Wolfgang Quintero. Jueves, 9 de agosto de 2001.
Venezuela Analítica
Un médico es un recurso muy valioso para un Estado; para su formación
el Estado invierte una gran cantidad de dinero y tiempo. Si recordamos, es la
carrera de pregrado más larga que existe, sin contar que existen los post
grados, ya que los médicos generales solo ofrecen un campo de acción
muy limitado. Se hace por tanto necesario, partiendo de estas consideraciones
establecer en primer lugar en cuanto a los médicos cubanos, determinar
primero la calidad y profundidad de conocimientos de éstos. Es una locura
pensar que el gobierno cubano se arriesgue a generar una "fuga de cerebros"
de su país.
Esto lleva a una primera conclusión: No son de alta calidad estos médicos
o de lo contrario los cubanos se volvieron locos.
Lo que están enviando para nuestro país, en términos de
calidad de conocimientos, es lo que se denominaría coloquialmente "la
pasilla", y de esto hay bastantes en Venezuela (manejando Taxis). Estos
(los médicos taxistas), debido a sus limitaciones intelectuales, edad,
etc. Desde hace mucho tiempo perdieron las esperanzas de hacer un post grado o
un programa de superación de conocimientos, generalmente estos
profesionales son el grueso de la asistencia a Congresos Nacionales y siempre
han sido una buena fuente de ingresos para la Federación Médica
Venezolana y las compañías que organizan estos eventos. En segundo
lugar, en cuanto a la profundidad de sus conocimientos, estos galenos cubanos
son médicos generales o especialistas de baja calificación en su
país, quizas con una muy buena y sólida formación política
por parte del partido gobernante, siendo esto último lo que les ha
permitido calificar para formar parte de un programa de ayuda internacional.
Estas simples consideraciones son la base de múltiples argumentos que
permitirían determinar que NO es necesario importar médicos de
otros países hacia el nuestro.
Partan de esta simple consideración, los médicos que se han
marchado de Venezuela, son todos de muy alta calificación intelectual y técnica
y son punta de investigación y avance tecnológico en el sitio
donde se hallan (no son taxistas), sólo les menciono un solo nombre para
no cansar: Igor Palacios.
La idea que se debería manejar para respetar en algo la "Revolución"
que supuestamente se desarrolla en Venezuela, es convencer al gobierno no de
traer médicos cubanos, sino de buscar a todos los médicos
desempleados de este país, que no sólo son taxistas sino
visitadores médicos, asesores financieros al público de
instituciones bancarias, buhoneros, etc.; evaluarlos, determinar por tanto la
calidad de los mismos (no niego que muchos de ellos no han ido mas allá
solamente por cuestiones económicas) y clasificarlos. Los que tienen aun
oportunidad de superarse, pagarles una buena especialización.
Al resto sacarlos de los taxis, llevarlos al partido, hacerles un buen
trabajo de "concientización revolucionaria", y luego darles la
oportunidad de ir por esos caminos de Dios pregonando las bondades de la "revolución"
y prestando al pueblo la mínima asistencia sanitaria que necesita.
Con esto nada más se solucionan muchas disyuntivas que tiene esta "revolución"
como: 1.- Solucionar parcialmente el problema del desempleo. 2.- Dar asistencia
sanitaria mínima al pueblo. 3.- Cimentar el "mensaje revolucionario"
de nuestro bienamado y gran "líder", permitiendo que la "revolución"
al fin llegue al pueblo. 4.- Infiltrar desde adentro, colegios, federaciones y
asociaciones gremiales, que son actualmente un dolor de cabeza para el gobierno
ya que la "revolución" no ha podido llegar allí.
Este programa piloto de gran "originalidad", se puede implementar
posteriormente en otras profesiones que en nuestro país también se
hallan en situación crítica, tales como Abogados, Ingenieros,
Odontólogos, Farmaceutas, Economistas, Matemáticos, Físicos,
etc.
No necesitamos médicos cubanos, necesitamos ideas frescas y posibles
para resolver nuestros problemas sociales y económicos.
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