Para
qué exportamos
Víctor Rolando Arroyo, UPECI
PINAR DEL RIO, noviembre - Las exportaciones e importaciones existen desde
que el hombre necesitó desarrollarse y vender parte de los productos o
materia prima que poseía, y fue así como se convirtieron en una
necesidad económica.
La realidad cubana no está exenta de esta necesidad, aunque aquí
tiene ribetes dramáticos. ¿Para qué exportamos? Si contestas
en público, debes seguir el trillado discurso oficial y recalcar bien que
por esta vía nos acercamos al desarrollo, y a este objetivo debemos
entregar todos nuestros mariscos, rones y pieles, tejidos, frutas e incluso lo
acopiado por las laboriosas abejas.
Hasta ahí, con penurias y frustraciones, se pudiera entender, pero ya
esta actitud de por sí pone al cubano residente en el país en un
reiterativo aporte a ese quimérico desarrollo que pocos sueñan con
alcanzar.
No obstante, a ellos se les impone otro sacrificio, y éste menos
entendible aún. Con los resultados de las exportaciones se adquieren
productos deficitarios en el país, que se expenden a precios triplicados
y en una moneda que nadie recibe por su trabajo.
Sacrificio al prescindir de todo lo que exportamos, y esquilmados por
aquellos a quienes entregamos algo más que nuestro sudor, sería la
triste moraleja de tal situación.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|