Tiempo perfecto
Ramón Díaz-Marzo
LA HABANA, noviembre - Nos habría gustado vivir juntos hasta que la
muerte nos separara. Nos habría gustado saber en aquellos días lo
que nunca hemos sabido. Entonces habríamos sabido por qué el
Tiempo es una gota de agua. Habríamos conocido la "felicidad"
de los dioses, porque la inmortalidad permite vivir lo que aún no ha
sucedido. Y habríamos sido, tal vez, más inteligentes para
esconder nuestra condición de ángeles en el estercolero.
Es cierto que desde nuestra posición no habría sido demasiada
la ayuda que le hubiéramos aportado a los demás, pero nuestras
vidas jamás hubieran sido zarandeadas por los muros que se yerguen y
derrumban cada 24 horas. También es cierto que no habríamos
disfrutado de las impetuosas explosiones y los imprescindibles hallazgos de las
cosas sencillas; pero nunca habríamos bajado al subterráneo donde
siempre hemos estado. Habríamos sido semidioses equilibrando las naves en
el mar de nuestra eternidad. Pero ya ves, nuestra extraña esperanza de
reses obedientes no nos abandona. Continuemos la marcha hacia el matadero.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|