Vida
cotidiana: atrapados en el túnel
Lucas Garve, CPI
LA HABANA, noviembre - "Estoy condenado a ser médico general. Me
encuentro atrapado. No puedo sentirme bien". Y sus ojos quedaron fijos en mí.
"Trabajé como profesor de Biología en la Facultad después
que me gradué. Durante dos años. Haría mi especialidad a
continuación. Podría desarrollarme profesionalmente" -dijo.
¿Y qué pasó?
"Conocí a una mujer, joven, médico también. Nos
enamoramos. Pero ella es extranjera. Quise visitarla en su país. Pedí
el permiso para ir a verla. Ahí comenzó todo". Hizo una
pausa.
"Los médicos no podemos salir del país. Lo prohiben. Me
enviaron a trabajar al Policlínico. No me dejaron dar más clases.
Allí estoy desde entonces. Ahora ni puedo salir, ni podré
especializarme. Unido al resto de las dificultades diarias. Reinicié una
relación con una muchacha. Fue novia mía en mis años de
estudiante. Siguen las dificultades. Hoy son de otro orden".
¿Cuáles?
Entonces precisó: "No tenemos dónde vivir. Falta espacio
en mi casa y en la de ella. Casas pequeñas, familias grandes. Dejo pasar
el tiempo, pero no veo la salida del túnel. Sé que otros pasan por
lo mismo, con las diferencias de cada caso. Este es el mío. Perdone, hoy
no tengo ganas de hablar... ¿me entiendes?"
Así concluyó el breve diálogo que sostuvimos. Entonces,
pensé en cuántos habría como él. Atrapados.
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