El Anciano,
ese cubano de a pie
Tania Díaz Castro, UPECI
LA HABANA, agosto - Los ancianos en Cuba, que representan más del 14
por ciento de la población, son quienes más han sufrido y sufren
el fracaso económico del régimen castrista. No sólo el
problema de la vivienda los ha afectado en gran medida, sino además, los
precios de los productos alimenticios industriales y agrícolas,
inaccesibles para su reducida fuente de ingreso mensual, en su mayoría
muy por debajo del equivalente a cinco dólares.
El panorama de la vida cotidiana del anciano cubano es visible para todos.
Cada mañana ellos salen a las calles en busca de cuatro o cinco pesos
(menos de 25 centavos de dólar) para así llevar a sus estómagos
algún alimento de los que se venden a precios módicos en moneda
nacional: fiambre de mala calidad y muchas veces en mal estado.
La Habana Vieja, municipio donde hay un número mayor de adultos
pertenecientes a la tercera edad y donde más transitan los turistas, es
escenario de ancianos pidiéndole dinero a los extranjeros, o que tratan
de venderle a éstos cualquier artículo.
También pululan los ancianos por las calles Galiano, Belascoaín,
San Lázaro e Infanta. Compran, por citar un ejemplo, el periódico
en 25 centavos y lo venden en un peso. Puede decirse, sin lugar a dudas, que
ellos se burlan constantemente del control policial que prohíbe la venta
de particulares en la vía pública.
Recientemente la prensa oficialista hizo énfasis en las ventajas que
otorga el régimen a los ancianos cubanos. Expuso que el 70 por ciento de
ellos enfrentan la edad de manera conformista y que el 77 por ciento es cuidado
por la familia y no vive al margen de la sociedad. A ese 70 por ciento nos hemos
referido en los primeros párrafos de este trabajo, cifra que coloca al régimen
en un gran aprieto, según las palabras de los propios funcionarios del
programa del Adulto Mayor del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social.
El cuadro es desolador también para aquellos que quedan solos en sus
casas. En años anteriores recuerdo que la organización estatal
Federación de Mujeres Cubanas participó de cierto modo en un plan,
que aún continúa, con vistas a resolver para estos ancianos el
problema de la falta de asilo en instituciones especializadas.
En una cuadra, por ejemplo, alguien se brinda para vivir con un anciano
propietario de su vivienda que ha quedado sin familia. A cambio de recibir
legalmente la propiedad de esa vivienda debe cuidar al anciano, bañarlo,
alimentarlo, llevarlo al médico... Todo con el propósito de
obtener una casa propia, una especie de trueque ventajoso donde no puede haber
un verdadero cariño hacia ese anciano a quien le queda poco de vida.
Según los estimados del régimen, alrededor de un millón
y medio de personas pertenecen a la tercera edad. Algo que dará como
resultado que en el año 2025 Cuba sea uno de los primeros países más
envejecidos del mundo. Pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Será
porque a nuestra isla ha llegado cierto avance científico-técnico
gracias a los países desarrollados? ¿Será porque diariamente,
en cualquier hospital estatal, se realiza un sinnúmero de abortos cuya
cifra total se desconoce? ¿O será porque el éxodo masivo que
sufre Cuba a diario se compone de personas jóvenes?
Recientemente, una anciana que vive en el edificio situado en las calles 25
y O, en el Vedado, me contó que fue a la empresa de los talleres de la
Empresa Reparadora de Efectos Electrodomésticos y aunque ella tiene más
de 75 años de edad le informaron que su refrigerador soviético
roto sería reparado en el 2008. Y no era exageración de esa pobre
anciana porque al día siguiente vi en la prensa que esa empresa posee
alrededor de medio millón de refrigeradores rotos (por reparar) y cada año
se incorporan cien mil más.
En fin, que cuando mi amiga cumpla 83 años de edad recibirá su
viejo refrigerador reparado.
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