Internet y
los cubanos
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, agosto - Se puede asegurar que tres hitos principales han
jalonado la historia moderna de la humanidad: el descubrimiento del continente
americano por los europeos, la revolución industrial inglesa, y la era
actual de la informática, incluida la Internet.
Internet "amenaza" con desaparecer las fronteras políticas,
y nos acerca en un lenguaje común a países y pueblos.
La Internet ha traído consigo una evidente modificación de la
conducta humana y de la política, de las cuales Cuba no es ajena a pesar
de todo y en las que la informática marcha a pasos acelerados, aunque
demasiado restringida en cuanto al acceso a Internet porque hasta ese extremo ha
llegado el fundamentalismo del gobierno de Fidel Castro.
Varias decenas de miles de computadoras de origen chino están siendo
instaladas en centros escolares del país, que abarcan desde la enseñanza
primaria hasta la superior. También en cada población importante y
en centros burocráticos, de servicios, de comercio, bancarios y de
producción, hecho demostrativo de que incluso en el caso cubano ya ningún
pueblo del planeta puede prescindir del ordenador electrónico, que el régimen
cubano considera "desordenador" referido a la Internet. Temida
Internet a la que sólo pueden llegar determinados cubanos muy específicos.
El sector privilegiado lo compone, en primera instancia, cierto nivel de la
burocracia estatal por estrictas razones de necesidad de comunicación
exterior por esa vía, algunas instituciones docentes, investigativas,
comerciales, de comunicación, y a quienes manipulan el ordenador les está
estrictamente prohibido "hojear" otras páginas electrónicas
que no estén relacionadas directamente con su labor específica,
aunque, como es lógico, los hay quienes a hurtadillas, tentados por esa
fruta prohibida, fisgonean donde no deben. La curiosidad es innata de la condición
humana.
Un reducidísimo grupo de nacionales, de demostrada lealtad al sistema
imperante en nuestro país, tiene también esa dicha, desde sus
propias casas.
Y, por supuesto, también las embajadas, agencias de prensa y
empresarios extranjeros.
La totalidad de la prensa cubana impresa, radiofónica y televisiva es
estatal, y sigue los cánones del unipartidismo comunista del gobierno.
Además, por decirlo de algún modo, han inundado la Internet porque
no les basta el control monopólico de la información y propaganda
al interior de la isla, sino que también se han autoimpuesto la innoble
tarea de confundir a la comunidad internacional.
El único contacto con la red de redes del cubano común con
Internet, permitido y controlado, es en escasos centros oficiales en que
mediante pago se accede sólo al correo electrónico (e-mail). Por
un dólar estadounidense el usuario puede establecer comunicación
por quince minutos, pero siempre en ese tiempo a una única dirección
electrónica. Quien no esté adiestrado en el uso de la computadora
perderá irremediablemente su tiempo y dinero, como cierto caso del que
conocimos que sólo atinó a transmitir: "Hijo, estamos bien.
Quiero decirte...", no tenía en el bolsillo otro dólar para
botarlo.
Pero independientemente de ese servicio legal, monopólico y estatal,
existe otro, ilegal y perseguido.
Quien posee su computadora o use alguna del estado -incluidos los que las
arman pieza a pieza como quien arma un rompecabezas porque el Estado no las
vende a particulares nacionales- y se sobreponga a todos los riesgos y miedos,
si obtiene el número de teléfono y la clave de acceso (password)
del exclusivo servidor estatal, podrá comunicarse con el mundo exterior y
gozosamente, como un niño, disfrutar del viaje internauta de la red de
redes.
Por supuesto: ¡top secret!, para no tener que enfrentar la arrogancia
del gobierno cuyo fundamentalismo político se traduce en confiscación
de la computadora y sus accesorios.
En tanto el gobierno se muestra al mundo como muy magnánimo
ofreciendo el e-mail a quince minutos por dólar. Claro, sólo
mensajes familiares y el cubano común rezongará al conocer que la
gente de algunos países "emergentes" de Europa del Este pueden
navegar por Internet dos horas y comunicarse libremente con cualquier sitio de
la aldea mundial por ese mismo dólar.
También lo paradójico en Cuba es que ese servicio de correo
electrónico limitado y supercaro tenga que pagarse en divisas, o sea en dólares,
y sólo en dólares estadounidenses, mientras que a los trabajadores
el Estado les asigna bajos salarios en pesos cubanos.
Internet es independencia, es derribar fronteras ideológicas.
Internet es demasiado para el fundamentalismo político e ideológico
comunista establecido como política de Estado. Internet es el canal para
influir con estos conceptos en la opinión pública de las naciones.
A la mayoría de los cubanos no le está permitida su realización
en la red de redes. Lo malo no está en Internet como quieren hacer ver
los partidarios del régimen, lo malo radica en la intolerancia
oficialista.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|