara, Ciego de Avila, Manzanillo y Santiago
de Cuba.
Cuba espera recibir este año dos millones de turistas y los planes
perspectivos de esa creciente industria, prevén tres millones de
visitantes para el año 2005.
El turismo, principal actividad de la economía cubana, aporta a la
isla ingresos brutos de unos 2.000 millones de dólares anuales, con una
tasa de ganancias del 25%, según fuentes de ese ministerio.
Un total de 71 compañías aéreas extranjeras realizan
vuelos regulares y charters a Cuba, mientras que por los tres corredores aéreos
que cruzan la isla pasan unas 146.000 naves al año, dijo Granma.
Senador de EEUU busca suavizar prohibición de viajes a Cuba
De Ken Guggenheim.
WASHINGTON, 18 (AP) _ Un senador demócrata solicitó el viernes
al gobierno del presidente George W. Bush que suspenda la prohibición
estricta de viajar a Cuba que pesa contra los ciudadanos estadounidenses, hasta
que el Congreso decida si enmendará la ley.
"Es un momento extraño y desafortunado para que el gobierno
decida empezar a presionar a los ciudadanos estadounidenses con la esperanza de
que de algún modo presiones (al presidente cubano) Fidel Castro'', dijo
el senador Byron Dorgan en conferencia de prensa.
Dorgan preside la subcomisión de asignaciones del Senado, que provee
los fondos para el Departamento del Tesoro, el cual a su vez hace cumplir el
embargo.
El gobierno de Bush y el Congreso han mantenido diferencias en relación
con la prohibición de viajar a Cuba, parte del embargo de 39 años
que impuso Estados Unidos al régimen comunista isleña.
En meses recientes, el Departamento del Tesoro ha incrementado el número
de cartas que envía para cobrar multas a ciudadanos sospechosos de violar
el embargo.
El departamento señala que el aumento de tales cartas se originó
en las decisiones adoptadas el año pasado --antes de la toma de posesión
de Bush-- de poner al día los casos atrasados.
Bush ha prometido hacer cumplir estrictamente el embargo y el departamento
del Tesoro está explorando la manera de hacerlo.
Mientras tanto, una enmienda a un proyecto de ley de gasto del Departamento
del Tesoro, aprobada en la Cámara de Representantes el mes pasado,
prohibiría que dicho departamento pusiera en vigencia la prohibición
de viajar a la isla. Dorgan dijo que propondrá una enmienda para la versión
senatorial de la iniciativa con el fin de eliminar la prohibición.
El senador y otros opositores al embargo consideran que se trata de una
reliquia ineficaz de la Guerra Fría. Dicen que afecta a los
estadounidenses que quieren viajar a Cuba y que una mayor interacción
entre cubanos y estadounidenses promovería la democracia.
Quienes apoyan el embargo sostienen que los viajes de estadounidenses a Cuba
podrían impulsar la economía cubana, ayudando al gobierno
autoritario de Castro. Dicen que sería una tontería retirar la
prohibición sin obtener concesiones de Cuba.
En la Internet:
Reglamentos sobre viajes a Cuba del Departamento del
Tesoro: http://www.treas.gov/ofac/cubapage.html
Página sobre Cuba del Grupo de Trabajo sobre
Latinoamérica: http://www.lawg.org/cuba.htm
Duelo Bacardí-Pernod involucra a EEUU en disputa sobre marcas
De Tony Smith.
LA HABANA, 17 (AP) _ "No hubo ni podría haber... un ron tan
bueno como el nuestro'' dice un cartel colgado cerca de los viejos y aromáticos
barriles de cedro que se exhiben en el Museo del Ron de esta ciudad.
El museo está destinado a promover la principal marca cubana de esa
bebida, el ron Havana Club, pero la afirmación del cartel es atribuida a "una
marca producida en Cuba a comienzos del siglo pasado''.
Es una forma de mencionar -- sin mencionarla -- la marca "Bacardí''.
Desde 1994, la destiladora Bacardí, fundada en Cuba y con sede actual
en las Bermudas, ha estado enfrascada en una batalla legal con la destilería
Pernod Ricard -- una empresa francesa asociada con el gobierno cubano -- sobre
cuál de las dos firmas puede vender el ron "Havana Club'' en los
Estados Unidos.
Lo que comenzó siendo un enfrentamiento en los tribunales se ha
intensificado hasta convertirse en una disputa entre los Estados Unidos y la Unión
Europea en el foro de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
En el corazón de la disputa está la legislación
norteamericana conocida como la Sección 211, que fue elaborada en 1998
por el senador republicano de la Florida, Connie Mack. La medida impide el
reconocimiento en Estados Unidos de marcas cubanas en productos fabricados por
empresas de la isla nacionalizadas después que Fidel Castro asumió
el poder en 1959.
La ley ha dejado a Pernod Ricard sin derechos para enfrentarse a Bacardí
en las cortes estadounidenses y ha otorgando una victoria al ron destilado en el
exilio. A raíz de ello, la Unión Europea decidió llevar el
caso ante la OMC.
