"A
buen hambre no hay pan duro"
Milagros Beatón, APLO
SANTIAGO DE CUBA,noviembre - El gobierno de Cuba puso en marcha desde el 1ro
de enero de 1959 innumerables programas para el desarrollo de la agricultura;
sin embargo, la decreciente producción y la insatisfacción del
pueblo evidencian la ineficiencia de esos planes.
Cuando la necesidad aprieta no reparamos en ninguna delicadeza, por eso el
cubano de a pie lleva a sus platos alimentos que en tiempos pasados se
destinaban al consumo de animales de corral. Esta situación hace que en
cada mesa esté presente el proverbio: "A buen hambre no hay pan duro".
La necesidad de comer se ha convertido en el primer y casi único
motivo de la faena diaria; esto no se revierte en trabajar para producir, sino
para encontrar los alimentos del día, lo que aplicado a la producción
agrícola se justifica por los bajos salarios que el estado paga a los
campesinos que se dedican a esa sacrificada labor.
Por otra parte, los pequeños agricultores están sujetos a
entregar el mayor por ciento de sus cosechas a las empresas estatales, a bajos
precios. Este excesivo control de las producciones y la falta de libertad de
comercio trae como consecuencia el desinterés en hacer producir la
tierra.
Los suelos cubanos son fértiles y el clima es favorable para el
cultivo. Cuba era conocida en el mundo como un país fructífero y
eminentemente agrícola. Pero, lamentablemente, por muchos programas y
reclamos estatales es imposible desarrollar la agricultura ya que el incremento
de la producción exige cambios en el sistema económico implantado
por el gobierno de la Isla.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|