CUBANET .INDEPENDIENTE

13 de agosto, 2001


Imagen y desafío de la mulata

Lucas Garve, CPI

LA HABANA, agosto - El único mito insumergible existente hoy en la isla de Cuba, desde el siglo XIX entre otros, es el de la mulata.

Tan es así que la imagen de la mulata ocupa un lugar central en la cosmovisión social del cubano. El reflejo de la imagen de la mulata monopolizó la atención de la visión colectiva insular.

Cirilo Villaverde contribuyó, eso sí, a instaurar en forma literaria un mito que ganaba en amplitud ya en su época. El aportó evidentemente la imagen concreta sensible necesaria para que la conciencia colectiva la adoptara.

Mas todo este proceso no estuvo exento de un claro racismo. La imagen de la mulata sufrió una caracterización negativa. De esta manera, su imagen se incorporó al inventario de las imágenes femeninas universales cuyo destino está marcado por el desbordamiento de la pasión.

Pasión que devora al objeto del deseo -el blanco- y la consume a ella misma. La mulata es la traducción caribeña de la imagen femenina trágica dominante en la herencia clásica grecolatina.

Amante pasional, empujada por su belleza al engreimiento, agresiva en la medida que encandila la mirada del espectador, recoge con la altanería del aturdimiento los reclamos que por la devoción despertada desencadena su imagen invencible.

En fecha tan temprana en la formación cultural definitiva del país, entre los años 1815 y 1820, Carpentier situó una guaracha muy cantada en las calles habaneras y la recogió en su obra "La Música en Cuba".

"Una mulata me ha muerto.

¿Y no prenden a esa mulata?

¿Cómo ha de quedar hombre vivo,

si no prenden a quien mata?

La imagen de la mulata está indisolublemente ligada a la música. Además, la mulata es la misma música pues ella con las evoluciones de su cuerpo visualiza la euritmia para satisfacción de la mirada del espectador.

Ciertamente, la mulata desempeñó el papel de primera figura en la mezcla racial cubana. El escenario con que contó la mulata para la real proyección de su imagen fueron evidentemente los bailes de cuna.

Los bailes de cuna eran fiestas que se celebraban en el siglo XIX en La Habana y asentamientos de sus alrededores (Regla, Guanabacoa) no sólo como pasatiempo y diversión de pardos y morenos, sino como manera de imitar socialmente los bailes de etiqueta que la clase rica realizaba en sus palacios y mansiones.

En el lujo y boato desplegados en estos bailes de cuna, los mestizos de ciertos recursos compensaban sicológicamente un tanto los oprobios impuestos por las reglas del sistema esclavista colonial.

El mestizaje cultural cubano tuvo en los bailes de cuna escenario justo. Los jóvenes blancos ricos participaban en ellos como hormigas atraídas por la miel, y se impregnaron allí de la espiritualidad mestiza. Mas el vehículo propiciador tanto de la asistencia como de la fijeza de la atención no fue otro que la seducción de la mulata.

Particularmente, estos bailes eran regidos por mujeres en sus casas. Acudo al ejemplo de Cirilo Villaverde que en su novela muestra el baile de cuna de Mercedes Ayala.

El baile de cuna es el escenario donde se encuentran y entrechocan los protagonistas Cecilia y Leonardo. Un escenario contrapuesto al Palacio de los Gamboa porque en el contexto, el rasgo principal es la permisibilidad. Si en su antípoda reina el "orden impuesto" por las instituciones que rigen la sociedad esclavista colonial: la familia, la Iglesia, la autoridad del gobierno colonial, en el baile de cuna de Mercedes Ayala, se halla el espacio de lo "subalterno", lo "informal".

De hecho, allí coopera la flexibilidad de la rienda suelta que las pasiones aporta. En este terreno tiene pues lugar el intercambio de "significados contextuales", que cada uno de los asistentes carga y transmite en sus "relaciones".

Simplemente, en la "promiscuidad" efectiva existente entre pardos, negros, blancos, bajo el auspicio de la mulata y envueltos en la sensualidad del tempo propio de la música se produce el entrecruzamiento cultural y racial. En la práctica, ahí se transgredieron los principios rígidos de una sociedad dividida en clases hasta lo irracional y una nueva lógica halló en ellos su fuente.

Jacinto Salas y Quiroga dejó apuntado en su libro Viajes (Madrid, 1840) su impresión general acerca de los pardos y morenos: " (...) las clases de color son numerosas, pero la de sangre española y africana mezcladas es la mejor. Por lo regular en estos hombres bullen el genio y la inspiración. Raro, muy raro es el mulato torpe. Generalmente, la agudeza suya y lo florido de la imaginación los predispone favorablemente para las bellas artes y las letras (...)" (Pag.77).

Con tal elogio del mestizaje provocado con certeza por la observación del quehacer de la capa de artesanos y de pequeños talleres que se desarrollaban en La Habana en esa época, se atestigua la efervescencia del entramado social de esta capa que pugnaba mediante la gestión económica por su ascenso social.

Nada ajeno tampoco entonces el predominio de la imagen de la mulata en continuo ascenso desde el siglo XIX. Promoción sostenida en el siglo XX cubano.

La imagen de la mulata alcanzó en el siglo XX la preeminencia justa. Sólo permítaseme expresar dos hitos que lo afirman: primero, la proclamación de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre como Patrona de Cuba, y la exaltación artística de la imagen de la mulata en la proyección cultural del hecho artístico en la figura de Rita Montaner. Dos ejemplos indiscutibles de esta realización.

Por otra parte, esta imagen acepta ser calificada de "insumergible" por la constancia imprescindible de su presencia, incluso en período tan crítico como el de los años 90 (período especial).

En época muy reciente, al calor de la emergencia provocada por la crisis conocida, la figura de la mulata resalta al transgredir las normas impuestas con el fin de realizar una gestión social de supervivencia. Como la Cecilia Valdés, prefirió al blanco por las posibilidades de contribuir a solucionar los problemas que la agobian.


Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a Internet.
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente.


[ TITULARES ] [ CENTRO ]

Noticias por e-mail

La Tienda - Books and accesories from CubaNet
Books and accesories


In Association with Amazon.com

Busque:


BUSQUEDA

Busque en Noticias de julio

Búsqueda avanzada


SECCIONES

NOTICIAS
Prensa Independiente
Prensa Internacional
Prensa Gubernamental

OTROS IDIOMAS
Inglés
Aemán
Francés

SOCIEDAD CIVIL
Introducción
Cooperativas Agrícolas
Movimiento Sindical
Bibliotecas
MCL
Fraternidad de Ciegos
Seguidores de Cristo
Estudios Sociales
Ayuno

DEL LECTOR
Cartas
Debate
Opinión

BUSQUEDAS
Archivos
Búsquedas
Documentos
Enlaces

CULTURA
Artes Plásticas
Fotos de Cuba
Anillas de Tabaco

CUBANET
Semanario
Quiénes Somos
Informe 1998
Correo Electrónico


CubaNet News, Inc.
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887