Los propietarios de Bacardí escaparon de la isla tras el triunfo de
la revolución castrista y establecieron destilerías fuera de Cuba.
Bacardí comenzó a producir el ron Havana Club en 1994, tres años
antes de que, según afirman sus voceros, compraran a otros cubanos, los
miembros de la familia Arechebala, los derechos para la venta de esa marca en
Estados Unidos.
Los Arechebala, que eran los propietarios originales de la marca Havana
Club, habían escapado también de Cuba tras la instalación
de Castro, que confiscó sus propiedades.
Pero la familia dejó que sus derechos de venta expiraran en 1973, y
se vio imposibilitada de impedir que, tres años después, una compañía
cubana los asumiera y los pasara en 1993 al Holding Havana Club, la empresa
mixta en que participan el gobierno de La Habana y la Pernod Ricard.
El año pasado 1,4 millones de cajas de Havana Club se vendieron en más
de 80 mercados. La marca está registrada en unos 180 países.
En el Museo del Ron de La Habana Vieja, dos jóvenes guías se
irritan cuando la conversación se desvía hacia la disputa legal, y
lanzan toda suerte de acusaciones contra Bacardí y el gobierno de Estados
Unidos.
"Lo que pone a la gente aquí furiosa es que la marca Havana Club
nunca ha sido propiedad'' de Bacardí, dijo la directora del museo, Regla
Jiménez.
"Han empezado a producir un ron fuera de Cuba y le han llamado 'Havana
Club': lo único que puedo decir es que la imitación es la forma más
sincera de halagar'', añade.
En el pasado, los ejecutivos de Bacardí han intentado restar
importancia al duelo con Cuba por el Havana Club, afirmando por ejemplo que les
preocupaba más la competencia proveniente de marcas de vodkas.
Contactada por The Associated Press, Meredith McKeon, de Jorge Rodríguez-Márquez
-- una firma de Coral Gables que maneja las relaciones de Bacardí con la
prensa -- afirmó que la compañía "no tiene ningún
comentario que formular sobre la disputa del Havana Club''.
Aunque son enemigos en casi todos los terrenos, Washington y La Habana han
convenido en reconocer mutuamente sus derechos en el campo de la propiedad
intelectual, de conformidad con la Convención Interamericana de Marcas.
En Cuba existen casi 4.000 marcas que han sido registradas por compañías
con sede en Estados Unidos -- desde productos comestibles y cafés hasta
programas de computadoras --, según el no gubernamental Consejo Económico
y Comercial Estados Unidos-Cuba, que sigue de cerca la economía de la
isla.
Esas marcas podrían ser desconocidas por Cuba. Castro incluso ha
amenazado con producir un Bacardí cubano.
Eso podría ser más una postura que una amenaza real, afirma
Wayne Smith, ex jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La
Habana y actualmente miembro del Centro para Política Internacional de
Washington.
"Pero si los Estados Unidos no respetan la Convención
Interamericana de Marcas, eso parecería relevar también a Cuba del
cumplimiento de sus obligaciones'', dice Smith. "Y aún más,
podría causar un caos en la protección de marcas registradas en
todo el mundo''.
Un dictamen de la OMC emitido el 6 de agosto fue presentado como una
victoria por funcionarios comerciales norteamericanos. "Nos complace ver
que el panel falló contra la UE en 13 de 14 demandas'', aseguró
uno de ellos a la prensa.
Pero Pernod Ricard y la UE destacaron ambos como el panel se plegó a
su disputa en el espinoso asunto de la Sección 211.
El panel recomendó que la OMC "solicite a Estados Unidos adecuar
su legislación de conformidad'' con el acuerdo sobre Aspectos de los
Derechos de Propiedad Intelectual de la OMC, conocido como TRIPS por sus siglas
en inglés.
"La Sección 211 es una mancha en el historial norteamericano de
liderazgo dentro de la comunidad comercial del mundo'', afirma Mark Orr,
vicepresidente de Pernod Ricard para América del Norte, y ex funcionario
comercial estadounidense. "Los propietarios de marcas deben tener la
facultad de hacer respetar sus derechos en las cortes''.
Smith coincide, y añade que una parte del dictamen de la OMC a favor
de Estados Unidos es motivo de preocupación porque parece excluir a las
marcas del acuerdo de TRIPS, que ha sido invocado recientemente por los
funcionarios norteamericanos para proteger marcas de la industria farmacéutica
contra drogas genéricas, más baratas, producidas por naciones del
Tercer Mundo.
"Esto va más allá de la guerra del ron'', afirma Smith. "Es
totalmente contraproducente para los intereses de Estados Unidos''.
El experto se muestra sorprendido por la disposición del Departamento
de Comercio norteamericano de llevar el asunto hasta la OMC.
"Esta ley solo beneficia a Bacardí, que ni siquiera es una compañía
de Estados Unidos'', dijo.
"Pero bueno, el asunto tiene que ver con Cuba, un país que, como
ya he dicho antes, parece tener sobre los gobiernos de Estados Unidos el mismo
efecto que tiene la luna llena sobre los lobos'', agregó. |